PROYECCIONES ECONÓMICAS PARA EL 2016


Por cuenta de la caída en los precios de las materias primas, el crecimiento económico de Colombia podría afectarse en el mediano plazo. Se prevé una desaceleración: de 3,1% en 2015 pasaría a 2,6% este año y a 2,9% en 2017.

La inflación terminaría en 4,4% en 2016 y retornaría al rango meta del Emisor en 2017.

La tasa de interés del Banco de la Republica continuaría aumentando en los próximos meses. En el final del año podría haber reducciones en la tasa de intervención.

El déficit en cuenta corriente del país habría llegado a 6,9% del PIB en 2015 y se corregiría hasta 6,6% del PIB en 2016.

La tasa de cambio promedio sería de $3.400 en 2016.

El equipo de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia publicó su informe anual de proyecciones económicas, que incluye la información de cierre del 2015 y perspectivas para el 2016.

Precio del petróleo
Después del fuerte descenso observado desde 2014 y extendido durante 2016, el precio del petróleo ha comenzado 2016 con niveles inferiores a los US$30, lo que refleja señales de un desajuste del mercado global más persistente y pronunciado lo proyectado anteriormente. De esta forma, se sigue esperando que el reacomodo del mercado petrolero a la realidad actual de sobreproducción tome un tiempo considerable, lo que llevará a que el precio de la referencia WTI pase a cotizarse a finales de este año en un nivel promedio de US$31, revisado desde US$54,4.

Tasa de cambio
La moneda colombiana se encuentra en medio de un ajuste a una nueva realidad en la que los términos de intercambio y los flujos externos volverán a los niveles observados antes del boom de las materias primas. Esto, sumado al marcado desbalance externo del país, sugiere una debilidad del peso que ocurrirá en medio de un mercado altamente volátil. Se espera que a finales de 2016 el USDCOP se sitúe en un rango entre $3.050 y $3.700, con un escenario central de $3.400.

Crecimiento económico
Desde un 3,1% estimado para el año anterior se redujo el pronóstico central de crecimiento para 2016 de 2,8% a 2,6%, con un rango entre 1,8% y 3,1%. Esta revisión refleja el hecho de que los factores que pueden llevar a una mayor desaceleración tienen un mayor peso relativo que los catalizadores de crecimiento. La demanda interna seguiría siendo el motor de la economía, pero se espera que todos sus componentes se expandan a una tasa más baja que en 2015. Se prevé que haya un marcado contraste en los desempeños sectoriales. Finalmente, se estima que la recuperación prevista para 2017 sería menos pronunciada que lo previsto hace tres meses.

Inflación
Hemos revisado al alza nuestra previsión para este año, de 4% a 4,4%, con un rango entre 3,7% y 5,4%. Durante el primer semestre las variaciones anuales de los precios se mantendrían cerca del 7%, debido a las presiones provenientes del fenómeno de El Niño, el traspaso de la depreciación cambiaria y la activación de mecanismos de indexación. Sin embargo, se prevé que en el segundo semestre la inflación presente una tendencia de moderación, debido a una eventual normalización de las condiciones climáticas y a las menores presiones de precios provenientes de una economía creciendo por debajo de su potencial. A pesar de ello, se estima que la convergencia de la inflación al rango meta del Banco de la República solo ocurrirá en 2017.

Política monetaria
Debido a las fuertes presiones de precios en el corto plazo y su efecto desfavorable sobre las expectativas de inflación, el equipo de investigaciones prevé que las alzas recientes de la tasa repo continúen en el primer trimestre, hasta un nivel estimado de 6,5%. A partir de ese punto empezaría un periodo de estabilidad en la tasa repo, el cual apenas terminaría hacia finales del año, cuando se abrirá la posibilidad de que el Emisor inicie un ciclo expansivo de política monetaria. Por lo tanto en nuestro escenario base, la tasa de intervención finalizaría en diciembre en 6,25%.

Sector externo
La caída más pronunciada de los términos de intercambio llevará a que en 2016 el déficit comercial del país se mantenga en un monto similar al del año anterior. Como resultado de ello, la proyección indica que el déficit en cuenta corriente permanecerá por encima del 6% del PIB, lo que constituye una de las principales fuentes de vulnerabilidad de la economía colombiana.

En conclusión Colombia, así como otros países emergentes, se enfrenta a riesgos globales más agudos y afronta los efectos de segunda ronda que trajo el choque de los precios de las materias primas. Esto se traducirá en un contexto macroeconómico más incierto y en una combinación menos constructiva de crecimiento e inflación para este año. Ante estas perspectivas macro, en 2016 los agentes económicos deberán combinar optimismo, paciencia y prudencia.


LAS SIETE PLAGAS DE BRASIL


El gigante suramericano sufre una serie de desastres que lo tienen contra las cuerdas. El escándalo de Lula es apenas el más llamativo.

La corrupción en todos los niveles políticos y económicos, ilustrada en el escándalo de Petrobras, llevó a la protesta social en pleno carnaval. No más pan y circo en el país tropical.  En noviembre pasado un tsunami de barro tóxico en Minas Gerais causó el mayor desastre ecológico de la historia del país.

Hasta hace apenas un par de años, Brasil aparecía como la gran promesa del subcontinente. Un exitoso presidente de origen obrero había logrado sacar de la pobreza a 25 millones de personas, la mitad de todas las que salieron de la miseria en América Latina y el Caribe de 1990 a 2009. Sus índices económicos mostraban cifras cada vez más positivas, y el país se integraba al grupo de potencias emergentes destinadas a mandar la parada en el siglo XXI. Pero en algún momento todo comenzó a desplomarse.

La semana pasada la tendencia llegó a su clímax cuando se anunció que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sería investigado por la corrupción que ha gravitado a su alrededor durante algún tiempo sin tocarlo. El derrumbe del mito pareció confirmar que Brasil ha sido atacado por plagas que parecen bíblicas. Estas son siete que lo tienen en jaque.

El mito derrumbado
En las últimas semanas, la investigación de las operaciones Lava Jato y Zelotes amenaza con llevar a juicio a Lula y debilitan sus posibilidades de reelección en 2018. La justicia investiga quién es el dueño de un lujoso apartamento en Guarujá, São Paulo, que habría sido reformado por una de las constructoras investigadas en el esquema de corrupción de Petrobras (Lava Jato), y de una enorme mansión cerca a la capital paulista, que el expresidente visitó 111 veces desde 2010. Otra causa analiza el supuesto otorgamiento de ventajas impositivas al sector automotor durante su gobierno.

Lula, elegido en 2003 y reelegido en 2006, salió del poder en 2010 con un 80 por ciento de apoyo. Pero en los últimos meses ha caído en picada: según Ipsos, solo 25 por ciento lo considera honesto, un 68 por ciento no cree que tenga autoridad moral y 67 por ciento dice que la operación Lava Jato muestra que el expresidente es tan corrupto como otros políticos.

Si bien, según el periodista Alex Solnik, “es difícil obtener pruebas contra Lula porque nunca tuvo celular, ni hay ninguna grabación con su voz, ningún ‘mail’, ni firma, solo indicios”, es un hecho que su figura, que había sobrevivido todos los escándalos, no pudo mantenerse incólume.

Una presidenta sin poder
Según las encuestas, la popularidad de la presidenta es del 6 por ciento, una cifra más baja que la tasa de inflación de dos dígitos. Desde el inicio de su segundo mandato en 2015, la popularidad de Rousseff viene en caída libre, arrastrada por el escándalo Lava Jato y las malas noticias sobre la economía. En febrero, al inaugurar las sesiones legislativas, los legisladores la abuchearon y un diputado mostró un cartel diciendo: “Brasil no te aguanta más. Vete”, mientras en las calles reaparecían los cacerolazos.

En diciembre, el presidente del Congreso aprobó la solicitud de juicio político contra Rousseff, pero el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil anuló la escogencia de la comisión que debía investigarla. Sin embargo, este año el Tribunal Superior Electoral (TSE) le notificó una nueva demanda, en la que se le acusa de abusos con cadenas nacionales, manipulación de datos socioeconómicos, uso indebido de predios públicos, propaganda electoral ilegal y financiamiento indebido de su campaña de 2014. “La presidenta no logró revertir su suerte y el desgaste político es irreversible”, afirmó a SEMANA Ricardo Caldas, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia.

Corrupción a todo nivel
Los escándalos de corrupción que estallaron durante el gobierno de Lula y de Dilma son, como todo en Brasil, gigantescos. La operación Lava Jato, según la cual las mayores empresas constructoras pagaron fabulosos sobornos para obtener contratos de Petrobras, ya salpicó a 32 miembros del Congreso, la mayoría de la coalición gobernante, investigados por aceptar miles de millones de dólares en coimas.

El Mensalão, que estalló en 2005 durante el gobierno de Lula, develó el pago de enormes sumas de dinero a los parlamentarios para apoyar políticas oficiales. Fueron juzgados 38 exfuncionarios, empresarios y banqueros involucrados en una red de compra de votos en el Congreso. Y cuando los brasileños pensaron que lo habían visto todo, estalló la operación Zelotes, que logró dejar en pañales a Lava Jato, hasta ese momento el escándalo más grande de la historia. Se trataba de una serie de empresas que pagaban a empleados del Ministerio de Hacienda para evitar cancelar impuestos, lo que causó un faltante de más de 10.000 millones de reales.

Una recesión brutal
“¿Irredimible?”, tituló la revista inglesa The Economist, para referirse a la economía brasileña. “A fines de 2016, la economía de Brasil será 8 por ciento menor que en el primer trimestre de 2014, cuando dejó de crecer; el PIB por cabeza estará un quinto más abajo de su pico en 2010 y dos agencias de crédito rebajaron la calificación de la deuda brasileña”, escribe la revista.

La raíz de la crisis es la caída de los precios de las materias primas y del petróleo. Según un índice de Crédit Suisse, el precio de las materias primas que Brasil vende cayó 41 por ciento desde 2011. Esto llevó a aumentar el endeudamiento que, según The Economist, llegará al 93 por ciento del PIB en 2019, solo superado por Ucrania y Hungría entre los países emergentes y casi el doble de la de Grecia en proporción a su riqueza. Un millón y medio de empleos se perdieron en 2015, las ventas de automóviles cayeron un 20 por ciento en 2015 y el FMI predice que la economía se reducirá 3,5 por ciento este año, con una inflación del 11 por ciento.

Violencia desatada
Brasil exhibe un coctel mortal de narcotráfico y violencia: de las 50 ciudades más violentas del mundo, 21 son brasileñas, según el informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México.

La violencia policial no se detiene: en São Paulo, entre enero y noviembre de 2015, 532 personas fueron asesinadas por “intervención policial”, según datos del Secretariado de Seguridad Pública del Estado, y en 2015, Amnistía Internacional denunció que la Policía mató en Río de Janeiro a 1.500 personas en cinco años, 16 por ciento de todos los homicidios en ese periodo.

Adiós al medioambiente
Las inundaciones que dejaron el último año más de 170.000 personas evacuadas en Argentina, Paraguay y Brasil obedecen a la pérdida de cobertura boscosa en los tres países, que se encuentran entre las diez naciones con más deforestación del mundo, según denuncia Greenpeace. Esto provoca que las lluvias arrastren la tierra y que los ríos crezcan y se desborden.

En total, la Amazonia ha perdido un 12 por ciento de sus bosques y perderá entre un 9 a un 28 por ciento más para 2050, algo así como 4.500 estadios de fútbol por día.

Y en noviembre pasado, un tsunami de barro tóxico destruyó el rio Doce en Minas Gerais, luego de que se rompió un dique de residuos químicos industriales, lo cual desató la mayor catástrofe ambiental de la historia del país

Y ahora, el Zika
Unas jóvenes disfrazadas de mosquito Aedes aegypti, vector del virus del Zika, fueron la atracción mayor en el desfile de carnaval en Recife, el primero en cantidad de bebés afectados de microcefalia causada por el zika. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Brasil será el país más afectado por la epidemia en América Latina, con 1,5 millones de casos en los próximos meses, al tiempo que los casos de microcefalia saltaron a más de 3.500 desde octubre de 2015.

Esta plaga, que se nutre de las inundaciones y la pobreza, se unió a las del dengue y el chikungunya y ha obligado al gobierno a desplegar 220.000 soldados para frenar la epidemia antes de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro en junio. En todo caso, ya algunos países han puesto en duda su participación en las gestas orbitales. Mal panorama para el orgulloso país futbolero que en 2014 fue humillado 7-1 en el mundial realizado en su propia casa.


LOS CHINOS COMPRAN LOS PRODUCTOS DE LUJO DEL MUNDO


Los chinos compraron el 46 % de los productos de lujo del mundo en 2015, el 78 % de ellos adquiridos fuera de su país, según un informe de la consultora especializada en el mercado de alta gama Fortune Character citado hoy por el diario oficial chino Global Times.

Este estudio -basado en datos de ingresos de 20.000 marcas de lujo- afirma que los chinos se gastaron 116.800 millones de dólares en productos de lujo el pasado año, lo que representa un aumento de un 9,25 % respecto a los 106.000 millones que pagaron en 2014.

La mayoría de esas compras de productos de lujo, unos 91.000 millones de dólares (78 % del total), se realizaron fuera del gigante asiático, un dato que confirma que los turistas chinos son los que más gastan en el exterior.

El informe asegura que los chinos prefieren comprar productos de lujo fuera de su país porque son más baratos: un alcohol o un reloj de alta gama puede ser un 80 % más barato si lo compran fuera de China, según Fortune Character.

Las compras de alta gama de chinos en el exterior aumentaron un 12,35 %, mientras que dentro de su país, su gasto en lujo se incrementó un 3,2 % en 2015 respecto a 2014 para ascender a 25.800 millones de dólares.

Así, sólo un 22 % de las adquisiciones de productos de alta gama efectuadas por los ciudadanos del gigante asiático se realizan dentro de su país.

Esta distribución de las ventas se ha visto afectada por la campaña anticorrupción del presidente chino, Xi Jinping, que ha tenido entre sus medidas más publicitadas la petición de que no se vea a altos funcionarios del Partido Comunista con ropa o artículos de lujo, o consumiendo bebidas alcohólicas o comidas caras.

Los datos del informe de Fortune Character contrastan con los de otras firmas de consultoría como Bain&Company, que recientemente publicó un estudio sobre el mercado del lujo en China que mostró una contracción en las ventas sector de un 2 % el año pasado en comparación con 2015.


Bain&Company atribuyó este descenso, que sigue con la tendencia descendente que se inició en 2013, a la ralentización de la economía china, la campaña anticorrupción y el aumento de las compras fuera del país.

LAS BOLSAS BUSCAN SU SUELO ANTE EL RIESGO DE CRISIS BANCARIA Y OTRA RECESIÓN


Las ventas de acciones han dado estos últimos días una vuelta de tuerca. En las cinco últimas sesiones ha habido dos caídas de más de un 4%, con rebotes trampa de por medio, mientras los activos refugio, como los bonos americanos y alemanes, así como el oro registraban importantes entradas de dinero.

La renta variable, de cotizar la desaceleración china, la caída del precio del petróleo y sus consecuencias en el mercado de renta fija más arriesgado y en los países emergentes, ha comenzado a ponerse muy nerviosa por la situación de la banca europea, por la sensación de fin de ciclo en la economía americana y por la posibilidad de una ralentización global de tal calibre que pueda llegar a alumbrar una nueva recesión.

El Ibex-35 ha perdido la cota de los 8.000 puntos y marcó mínimos anuales en los 7.750 puntos, niveles que no se veían desde el año 2013. ¿Está ahí el suelo o puede haber caídas más allá? Según Óscar Germade, de BNP Paribas Personal Investors, por debajo de los niveles actuales, el siguiente soporte importante que tiene el Ibex-35 está en los 7.500 puntos, mínimos de 2013. Si se perfora ese nivel, la siguiente referencia estaría en los 7.200, para a continuación poner el punto de mira en los mínimos de 2012, en los 6.000 puntos. Pero considera exagerado pensar que el selectivo pueda revertir toda la recuperación que registró entre 2012 y 2015. Para ello, asegura, tendría que confirmarse una recesión global.

Otros expertos, como Luis Lorenzo, de Dif Broker, ponen el foco en índices internacionales. Cree que hay que vigilar los 2.700 puntos del Eurostoxx 50 y los 1.800 puntos del S&P 500. Afirma que si ambos aguantan sobre esos niveles, el selectivo español también resistirá. Pero añade que si no lo hacen, el Ibex-35 caerá más que el resto, debido a la incertidumbre política en España. Para Lorenzo, a la baja, los siguientes niveles a tener en consideración son los 7.200 y los 6.800 puntos.

El analista técnico Roberto Moro añade que si el S&P 500 cae de los 1.800 puntos, no descarta que el selectivo español retroceda a los 6.800. A este escenario le da una probabilidad del 55%.

Hay expertos más optimistas. Eduardo Faus, de Renta 4, sigue considerando que la ruptura de los 8.200 puntos del Ibex-35 tiene indicios de haberse producido en falso y que en realidad el selectivo español estaría formando un suelo, como también, en su opinión, lo están haciendo el S&P 500, así como el Russell 2000, el índice en el que cotizan las pequeñas empresas americanas. «Si el movimiento actual es una ruptura falsa, la recuperación en las próximas sesiones debería ser muy fuerte», apunta Faus, que añade que, para confirmar que la ruptura del soporte de los 8.200 puntos fue en falso, el indicador debería recuperar los 8.250. Además recalca que tampoco debería desmarcarse mucho de los 7.800.

Daniel Pingarrón, de IG, cree que lo más probable es que veamos un rebote, la duda es cuándo se podrá asistir a él, porque, como reconoce, «la aversión al riesgo y el pánico siguen siendo máximos, y no se atisba ningún cambio inminente». Para que el rebote sea fiable, Lorenzo dice que la secuencia de máximos y mínimos decrecientes debería romperse: el Ibex-35 debería llegar primero a los 8.000, después a los 8.150 puntos y a continuación a los 8.250, para después encaminarse a los 8.550-8.600.

¿Una nueva recesión?

Pero, más allá de niveles, hay que hacerse obligatoriamente la pregunta de hasta qué punto es preocupante lo que ocurre en la economía. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, percibe un desacoplamiento entre la situación de la economía financiera y la real. Afirma que hay crisis de confianza y cree que para resolverla es necesaria una mayor transparencia coordinada a nivel internacional, con China, Europa y su banca, posiblemente, como principales protagonistas. También demanda una mayor claridad por parte de los bancos centrales.

Esta semana, las intervenciones de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, ante el Congreso y el Senado de EE.UU. inyectaron más inquietud porque reconoció que la inestabilidad de los mercados financieros pueden repercutir negativamente en la economía real. Además, no descartó tipos negativos. Precisamente, el banco central sueco bajó el precio del dinero desde el -0,35% hasta el -0,50%. Y nada de esto sentó bien. Quizás porque entre los inversores cundió la sensación de que los bancos centrales ven algo malo en el horizonte que a ellos se les escapa o porque han perdido la confianza en la efectividad de las medidas de política monetaria.

Según BBVA, la probabilidad de una recesión en EE.UU. ha aumentado hasta el 25%, aunque reconocen que hay indicadores, entre otros la curva de tipos, que se está aplanando, que recogen una probabilidad mayor. Pero según los expertos de Banca March, los indicadores adelantados en EE.UU. no son acordes a una contracción. Tampoco en su opinión los datos macro a nivel global se han deteriorado hasta el punto de hacer temer una recesión. Apuntan, además, a la solidez del consumo como soporte para la economía mundial. Pero el analista financiero Juan Ignacio Crespo apunta que ya hay economías en recesión, como Rusia y Brasil; otras, en estado delicado, como Finlandia y Suiza; y otras en recesión industrial, como EE.UU. o China.

¿Crisis bancaria?
Los expertos de Banca March coinciden con Yellen en que el empeoramiento de las condiciones financieras es un riesgo. Este deterioro, si hablamos de las Bolsas, puede ser forzado, como dice Jaume Puig, de GVC Gaesco, por ventas obligadas de los fondos soberanos de los países productores de crudo para reequilibrar sus presupuestos o de los fondos de inversión que tienen límites de pérdidas fijados en su folleto.

El deterioro financiero no viene sólo de la caída de las Bolsas. También obedece a una quizás incipiente crisis bancaria con epicentros principales en las dudas de solvencia sobre Deutsche Bank, en la escasa eficacia que se adivina en las medidas adoptadas por Italia para sanear a su banca y en Société Générale, que esta semana ha presentado unos resultados tras los que se hundió un 12% en Bolsa. Todo el sector financiero europeo se ha visto contagiado. Y ello puede ser el preludio de un «credit crunch», de un nuevo racionamiento de crédito que afecte a la recuperación europea. Martínez Campuzano dice que esta última consecuencia no es muy preocupante, dado que en los últimos años la financiación a los agentes no ha sido bancaria, sino a través de los mercados. Añade, además, que las entidades financieras europeas cuentan con liquidez y capital suficiente. Pero reconoce que el mercado observa riesgo sistémico y que en la banca europea hay entidades muy apalancadas y que el sector en su conjunto tiene problemas de rentabilidad. Nicolás López, de MG Valores, comenta que la banca está sufriendo caídas en el valor de sus acciones y en activos de deuda subordinada (cuya remuneración, en muchos casos, depende de que la entidad logre beneficios), pero no sufre problemas de liquidez. «Hay una percepción de que la rentabilidad de los bancos va a ser más baja y a esa nueva situación se están ajustando las valoraciones», comenta López. Crespo recuerda que el riesgo de recesión cotiza a la baja en los bancos, porque se asume que la morosidad crecerá.

López añade: «Puede haber miedo, también, a que se necesiten más recapitalizaciones y a que parte del coste lo tengan que asumir los bonistas subordinados, pero no se va a trasladar a la economía con un 'credit crunch'».

Crespo añade que la desconfianza entre bancos puede ocasionar una reducción de la financiación interbancaria, pero este mercado, dice, ya no es tan importante como en 2008 y los bancos centrales están inyectando liquidez, por lo que un eventual 'credit crunch' sería de menor dimensión que entonces. De todas formas, no hay que descartar que el contagio vaya a más y que el deterioro de los activos bancarios se acelere. De ahí a hablar de un nuevo Lehman hay un gran trecho. Para empezar, a cualquier banco que tenga problemas se le rescatará, aunque quizás con un coste importante para accionistas y bonistas subordinados. Pero por el momento, según dice Crespo, no estamos en el punto de que se esté planteando el rescate de una entidad financiera. De todas maneras, hay que tener en cuenta que los procesos de deterioro pueden ir muy rápido y las profecías negativas tienen el riesgo de autocumplirse.


¿El crudo afecta a la banca? López cree que la exposición es pequeña, aunque los expertos de Banca March la han contabilizado en 200.000 millones de dólares si se asumen no sólo los créditos directos a petroleras, sino también la financiación a empresas dedicadas al 'trading' de materias primas, por lo que hay que seguir pendientes del crudo. Y de China, que esta semana ha dado tregua con su fiesta. Con tantos frentes abiertos, la prudencia debe mandar.

EXPERTO DICE QUE EN EL PRIMER SEMESTRE EL PETRÓLEO CAERÍA A US$20 POR BARRIL



Según Gen Epstein editor económico, en una de sus columnas en la revista Barron señaló que el último tramo del mercado bajista para el io internacional del petróleo que inicio a mediados de 2014, está probablemente a la vista, a medida que los productores marginales quedan en el camino. Los recortes de producción deberían provocar un repunte del precio del oro negro en el segundo semestre de 2016.

Sin embargo antes de que esto ocurra, el crudo estadounidense WTI, probablemente seguirá cayendo, tal vez hasta los US$20 por barril, para superar los US$50 a finales de año.

Según señala el experto en su escrito, los inversionistas en acciones también pueden recuperar sus fuerzas. En los últimos tiempos, los índices accionarios han estado muy relacionados con el precio del oro negro. Este patrón se ha mantenido pese a que la gran mayoría de las empresas globales se benefician de un petróleo más barato, ya que para llevar a cabo sus operaciones deben comprar productos refinados.

Es cierto que muchos son los países exportadores de petróleo son mercados emergentes y que la caída de los precios ha desacelerado su crecimiento económico y mellado sus fondos soberanos. No obstante muchos agentes del mercado suscriben a la errónea creencia de que precios bajos del crudo indican una inminente recesión mundial.

Así las cosas, la esperada recuperación del petróleo en el segundo semestre del presente año traiga una recuperación de las bolsas. Tal vez incluso antes de esa fecha los operadores se den cuenta de que el mercado bajista de esta materia prima ha sido principalmente el reflejo de un mundo inundado de oro negro.

Es cierto que la debilidad de la demanda global ha jugado un papel importante en la acumulación de suministro, pero ha sido una debilidad en la tasa de crecimiento, no una contracción económica. Una mayor desaceleración de la expansión mundial, especialmente en China, también influirá, pero de todas formas la oferta dominará la escena a medida que los recortes en la producción generen un repunte de los precios.

El consumo mundial de petróleo se ha sostenido relativamente bien. Se elevó de 91,9 millones de barriles al día en 2013 a 92,8 millones en 2014, un incremento de sólo 0,9 millones. En 2015, el consumo creció a 94,5 millones de barriles diarios, un aumento relativamente importante respecto de 2014, pero eso se debió principalmente al gran abaratamiento del petróleo.

Eric Lee, analista sénior de energía de Citigroup, pronostica para 2016 un crecimiento mediocre de la demanda de petróleoen gran parte debido a la desaceleración económica prevista en China de un millón de barriles diarios, a 95,5 millones.

El lado de la oferta ha sido, por lo tanto, el principal motor del exceso de suministro que ha dado lugar al mercado bajista. Y en ninguna parte ha sido la revolución de la oferta más dramática que en EE.UU. En 2010, por ejemplo, el país bombeó 5,5 millones de barriles diarios, pero gracias a la fracturación hidráulica o fracking la extracción de petróleo de formaciones de esquisto la producción aumentó a 8,7 millones en 2014 y a 9,7 millones en 2015.

Mientras tanto, Arabia Saudita, durante mucho tiempo el integrante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo que subía o bajaba la producción para equilibrar los precios, reconoció que es incapaz de controlar el mercado y empezó a producir a toda máquina para ganar lo más posible. Rusia también pudo elevar su producción del año pasado, en parte debido a que el colapso del rublo frente al dólar significó más rublos por la venta de crudo, que se negocia en la divisa estadounidense, a pesar de la caída en el precio del petróleo.

El exceso de oferta mundial de petróleo queda de manifiesto con la acumulación de inventarios. Fuera de EE.UU., la capacidad de almacenamiento en tanques está prácticamente agotada. Edward Morse, jefe de investigación global de materias primas de Citigroup, dice que las altas temperaturas de diciembre generaron un excedente de combustible para calefacción en Europa que se almacenó en barcos, ya que no hay otro lugar donde guardarlo.

EE.UU. es prácticamente el único país tiene espacio de almacenamiento disponible. Incluso allí, como informó la semana pasada la Administración de Información de Energía, “con 502,7 millones de barriles, los inventarios de crudo de EE.UU. permanecen cerca de niveles no vistos para esta época del año en al menos los últimos 80 años”. Esta cifra no incluye el crudo de la reserva estratégica del gobierno, unos 700 millones de barriles más.

Este no es el momento para comenzar a vender esa reserva estratégica, por menos estratégica que se haya vuelto, pero las restricciones de exportación fueron levantadas por el Congreso en diciembre. Fue una medida sensata, pero que dará frutos en el largo plazo. Por el momento, el mercado de crudo en otros países parece estar casi saturado.

La disminución de los precios, de un promedio de US$37,20 en diciembre a US$31,70 en enero con un mínimo de US$26,68 el 20 de enero, se debió a cuatro factores: señales claras de la desaceleración de la economía china, y por consiguiente una caída de la demanda en ese país; un invierno benigno en Europa, que causó una acumulación de enormes existencias de combustible para calefacción que se tuvieron que almacenar en buques; las apuestas de los inversionistas a un descenso de los precios debido al levantamiento de sanciones contra las exportaciones iraníes; y la habitual retracción estacional de las refinerías en enero y diciembre.

Como señala Morse, “las únicas entidades en el mundo que realmente consumen crudo son las refinerías”. Se espera una recuperación de los precios en febrero y marzo, debido al retorno de la demanda de las refinerías y al típico patrón de invierno en el hemisferio norte, con aumentos de precios que acompañan las temperaturas más bajas de febrero y marzo.

Para el segundo trimestre, Morse anticipa un retorno a la debilidad de los precios basado en dos factores clave: un período más largo de mantenimiento de las refinerías en todo el mundo, en particular en EE.UU., especialmente en abril, lo que provocará un retroceso de la demanda; y la expectativa de que para ese mes la producción iraní tenga un efecto notable en el suministro.

Según Steve Briese, editor y escritor del Bullish Review of Commodity Insiders, esto podría sentar las bases para el largamente anticipado escenario de US$20 el barril. Al 2 de febrero, los grandes especuladores tenían posiciones que se beneficiaban única y exclusivamente de un alza de los precios de 579.266 contratos, casi 36% de todas las posiciones abiertas en crudo en la Bolsa Mercantil de Nueva York. A medida que los fundamentos comienzan a afectar el precio, la liquidación forzosa de estas posiciones alcistas podría deprimir brevemente el precio a niveles tan bajos como US$20 el barril.

Lee, de Citigroup, también prevé un escenario provisional de US$20 causado por los fundamentos de oferta y demanda. Si los suministros se acumulan hasta el punto que se agote toda capacidad de almacenamiento, incluso en EE.UU., cualquier producción tendría que ser vendida inmediatamente, señala. Tales ventas de emergencia podrían hacer caer brevemente los precios por debajo de US$20 por barril.

No obstante, los precios repuntarán en el segundo semestre. “Creemos que el mundo está a punto de perder mucha producción de petróleo en EE.UU., Colombia, México, Venezuela, China, y luego posiblemente en Rusia, Brasil y el sector del Mar del Norte del Reino Unido”, apunta Lee.

Rusia está en un aprieto, explica. El gobierno tiene una cantidad cada vez menor de reservas de divisas. A menos que decida gastarse todas sus reservas, tendrá que aumentar los impuestos, que probablemente afectarán a las compañías de hidrocarburos. Estas, por ende, se verían obligadas a reducir su producción, matando parcialmente la gallina de los huevos de oro que ha sido la principal fuente de divisas de Rusia.

Morse proyecta un precio promedio de US$50 en el cuarto trimestre, del cual Barron’s extrapola US$55 para diciembre. Como muestra de lo mucho que ha cambiado el entorno, tenga en cuenta que cuando en marzo de 2014 predijimos un barril a US$75, era una proyección exageradamente pesimista. Una previsión de US$55 ahora parece bastante optimista.


En los últimos cinco años, el mundo ha encontrado un billón de barriles adicionales de petróleo, el equivalente a 30 años de suministro adicional; una tercera parte de ese petróleo proviene del esquisto, otra tercera parte de aguas profundas, y el resto de arenas bituminosas. Durante el año pasado, los costos de recuperación de estas fuentes se redujeron notablemente. Un retorno a los precios del crudo de tres dígitos es poco probable en el futuro previsible.

GANANCIAS DE BANCOS COLOMBIANOS FUERON MAS DE NUEVE BILLONES EL AÑO PASADO



Al cierre de noviembre de 2015 los activos de los establecimientos bancarios colombianos sumaron $502,6 billones. El patrimonio de las entidades durante este mismo periodo alcanzó los 65,87 billones y las ganancias sumaron $9,05 billones.

Vale la pena destacar que en los 11 primeros meses del año 2015, el banco local que registro las mayores ganancias fue Bancolombia con $2,39 billones, le sigue Banco de Bogotá con $2,04 billones y en el tercer puesto se encuentra Davivienda con $1,30 billones.

Por otro lado, los bancos extranjeros que más reportaron utilidades a noviembre de año precedente fueron BBVA con $546.850 millones, Banco Corpbanca con $272.630 millones y Colpatria con $272.513 millones.


Finalmente, el Banco Agrario de Colombia (Banagrario) registró ganancias por $335.776 millones.

¿QUIÉN SE QUEDA CON EL DINERO DE LAS CUENTAS OLVIDADAS EN SUIZA?



Los bancos suizos cuentan con más de 2.600 cuentas bancarias y 80 cajas de seguridad inactivas en los últimos 50 años.

Y es que la nueva ley bancaria obliga a ser más transparente y busca regularizar la banca suiza con estándares internacionales. Según la normativa, para ser contemplada dentro de esta categoría debe contar con al menos 500 francos francos y haber sido "abandonada" por lo menos por 50 años. A grosso modo se calcula que pueden guardar cerca de 44 millones de francos.

Pero ¿qué pasa con el dinero de una cuenta abandonada?

En primer lugar, comienza con la búsqueda de posibles herederos. Pero deben probar que estas cuentas les pertenece, lo que puede ser una tarea difícil.  Y para eso también hay un plazo: un año aunque se puede extender a cinco si los bienes en cuestión llevan inactivos por lo menos 50 años.

Los motivos por los que una cuenta puede permanecer oculta son varios. Bien porque el titular de la cuenta fallezca repentinamente sin comunicarla a sus familiares, bien porque se cambie de entidad o por último porque traslade su residencia y no se lo comunique al banco.

De cualquier forma, las cuentas no pueden permanecer allí eternamente. Por lo que si no se reclama, permanecerá otros tres años y después será enviado al Estado, junto con los intereses generados.


¿POR QUE EL PRECIO DEL PETRÓLEO ESTÁ EN EL PISO?



El barril de crudo ha perdido dos terceras partes de su valor en el último año y medio a cerca de US$30 por barril. Algunos expertos creen que la situación podría empeorar todavía antes de comenzar a recuperarse. Estas son algunas de las razones que crearon el escenario actual.

China ya no está consumiendo tanto
BBVA estimó que cerca del 50% de la caída en los precios del crudo puede atribuirse al menor crecimiento del gigante asiático. Ese país creció casi un 10% al año entre 2001 y 2014 pero se ha desacelerado y podría expandirse apenas 6,5% en 2016. En consecuencia su consumo de petróleo es menor. 

Hay demasiado petróleo
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía el exceso de oferta en el primer semestre del año será de 1,5 millones de barriles por día en el primer semestre. Esta proyección asume que Irán pondrá en el mercado unos 600.000 millones de barriles por día tras el levantamiento de las sanciones.

La política es menos importante
La aseguradora Coface indicó en un reporte que las tensiones geopolíticas cada vez cuentan menos a la hora de fijar el precio del petróleo. De hecho las tensiones entre Irán y Arabia Saudita no tuvieron ningún efecto significativo en el mercado. El exceso de oferta es tan grande que a los inversionistas ya no les está preocupando un corte inesperado del suministro. Un inverno menos duro

El cambio climático también está en esta historia.
El comienzo del invierno de este año en Europa y Japón fue anormalmente débil lo que redujo la demanda de combustibles para calefacción. Una temperatura más cálida se sumó a unos mercados muy pesimistas y puso presión adicional a los precios, explicó la Agencia Internacional de Energía.

Pesimismo de los mercados internacionales

BBVA cree que una parte, pequeña, de la caída del precio no se explica por los fundamentales del crudo. El mal momento de las bolsas en el mundo desde que comenzó el año y el fortalecimiento del dólar también están afectando la cotización.

BANCO MUNDIAL BAJÓ PROYECCIÓN DEL PRECIO DE PETRÓLEO PARA ESTE AÑO


Para el 2016 a US$37.

El Banco Mundial rebajo a US$37 su pronóstico del precio de petróleo para 2016. Vale la pena destacar que en su anterior informe (de octubre) el banco había proyectado un precio de US$51 por barril de crudo.

Esta baja en la proyección del Banco Mundial obedeció principalmente a que Irán haya comenzado las exportaciones de crudo antes de lo previsto, además de la fortaleza de la producción estadounidense, gracias a la reducción de gastos y a las mejoras de la eficiencia.

La entidad resalto que durante 2015 el precio del petróleo cayó un 47%, pero destacó que se espera que en 2016 tenga una caída adicional en el promedio anual de un 27%. También manifestó que "prevé una recuperación gradual a lo largo del año respecto de los bajos niveles actuales", del mismo modo, señala que "se espera que los productores de petróleo con costos altos sigan registrando pérdidas y que realicen cada vez más recortes en la producción", lo que compensará la capacidad adicional que ingrese al mercado. Así mismo, expresó que se espera un repunte de la demanda de petróleo, luego de una leve recuperación en el crecimiento mundial.


Finalmente, John Baffes, economista superior y autor principal del informe indicó que “es probable que los precios del petróleo y de los productos básicos se mantengan en niveles bajos durante algún tiempo”.

VENEZUELA SE HUNDE POR EL BAJO PRECIO DEL PETRÓLEO


La debacle económica de Venezuela parece no tener fin: se profundiza a medida que los precios del petróleo van tocando fondo, entre desesperados intentos del presidente Nicolás Maduro por lograr en la OPEP una estrategia que frene la caída en picada del crudo.

Las alarmas están al máximo. Con un modelo estatista y ultradependiente del crudo, el país con las mayores reservas petroleras del planeta sufre la peor crisis de los últimos 30 años, en un clima de creciente tensión política y hastío popular.

"La crisis es severa, los ingresos se desploman y el riesgo país se dispara. La caída del precio del petróleo es una catástrofe para el flujo de caja, pero hacer default podría ser suicida y el gobierno lo sabe".

En un mercado colapsado por la sobreoferta y la débil demanda, la cotización del crudo cayó este mes a su nivel más bajo en 12 años, a menos de 30 dólares el barril, un golpe certero para una economía que obtiene 96% de sus divisas del petróleo y depende de las importaciones.

El economista Asdrúbal Oliveros, de la firma Ecoanalítica, estimó que con el barril a ese precio, el déficit de caja este año será de 27.000 millones de dólares. Con un bajo nivel de reservas internacionales (15.558 millones de dólares, 24,6% menos que un año atrás), la caída de un 70% de los ingresos acumuló deudas comerciales por unos 12.000 millones de dólares.

La economía venezolana se contrajo 7,1% el año pasado, según Cepal. La inflación, de 141,5% anualizada a septiembre (oficial), y la escasez, que supera dos tercios de los productos básicos, asfixian a la población. Largas filas se forman en supermercados para comprar harina, arroz, café, aceite y otros alimentos subsidiados, de venta regulada.

Admitiendo una situación "catastrófica", Maduro decretó una emergencia económica para encarar la crisis, pero fue rechazada hace una semana por el Congreso -dominado por la oposición tras 17 años de hegemonía chavista-, por atribuirla a un "modelo fracasado".

En la llamada "petrodiplomacia", con los precios por las nubes durante gran parte de los 14 años que gobernó, Hugo Chávez desafió la hegemonía de Estados Unidos y puso a Venezuela en el centro de la geopolítica regional.

Hoy, debilitado ese liderazgo, el gobierno desplegó hace más de un año un lobby entre productores dentro y fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para concertar una política frente al colapso del oro negro.

Maduro, quien propone la cita en febrero, enviará por esos países al ministro del Petróleo y presidente de la petrolera estatal PDVSA, Eulogio del Pino. Pero el cabildeo ha sido infructuoso.

La OPEP, liderada por los países árabes del Golfo, rehúsa recortar su producción, como parte de una estrategia para sacar del mercado a competidores fuertes como los productores de petróleo de esquisto estadounidenses, lo que Maduro considera una política "suicida". "Hay una guerra geopolítica contra el petróleo que (...) va a afectar gravemente este año y el próximo toda la economía mundial", advirtió.

Venezuela, que produce unos 2,65 millones de barriles por día según la OPEP, necesita el crudo a 80 dólares para equilibrar su flujo de caja, lo que no está en el horizonte de 2016.

El economista Christopher Dembik, de Saxo Banque (París), estima que Venezuela no podrá evitar una "terapia de choque" y "tomar el camino de las reformas" para lograr su independencia económica.

El mandatario socialista espera salir del laberinto sin recurrir a medidas de corte neoliberal -de lo que acusa a la oposición-, pero se plantea un tema sensible para los venezolanos: aumentar el precio de la gasolina, la más barata del mundo (0,015 dólares por litro, a la tasa oficial más baja), gracias a un subsidio congelado desde 1998.

Oliveros opinó que "dado el entorno internacional y los desequilibrios internos, se tiene la oportunidad de oro" de eliminar el subsidio que ha costado al país unos 29.000 millones de dólares en los últimos tres años, e incentiva un contrabando multimillonario por las fronteras, especialmente hacia Colombia. "Ha llegado la hora", dijo el presidente hace dos semanas ante la Asamblea Nacional, al señalar que Venezuela debe dar el "salto" de la economía rentista a una productiva.

Una intensa campaña mediática busca sensibilizar a la población con anuncios que explican la locura de vender una empanada a un valor muy inferior al costo de producción: "En Venezuela pasa algo similar con el precio de la gasolina, vale 35 veces menos de lo que cuesta producirla", reza el eslogan.

Llenar un tanque de gasolina de un automóvil cuesta apenas 60 centavos de dólar. Un conductor, en una estación de Caracas, ilustró el "disparate": "Pago con un billete de 20 bolívares, cuatro por la gasolina y el resto de propina".





ANTICIPAN CRISIS FINANCIERA MUNDIAL


Un alto experto de la OECD indica que el sistema financiero global enfrenta una avalancha de quiebras que comprometerán la estabilidad social y política del planeta.

Ese experto es William White y sus comentarios en la reunión anual de Foro Económico Mundial en Davos han sido transcritos por el columnista del Daily Telegraph Ambrose Evans–Pritchard (“Fears of global liquidity crunch haunts Davos”, enero 16 de 2016). White fue el economista en jefe del Bank of International Settlements (BIS), una entidad que de tiempo atrás viene alertando sobre los peligros del aumento en las deudas de las economías.

Según este experto en teoría monetaria, “la situación es peor que la de 2007. Hemos agotado la munición que teníamos para combatir las recesiones”. Y agrega: “Los mercados emergentes eran parte de la solución después de la crisis de Lehman Brothers (a finales de 2008). Ahora ellos son parte del problema”.

Para White, las políticas de expansión cuantitativa (‘quantitative easing’ en inglés) y de tasas reales de interés cero que adoptaron los países después de la crisis del 2008 se tradujeron en burbujas de crédito en las economías emergentes y evitaron ajustes de fondo en los niveles de endeudamiento de las economías mas avanzadas.

De hecho, la deuda pública y privada combinada de las economías emergentes están actualmente en 185% del PIB, en tanto que las de los países miembros del club exclusivo de la OECD se sitúa en 265% del PIB, un crecimiento en ambos casos del 35% frente a los altos niveles a los que se llegó en 2007, justo antes de la Gran Recesión.

Entonces lo que se discute es cuáles de las deudas en el mercado financiero internacional serán reestructuradas y cuáles quedarán impagas, ahora que la economía mundial muestra señales de que está ad portas de otro período recesivo y que los índices bursátiles están cayendo.

Hasta se escuchan voces que sostienen que los depositantes con ahorros superiores a US$100.000 deberían sufragar parte de los costos de las recapitalizaciones requeridas en las eventuales operaciones de rescate de instituciones financieras quebradas.


TENDENCIAS DE CONSUMO GLOBAL EN 2016


Euromonitor revela nuevos hábitos de compra que retan a las marcas.

Los retos son para los que quieren conquistar al consumidor.
Los consumidores son cada vez menos fieles a las marcas y se encuentran mayor informados, dado que tienen herramientas tecnológicas a la mano y buscan la mejor opción.
El informe 'Las 10 principales tendencias globales de consumo para el 2016’, revelado por la firma de investigaciones de mercado Euromonitor International, indica que se debe a que a que están envalentonados por múltiples oportunidades para comparar precios.

Los nuevos consumidores igualmente se preocupan menos por las etiquetas y los productos conocidos.

"Los consumidores agnósticos revolotean entre tiendas y productos buscando valor y novedad, lo que presenta un reto para las marcas que quieren conectar con ellos o buscan la lealtad", afirma la autora del estudio, Daphne Kasriel Alexander.

En opinión de esta experta, los nuevos compradores quieren ahorrar y buscan los mejores precios, pero por el otro gastan en los productos que los inspiran.

Otra de las tendencias que describe el estudio es la fluidez de género que, "ya está aquí, junto a los aparatos tecnológicos y la moda andrógina, que pueden ser más obvios, ya se ve un cambio en la clasificación de algunos juguetes para difuminar las líneas de género y en la manera como cada vez más comerciantes los exhiben, aunque los activistas, que incluyen a varios padres, están presionando por más", agrega el análisis.

Igualmente, el estilo andrógino está actualmente al alza, tal y como indica el informe de Euromonitor, los dispositivos como los relojes o las gafas inteligentes, están ayudando a esta tendencia, ya que el uso no se asocia a ningún sexo en particular.

Por ejemplo, Meryl Streep optó por el ´look’ andrógino cuando fue galardonada en la última versión de los Premios Afta .

En la moda, diseñadores como Marc Jacobs y Hermès mezclan la ropa femenina y masculina.

La popularidad de la ropa deportiva y sin género es creciente y compañías de consumo masivo como North Face y Converse también impulsan la propagación de la moda unisexo.

La tercera tendencia de consumo es que, cuando el consumidor adquiere un bien o servicio le importa cada vez más la seguridad y compra pólizas que le evitan un dolor de cabeza posterior. Por ejemplo, para un viaje de placer o vacaciones.

La cuarta tendencia es que hay un mayor número de solteros, buen aparte de ellos sin hijos, y que sus ingresos les permiten tener una mayor solvencia económica o incluso un nivel elevado de vida.

“Con menos compromisos y más posibilidades de gasto, los solteros apuestan por experiencias personales, como viajes solos, y son amantes del consumo de lujo. Además, no escatiman a la hora de comprar regalos para otros niños, como sobrinos o hijos de amigos. Algunos de ellos son ‘yuccies’, creativos urbanos entre 20 y 30 años, que son vistos como un híbrido de hipsters y yuppies”, dice el portal inforetail.com.

La autora también prevé que este año los consumidores se alimentarán más sano y estarán más concientizados con el fin de evitar el desperdicio de alimentos.

También se preocupan más por el estado físico, la salud y el sobrepeso, y empiezan a evitar la llamada comida ‘chatarra’.

“Ahora muestran más interés en los productos naturales, alimentos locales y de temporada (que son más baratos”, dice.

Esto último es una tendencia llamada locavorismo, que consiste en consumir alimentos que no implique largos tiempo de envío, pues así se reduce el consumo de energía y la huella de carbono.

Para citar un caso los ´fans´ señalan el de un movimiento en Gran Bretaña que promueve el consumo de alimentos que se cultiven a 160 o menos kilómetros de distancia de casa.

Los nuevos compradores también quieren cambiar el mundo, especialmente los ´millennials´, y miran que las marcas que compren sean responsables con el medio ambiente en sus fases de producción y distribución. Paralelamente, les anima participar en las causas sociales.

Sin embargo, los adultos mayores también representan un gran mercado y son otra tendencia de consumo en 2016, pues la tasa de longevidad ha crecido, gozan de buena salud, tiene más energía y gastan más que antes.

Se prevé que este año el mundo tendrá 626 millones de personas mayores de 65 años, sobre una población total de 7.300 millones.

El informe de Euromonitor añade que hay cada vez más consciencia del valor del tiempo, y no pocas personas mercan en tiendas de proximidad o recurren al comercio electrónico.

Además, los compradores requieren un servicio al cliente con horarios más amplios, y algunas compañías usan las redes sociales como herramienta para resolver problemas con el consumidor, añade Euromonitor.

De acuerdo con las proyecciones de la firma, el número de conectados a internet alcanzará 3.000 millones en el 2016.

No obstante, a medida que profundizan en la tecnología crece su interés por conocer los riesgos para la salud física y mental que implica el uso excesivo de teléfonos, tabletas y otros dispositivos electrónicos.





COMO ES EL SECTOR EMPRESARIAL MODERNO


El mundo de los negocios no es lo suficientemente dinámico, ni siquiera en Estados Unidos.
Es natural que las empresas maduras devuelvan efectivo a sus inversionistas.

Es fácil afirmar que los negocios modernos son muy frenéticos. La semana pasada, 10,000 millones de acciones de las 500 compañías más grandes de Estados Unidos cambiaron de manos, sus CEO recibieron 750,000 correos electrónicos y, en cinco días, estas empresas habrán recomprado US$ 11,000 millones de sus propias acciones, un monto cercano a lo que han invertido en sus operaciones.

Muchos lamentan esa hiperactividad y los críticos del capitalismo dicen que el pensamiento de largo plazo es un lujo. Cuando los gerentes no están esforzándose por satisfacer a los inversionistas, cuya lealtad hacia la firma es medida en semanas, están impulsando los precios de las acciones de su empresa a fin de maximizar su remuneración.

Los ejecutivos también se sienten acosados y se presume que la competencia es cada vez más feroz. Sin embargo, tales percepciones no resistirían un análisis riguroso pues el cortoplacismo no es la amenaza que aparenta ser, y el problema con la competencia es que no es lo suficientemente fiera.

Comencemos con el cortoplacismo. Por más de 50 años, Warren Buffett ha hecho dinero basándose en la premisa de que otros inversionistas se comportan como pollos sin cabeza. Y los economistas advierten que la renuencia de las empresas a invertir sus ganancias afecta el crecimiento económico.

Pero ni siquiera en Estados Unidos, el hogar del capitalismo hiperactivo, “cortoplacista” es el término correcto. Desde la crisis de 2008-09, los horizontes de las empresas se han extendido. Los nuevos bonos corporativos tienen un vencimiento promedio de 17 años, el doble del que tenían en los noventa. El 2014, los CEO que salían de las empresas que conforman el índice S&P 500, habían desempeñado ese cargo por una década en promedio —más que en cualquier otro año desde el 2002—.

Además, el tiempo promedio de tenencia de una acción de ese mismo índice es 200 días, el doble del nivel registrado el 2009. El CEO de BlackRock, la mayor administradora de activos del mundo, les pide a las empresas elaborar planes de acción a cinco años.

Tampoco hay menos inversión. El mismo sistema que es acusado de miopía ha financiado con US$ 500,000 millones la revolución de la energía de esquisto y el boom de la biotecnología experimental, entre otros emprendimientos. En relación con el total de activos, ventas y PBI, la inversión de las empresas estadounidenses se ha mantenido estable, solo que en lugar de fábricas y máquinas, ahora lo hace en software, investigación y desarrollo (I+D).

Si las empresas reinvirtiesen el dinero que gastan en recomprar acciones, su gasto de capital y sus costos en I+D aumentarían hasta 15% de las ventas, muy por encima del promedio de los últimos 25 años (9%). Pocos CEO optarían por tal derroche solo porque las tasas de interés estén bajas, especialmente si están así debido a preocupaciones de índole económica.

Es natural que las empresas maduras devuelvan efectivo a sus inversionistas a través de dividendos y recompras de acciones. Además, la inversión en activos es riesgosa, tal como lo demuestran las hoy ociosas fábricas y acerías chinas.

El problema que enfrentan las compañías estadounidenses y de otros países ricos, es que al mantener mucho efectivo disponible se podría generar un déficit de demanda en la economía. Las políticas macroeconómicas pueden ayudar a impulsar la demanda, pero la competencia también puede marcar la diferencia al reducir las ganancias e incentivar a las empresas a invertir más.

El boom de Silicon Valley da la impresión de una era dorada de dinamismo —en sectores como taxis y startups sí está provocando una revolución—, pero en general, el capitalismo estadounidense está más retraído que antes. La tasa de creación de pequeñas empresas es la menor desde la década de 1970 y su participación en términos de número de trabajadores se ha reducido.

De los trece sectores productivos de ese país (excluyendo la agricultura), diez estaban más concentrados el 2007 que en 1997. Desde la quiebra de Lehman Brothers, el 2008, las empresas estadounidenses han realizado transacciones por US$ 11 millones de millones —equivalentes al 46% de su valor de mercado— cuyo principal objetivo ha sido aumentar su participación de mercado y su poder de marcar precios.

Sectores como aviación comercial, TV por cable, telecomunicaciones, alimentos y salud son ahora menos competitivos. Las gigantes tecnológicas con elevada participación de mercado están obteniendo enormes ganancias y poseen el 41% de todo el efectivo mantenido por las compañías no financieras.

Para resolver el problema, primero hay que eliminar las barreras a la creación de pequeñas empresas. Cerca del 30% de las ocupaciones requiere licencias —por ejemplo, los guías turísticos en Nevada tienen que certificar 733 días de entrenamiento—. Alrededor del 22% de las pequeñas empresas señala que su principal obstáculo es la burocracia y muchas tienen dificultades para obtener crédito.


Segundo, hay que ser vigilante con los oligopolios: el regulador estadounidense solo ha bloqueado un puñado de fusiones desde el 2008. En lugar de intentar establecer el horizonte sobre el que las empresas y los inversionistas deben pensar, los gobiernos necesitan promover la competencia. Esa es la mejor forma de aprovechar la energía hiperactiva del capitalismo en beneficio del crecimiento económico.

CUIDADO CON LA BRECHA ENTRE RICOS Y POBRES QUE CADA VEZ SE AMPLIA MAS


¿Qué opina Anthony Atkinson, sobre la inequidad de la distribución de ingresos y cómo solucionar este problema?

El aumento de los ingresos elevados (y el estancamiento de los bajos) es en parte el resultado de tendencias como la globalización o el cambio tecnológico.

Los libros contemporáneos sobre la inequidad de la distribución de ingresos se dividen en antes y después de la publicación de “El capital en el siglo XXI”, de Thomas Piketty, cuya edición en francés salió en agosto del 2013 y, siete meses después, su traducción al inglés causó revuelo y se convirtió en un best seller internacional. El estudio logró enfocar la atención y generar debate sobre la creciente riqueza e inequidad, y hasta ofreció un posible remedio: un impuesto global sobre el patrimonio.

Ahora es el turno del economista británico Anthony Atkinson, quien acaba de publicar “Inequality: What Can Be Done?”. Además de haber trabajado por más de cuatro décadas en la investigación de la inequidad y la pobreza y construyó con él una base de datos histórica sobre altos ingresos.

Atkinson es más radical que Piketty: propone gravar con fuertes impuestos a los ricos, quienes, estima, han tenido una tributación muy flexible durante la última generación. Pero eso no es todo, pues también piensa que el gobierno debe entrometerse en todo tipo de mercados para influenciar la distribución de las recompensas económicas.

Sus recomendaciones son un retorno a las décadas de 1960 y 1970, cuando los sindicatos eran una fuerza política dominante y el Estado era visto como un necesario vigía de los mercados. Incluso los economistas que están a favor de la equidad, son renuentes a recomendar controles de salarios y garantías de empleo. Pero Atkinson sí lo hace y aunque sus argumentos no sean totalmente convincentes, sí podrían cambiar la dirección del debate.

El libro se inicia enunciando el daño causado por las crecientes brechas de ingreso: castigan injustamente a los desfavorecidos, además que socavan el crecimiento económico y la cohesión social. Quizás lo más importante sea que la inequidad en la distribución de recursos económicos se traduce directamente en desiguales oportunidades personales. La riqueza genera comodidad incluso si no es gastada, pues los ricos están asegurados contra adversidades futuras o pueden utilizar su patrimonio para alcanzar metas personales o profesionales.

Luego viene la data, que describe un panorama de distribución del ingreso conocido. La inequidad en los países avanzados era elevada antes de las dos guerras mundiales, pero cayó luego de 1945 para volver a incrementarse alrededor de 1980. Dicho aumento caracteriza a la mayoría de economías ricas, especialmente Estados Unidos y Reino Unido, y algunas emergentes como China. Atkinson analiza las diversas fuerzas que históricamente han provocado la disparidad de ingresos.

El autor se detiene en un factor en particular: las formas sutiles (y no tan sutiles) en que los ricos son capaces de influenciar la política gubernamental a fin de proteger sus fortunas. Cuando los gobiernos priorizan baja inflación sobre bajo empleo, o bajos impuestos sobre inversión en infraestructura o educación, están respondiendo a las preferencias de los acaudalados.

El aumento de los ingresos elevados (y el estancamiento de los bajos) es en parte el resultado de tendencias como la globalización o el cambio tecnológico. Pero tales tendencias no deben tomarse por sentadas, pues el gobierno juega un importante rol en darles forma a los cambios. Por ejemplo, la investigación en vehículos autónomos —que podrían eliminar millones de empleos poco calificados— ha sido financiada por el gobierno estadounidense.

Si los trabajadores tuvieran más presencia política, dicho gobierno habría dirigido sus fondos hacia la investigación de tecnologías que complementen las aptitudes de los obreros.

Atkinson sostiene que el Estado debe estar consciente de su rol en el proceso de innovación y tener en cuenta sus efectos sobre la distribución del ingreso. En particular, tiene que invertir en capital humano —en educación y capacitación— y enfatizar las ventajas de la interacción humana en la administración de los servicios públicos.

Además de la responsabilidad estatal de invertir en capacitación, Atkinson propone quince medidas que impulsarían la igualdad, incluyendo el establecimiento de un salario mínimo, la redefinición de la seguridad social como un ingreso pagado a todos aquellos que contribuyen con la sociedad, y el otorgamiento de garantía de empleo, de ser necesario en el sector público, a quienes lo deseen.

El autor no teme pronunciar verdades incómodas, como por ejemplo que la comodidad que otorga la riqueza importa tanto como el consumo que puede procurarse, que tener un empleo podría no ser suficiente para brindar al trabajador un estándar de vida que mejore a la par con el crecimiento económico o que el poder económico se protege a sí mismo de formas sutiles y perniciosas, que solo podrían revertirse con un gobierno intervencionista.


La solución planteada por Atkinson podría no ser la correcta, pero su libro le recuerda al lector cuán anticuadas se han vuelto las políticas económicas de posguerra y cuán distorsionada se vería la economía de hoy para un observador del pasado no tan distante —o quizás, de un futuro no tan lejano.

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