El presidente Juan Manuel Santos y el ministro de
Hacienda Mauricio Cárdenas son los padres políticos de la reforma
El gobierno de Juan Manuel Santos finalmente presentó el
proyecto de reforma tributaria ante el Congreso.
Los
10 puntos centrales muestran que se trata de una reforma dura que busca
recaudar más impuestos y, como a nadie le gusta pagar más, será difícil de
vender ante la opinión y los congresistas en un momento crítico por la
renegociación del Acuerdo de Paz. Pero también es una reforma que en sus
apartes menos obvios y más técnicos está orientada a lograr más equidad,
reduciendo o eliminando beneficios que suelen usar los más vivos o los que
tienen más plata para contratar asesores expertos.
Como
solo quedan dos meses de sesiones ordinarias para que este la apruebe, y en
todo caso debe estar totalmente lista a más tardar el 31 de diciembre, no va a
haber mucho tiempo para estudiarla a fondo. Este es un primer panorama de los diez puntos
centrales de la Reforma:
1 El
corazón, en plata, sí es el IVA
Aunque esto no es novedad, el incremento de la tarifa general del IVA del 16 al 19
por ciento va a ser el corazón del debate, y posiblemente lo que marque
la reforma: como es un impuesto que es fácil de entender para cualquier persona
e impacta a todos, el
costo político de aumentarlo es muy alto.
Hay detalles que han pasado desapercibidos.
Uno
es que habrá IVA sobre algunos bienes que no tenían ese impuesto como los
cilindros de gas, las cuchillas para máquinas agrícolas, todos los componentes
de los sistemas para convertir motores a gas vehicular (que pasarán a
pagar IVA del 5 por ciento), los
computadores de entre 980 mil y 2,4 millones de pesos, o los celulares y
tabletas de entre 650 y 1,3 millones de pesos.
Uno más es que la venta inicial de vivienda nueva (del
constructor al primer comprador), cuando valga más de $797 millones de pesos de
hoy, y el internet fijo
para estrato 3, pagarán un IVA del 5 por ciento.
Otro es que, para cobrarle IVA a servicios en internet,
ahora los bancos que emitan tarjetas de crédito o los servicios de pagos online deberán retener el valor
del IVA por pagos de servicios online, desde Netflix hasta enseñanza online.
Quién gana, quién pierde:
Con este aumento del IVA pierden
todos los colombianos, pero especialmente los más pobres.
Como lo más probable es que ese aumento del 3 por ciento
se traslade a los precios finales, todos los que compran algo en Colombia, por
lo menos en lugares formales que no capen impuestos, pagarán más. Ese aumento impacta más duro a
los que tienen menos, y por eso la literatura recuerda que es un impuesto
regresivo.
Cuál
es su beneficio social:
Este
cambio tiene solo un objetivo, que es el de ayudar a tapar el hueco fiscal. Los
3 puntos equivaldrían a entre 7 y 7,5 billones de pesos más de recaudo al año,
que son alrededor de un tercio o una cuarta parte de lo que le dejó de entrar a
la Nación por la caída del petróleo y ayudan a equilibrar las finanzas del
Estado.
Aunque se queda corto, ayuda así a que el Estado cumpla la regla fiscal, esté
más lejos de la quiebra y, en general, a que no haya presiones económicas por
ese lado.
Ese
recaudo tiene otra ventaja, y es que el IVA es fácil de administrar para el
Estado y por lo tanto no implica invertir más en la Dian, a diferencia
de cuando se pone a declarar a más gente.
Además, según mostró el informe de la Comisión de
expertos, Colombia tiene
un IVA más bajo que los países de la Ocde o países similares
latinoamericanos, por lo que habría espacio técnico (no necesariamente
político) para subirlo.
2 Empresas
a pagar menos, pero de a poco
Qué es:
Hoy
las empresas pagan 25 por ciento de sus utilidades en renta y otro 9 por ciento
por el llamado Cree (el impuesto que nació en 2012 para reemplazar los
parafiscales en las empresas grandes, y que se paga sobre ingresos más brutos
que la renta). Además, si
tienen patrimonio líquido de más de mil millones de pesos, desde 2015 y hasta
2018 pagan un impuesto adicional a la riqueza de entre el 2,4 y el 4,8 por
ciento de ese capital.
Después de dos años de críticas de empresarios y
economistas, que afirman que
esas tasas son muy altas y asfixian a quienes producen y dan empleo, el
Gobierno propone bajarlas: no
extiende el impuesto a la riqueza (que está vivo hasta 2018), elimina el Cree y los
parafiscales para las empresas que no tenían Cree (excepto para
empleados que ganen más de 10 salarios mínimos) y baja la tarifa de renta al 32 por ciento.
Para que al Estado no le de tan duro el golpe de salir
del Cree la bajada será
gradual, pues en el 2017 la renta sería del 34 y en 2018 del 33 por ciento.
Y para las empresas con más de 800 millones de pesos de renta líquida habrá una
sobretasa del 5 por ciento en 2017 y 3 por ciento en 2018. Es decir, las empresas medianas y grandes
pasarían de pagar 42 por ciento este año a 39 en 2017, 36 en 2018 y 32 por
ciento desde 2019.
Quién gana, quién pierde:
Con
esta reducción todas las empresas tendrán un respiro.
Cuál
es su beneficio social:
Al
darle aire a las empresas estas deberían tener margen para ahorrar, invertir o
contratar empleados, todas actividades importantes para fortalecer la economía.
3 Lo
temporal sigue siendo permanente
Qué es:
El
famoso 4 por mil, que nació en 1999 como un impuesto temporal del dos por mil
de las grandes transacciones financieras y que desde 2014 se había establecido
que iba a ir bajando para desaparecer en 2014, demuestra una vez más el
adagio de que no hay nada más permanente que lo temporal: el proyecto lo deja
fijo y permanente en la tarifa actual.
Quién gana, quién pierde:
Con el cuatro por mil pierde el sector financiero, que es menos atractivo para
hacer negocios, y las empresas y personas que hacen trámites a través de él.
Cuál
es su beneficio social:
El
impuesto conocido técnicamente como gravamen a los movimientos financieros
(GMF), le asegura casi 5 billones de pesos de recaudo a la Nación, lo que ayuda
en plenas vacas flacas.
Además, como los bancos le retienen a las personas la
plata y la Dian solo le tiene que cobrar a ellos y no a millones de individuos,
es muy fácil de administrar.
4 Se
vienen peleas fuertes con sectores concretos
Qué es:
La
reforma incluye varios impuestos puntuales que prometen despertar grandes
peleas con los sectores afectados. Hay por lo menos cuatro grandes y evidentes.
Un
caso es el del impuesto de 300 pesos por litro a bebidas azucaradas, que
no solo incluyen gaseosas sino maltas, bebidas energizantes, jugos con azúcar
añadido, aguas endulzadas, otras bebidas saborizadas (como los tés helados, si
incluyen azúcar o edulcorantes) y los polvos y concentrados para hacerlas directamente. Eso no
solo molesta a las embotelladoras sino a otras empresas de bebidas (desde Bavaria por Pony Malta
hasta La Constancia por sus néctares), sino a los azucareros y los
productores o importadores de edulcorantes que no sean cero calorías.
Otro
es el impuesto al carbono, que será un impuesto más a los combustibles
derivados del petróleo, de entre 95 y 177 pesos el galón dependiendo de
qué producto se trate (para el caso de la gasolina es de 135 y para el Acpm,
152). Esa cifra se obtuvo teniendo en cuenta cuánto dióxido de carbono suele emitir
la quema de un galón de cada uno de ellos.
Uno
más es que se triplica impuesto a los cigarrillos, que es de los
departamento y pasaría de 700 a 2.100 pesos por cajetilla, lo que podría
golpear las ventas de la British American Tobacco y la Phillip Morris.
Y un
cuarto caso es el de los operadores de celulares, porque el proyecto
hace que no solo se pague impuesto al consumo por la tarifa de voz, sino por los datos de los
celulares. Como eso significa un 4 por ciento más de impuesto que se
suma el incremento de 3 puntos del IVA, esas ventas pagarán un 7 por ciento más de impuestos, lo
que seguramente las afectará.
Quién
gana, quién pierde:
En
este caso pierden los consumidores de esos productos y los que viven de
venderlos. Los primeros porque tendrán que consumir menos de ellos, así
sean necesarios para su actividad económica como pasa con los transportadores que consumen Acpm;
lo segundos porque venderán menos.
Pero,
en los dos que afectan la salud de quienes los consumen (el cigarrillo
sin duda y probablemente también las bebidas azucaradas), los consumidores que
pierden por un lado pueden terminar ganando.
Cuál
es su beneficio social:
Excepto
el impuesto al consumo sobre internet móvil, en los otros tres casos la
intención del Gobierno es que ganen los ciudadanos al tener una mejor salud o
un mejor ambiente, pues se trata de impuestos que más que recaudar buscan crear
mejores hábitos de vida.
La validez de ese argumento ha sido y seguramente seguirá
siendo objeto de discusión en el trámite de la tributaria, en parte porque es
una posición paternalista del Estado, en parte porque en el caso del azúcar hay
una discusión global.
Además, sobre todo en ese caso y en el de los celulares tendrá como reto un lobby
poderoso y fuerte del lado de los afectados (el gremio de comerciantes
Fenalco ya sacó un anuncio publicitario en El Tiempo del lunes festivo,
diciendo que el impuesto a las bebidas quebraría a decenas de miles de
tendero).
5 Un
camino para la formalización de pequeños tenderos y peluqueros
Qué es:
Desde que el ministro Mauricio Cárdenas la anunció el
jueves pasado en un foro organizado por el Consejo Gremial, el monotributo se ha convertido
en un punto de debate, pues ha sido señalado de ser una forma para quebrar a
miles de tenderos y pequeños comerciantes. En realidad, es una puerta a que empiecen a
pagar impuestos, que inclusive puede tener costos futuros por sus bajas tarifas.
Se
trata de un impuesto que reemplazará renta para los tenderos peluqueros o
similares que lo quieran (es totalmente voluntario), tengan ingresos anuales de
entre 41,6 y 104 millones a precios de este año, tengan un local con máximo 50 metros cuadrados
y tengan ingresos tan pequeños que no puedan ahorrar para pensión.
Los
que lo acepten quedarán vinculados a una caja de compensación, una ARL y
estarán aportando para EL SUSTITUTO DE PENSIÓN PARA PERSONAS DE MUY BAJOS
RECURSOS LLAMADO BEPS, a cambio de pagar entre 416 y 832 mil pesos al año
Eso, que
es máximo el 1 por ciento de sus ingresos anuales, es muy poco: la tarifa
del impuesto de renta rondaría el 15 por ciento de esos mismos ingresos menos
lo que se gasten para ejercer su actividad económica.
Quién
gana, quién pierde:
A
pesar de las críticas de estos días, con el monotributo no pierden los tenderos
y peluqueros, que no están obligados a acogerlo y pueden terminar pagando menos
que si pagaran renta. Al revés, potencialmente pueden ganar a integrarse a la
economía formal y pagar menos impuestos que competidores más grandes.
Cuál
es su beneficio social:
El
principal logro del monotributo sería incorporar a la economía formal a varias
decenas de miles de pequeños comerciantes .
6 Colombianos,
a pagar más renta
Qué es:
Una
de las cosas que hace la reforma es poner a pagar más impuesto de renta a la
gran mayoría de quienes declaran, porque cambia la tabla por la que se
define cuánto paga una persona para hacerla más exigente. Y eso no ayuda a la
popularidad de la reforma, aunque carga más duro a los de ingresos más altos.
Por ejemplo, hoy los que declaren y en el año tengan una
renta (lo que queda de sumar sus ingresos, excepto los que vengan de
dividendos, y restarles hasta el 35 por motivos como aportes a cuentas AFC, una
cuarta parte de sus salarios e indemnizaciones) de entre $17.851.800 pesos y
$32.430.770 no pagan nada más que sus retenciones, y con la reforma pagarían
hasta $1.190.120, a precios de hoy.
En
el medio de la pirámide, una persona que tenga una renta de $74.382.500 hoy
pagaría $10.116.020 y con la reforma pagaría $11.603.670. Y entre los de
más arriba, una persona con una renta de $148.765.000 paga hoy $32.282.005 y con la reforma pagaría
$36.298.660.
Lo
mismo pasa con la retención en la fuente para los empleados.
Hoy quienes tienen salarios de entre $1.487.650 y
$2.826.535 reciben su plata completa, pero ahora pasarían a retenerles hasta
$166.616, en el caso de los últimos. Con más ingresos, el que gana $6.000.000
yo no vería una retención de $722.403 sino una de $907.466 ; y una persona que
tiene un salario alto de $14.876.500 pasaría de tener una retención de
$3.427.545 a una de $3.911.032.
Quién
gana, quién pierde:
Con
este aumento pierden todos los colombianos, especialmente los trabajadores de
salarios entre 1,5 y 3 millones, que ahora tendrían retención en la
fuente y posiblemente tendrían que declarar.
En
este punto no es fácil hacer el cálculo de cuánto recogería la Nación,
que sería la gran ganadora - al lado de los contadores que suelen ser
necesarios para hacer una declaración de renta y podrían conseguir miles de
nuevos clientes.
Cuál
es su beneficio social:
Bajar
el piso desde el cual se declara y paga impuesto de renta debería ayudar a
hacer más equilibrado el sistema y a descargar a las empresas para que éstas
creen más puestos de trabajo. En últimas, la idea es que quienes tienen
algo o mucho ayuden más a quienes no tienen nada y no pagan impuesto de renta
(pero sí IVA).
7 Sí
habrá impuesto para los ricos que viven de la renta
Qué es:
El
proyecto propone que desde el 2018 se paguen impuestos por las utilidades que
reparten las empresas a sus socios o accionistas, siempre y cuando quienes los
reciban sean personas y no empresas.
Esa obligación que arrancan cuando esos dividendos son de
más de $17.851.800 a precios de hoy, tiene una tarifa que va hasta el 2 por
ciento cuando la persona recibe hasta $29.753.000 y luego sube hasta llegar
casi al 10 por ciento de los dividendos.
La
excepción es si no viven en Colombia (técnicamente, si no son residentes
fiscales), caso en el que pagarán el 35 por ciento de los dividendos porque no
tienen que declarar renta.
Quién
gana, quién pierde:
Con
este impuesto pierden los más ricos que no viven de sus sueldos sino de las
utilidades de sus empresas.
También
pierden la bolsa y el mercado de capitales, que son muy importantes para que
más gente sea accionista (aunque pequeña) y para que las empresas tengan cómo
conseguir recursos, pues para los futuros compradores tener acciones
implica un costo adicional. Por eso, podría incluso impactar a esas empresas
Cuál
es su beneficio social:
Este
impuesto, que tienen todos los países de la Ocde, eliminaría la diferencia que
hay hoy entre recibir un pago por trabajo, que paga renta, y recibirlo por
tener una inversión en acciones, que no paga nada.
Además,
haría que las empresas, en vez de repartir utilidades a sus dueños, tiendan a
aumentar sus capitales, lo que las hace más sólidas y les da más plata
para contratar personas, hacer inversiones o crecer.
8 Menos
beneficios a las entidades sin ánimo de lucro
Qué es:
Uno de los caballos de batalla de la reforma, que YA
HABÍA RESALTADO EL GOBIERNO EN LA REFORMA DE 2014, es la de ponerle el cascabel a las fundaciones que
sirven para pagar menos impuestos y hacer contratos irregulares con el Estado.
La reforma avanza en ese camino.
LO
QUE SEGUIRÍA MAL SI NO HAY UNA REFORMA TRIBUTARIA
Primero, cambia el funcionamiento del régimen especial de esas entidades
por el que hoy pagan impuesto de renta más bajo, del 20 por ciento, cuando
cumplan unas condiciones bastante laxas.
La
reforma hace que esas entidades, las cajas de compensación, sociedades de
alcohólicos anónimos y congregaciones de cultos y religiones reconocidas por el
Ministerio de Interior, en principio no tengan ese régimen y por lo tanto les
toque tributar como empresas.
Deja abierta la puerta para que accedan al régimen si se lo piden a la Dian que
las meta en ese régimen especial, demuestren que tiene un objeto social
de interés general según unas categorías establecidos y bastante reducidas, y
que por ningún camino le devuelvan a quienes las crean lo que aportaron ni les
distribuyan los excedente de su funcionamiento.
Para eso serán publicadas en la web, con el fin de que
los ciudadanos comenten si ven algo irregular, y deberán registrarse en las
cámaras de comercio, lo que debería dar más transparencia.
Además
pone límites a lo que pueden gastar en sus directivos o a lo que le pueden
contratar a familiares o empresas de familiares de ellos, permite sacar
entidades del régimen especial cuando sus directivos sean condenados penalmente
por corrupción o les declaren la caducidad de un contrato público, y establece
sanciones por abusar de esas entidades.
Y
segundo, hoy quienes le donen a esas entidades puede restar de su declaración
de renta toda la donación; ahora solo podrán deducir el 20 por ciento de
lo donado, lo que mantiene algún incentivo a ayudarles pero mucho menor.
Quién gana, quién pierde:
Este
endurecimiento debería ayudarle a la Dian a fiscalizar a estas entidades y
eventualmente a aumentar su recaudo de renta, por lo que saldría
beneficiada.
Perderían
las entidades sin ánimo de lucro que sean parapetos para evadir impuestos,
pero también las que tengan problemas para seguir recibiendo donaciones y las
que son manejadas de tal forma que no logren formalizarse.
Cuál
es su beneficio social:
En
principio, al encontrar dineros que en la práctica tienen ánimo de lucro pero
que están capando impuestos de forma inequitativa e ilegal, estas
herramientas podrían ayudar a hacer más sincera y transparente la economía y a
nivelar el terreno entre sociedades que pagan impuestos y entidades sin ánimo
de lucro que les compiten pagando menos.
Además, al limpiar el panorama de las entidades sin ánimo
de lucro puede ayudar a
que las que realmente lo son tengan más visibilidad.
9 Más
dientes, incluso para esquemas tipo Panama Papers
Qué es:
Uno de los grandes esfuerzos de la reforma es darle más
dientes a la Dian para
investigar y castigar a los evasores, que llega incluso a crear un nuevo delito
llamado “Omisión de activos o inclusión de pasivos inexistentes”, que
aplica para evasión por
más de 5 mil millones de pesos de hoy y daría cárcel por entre 4 y 9 años y multa por el 20 por ciento del
valor de la evasión.
Además de esos dientes evidentes, el proyecto trae muchas
otras normas que ayudarían a evitar esos problemas.
Una es crear un tope a lo que una empresa puede restarle
a su renta diciendo que pagó en efectivo, en buena medida porque ese es un
camino mucho más fácil para evadir que con transacciones por el sector
financiero.
El máximo en 2018 sería del 50 por ciento de los costos y
deducciones (lo que se resta a los ingresos al calcular el impuesto), 3 mil
millones de pesos o el 85 por ciento de todo lo que pagó, lo que sea más bajo;
e iría incrementando hasta el 35 por ciento de los costos y deducciones, unos
1200 millones de precios de hoy o el 40 por ciento de todos los pagos en 2021.
Además,
no aceptarían pagos individuales en efectivos de más de 2 millones de pesos.
En una medida parecida, permitiría a la Dian no aceptar costos y deducciones por
gastos en el exterior cuando una sola persona recibe más de la mitad de
esos montos o si se hacen a paraísos fiscales.
Otra
decisión es que la reforma crea la obligación de revelar la planeación
tributaria agresiva, es decir, los esquemas más “creativos” para crear ventajas
tributarias. Es decir, para eludir impuestos o algo muy similar. Para
ello, quien se inventa esos esquemas (los abogados o contadores) quedan
obligados a revelarlas y, de no hacerlo, puede revisar en cualquier momento la
declaración del que se inventa el esquema y quien se beneficia de él, es decir,
un riesgo permanente de tener que pagar más impuestos.
Además,
crea un régimen especial de entidades del exterior en la que colombianos tengan
10 por ciento o más (incluyendo si no tienen acciones sino que tienen
una opción de compra sobre ellas) o que queden en un paraíso fiscal. La renta
de esas entidades entra a la declaración del colombiano, de forma proporcional.
Un
último ejemplo es que aumenta los pisos o techos de varias sanciones, como la
que se aplica cuando no se envía información o las que se deben a la violación
del régimen de precios de transferencia (las operaciones entre una
empresa colombiana y su casa matriz o filial en el exterior, que obliga a
enviar informes especiales).
Quién gana, quién pierde:
Este tipo de medidas buscan que gane todo el sistema, empezando por el Estado
que recaudaría más y pasando por los contribuyentes que sí pagan, pues
entre más se combata la evasión, menos necesidad de clavarlos a ellos con más
impuestos.
Los que
pierden con ella son los contribuyentes que eluden o evaden impuestos, y los
abogados y contadores que les ayudan.
Cuál es su beneficio social:
Si estas medidas funcionan, la sociedad podría tener menos tasas de impuestos, porque
pagarían más personas. E incluso si no ocurre eso, al evitar que algunas
empresas compitan con la ventaja de pagar menos impuestos o no hacerlo a punta
de buscar los huecos o trampas, podría mejorar toda la economía.
10 Menos huecos
Qué es:
La
reforma tiene un ejercicio grande para reducir regímenes especiales o huecos.
Como muchos de ellos son muy técnicos, no es fácil explicarlos, pero algunos
ejemplos son claros.
Por ejemplo, queda claro que cuando una persona crea una fiducia para ser el
beneficiario de ella, debe declarar lo que está en esa fiducia como si fuera
propio.
Otro caso es la tarifa de renta de las empresas que están
en zona franca, que siguen teniendo un tratamiento especial pero menos: pasa de
ser del 15 por ciento a ser la tarifa general menos 10 puntos (lo que
equivaldría a 24 en 2017, 23 en 2018 y 22 de ahí en adelante).
Otro
caso es un contrato llamado cuentas en participación, que se parece a los
consorcios y las uniones temporales pero no tenía las mismas obligaciones de
transparencia, u otro más pequeño es que los terneros vendidos en el primer año
de vida no daban lugar a pagar renta, pero los demás animales sí.
Y esos son solo algunos ejemplos porque hay otros sobre
transacciones en las que se venden varios bienes o servicios distinto o el
precio al que se venden las acciones.
Quién
gana, quién pierde:
Con
estas medidas pierden los que más usan este tipo de atajos legales para reducir
los impuestos. Y ganan, como en el punto anterior, la Nación y los
contribuyentes juiciosos.
Cuál es su beneficio social:
Una de las políticas fiscales más criticadas es la de subir las tarifas de impuestos y
crear muchas exenciones y beneficios, porque así se termina desnivelando la
carga contra los que no pueden acceder a esas ventajas, ya sea porque no
saben que existen o porque no les aplican. Al final, como ha ido pasando en
Colombia, eso termina con algunos pocos pagando mucho, y otros muchos pagando
poco.
Por eso, al ir quitando huecos y beneficios, se ayuda a
nivelar las cargas.
11 Bonus:
incentivos para el posconflicto (si es que llega)
Qué es:
La
reforma crea las zonas más afectadas por el conflicto armado, Zomac, que
definirán el Ministerio de Hacienda, el Departamento Nacional de Planeación y
la Agencia de Renovación del Territorio –ART - . Con el fin de activar
la economía en ellas, crea unos incentivos tributarios a las empresas que se
instalen en ellas, con excepción de las grandes concesiones portuarias, las
mineras y las de hidrocarburos.
En todos los casos, se trata de que las nuevas sociedades
que inicien actividades en
ellas entre 2017 y 2027 pagarán menos impuesto de renta. Si son micro o
pequeñas empresas, no pagarán nada de renta hasta 2021, pagarán el 25 por
ciento de la tarifa usual entre 2022 y 2024, y luego pagarán la mitad; para
empresas medianas y grandes, será la mitad entre 2017 y 2021 y el 75 por ciento
entre 2022 y 2027.
La duda es si ese incentivo es suficiente para reactivar
la economía en regiones históricamente golpeadas, y seguramente solo
funcionaría si viene acompañada de seguridad, justicia, servicios públicos y
demás elementos que se necesitan para que haya quién se le mida a hacerlas.
Quién
gana, quién pierde:
Esta
propuesta tendría dos grandes ganadores: las empresas que le apuesten a
instalarse en esas zonas y los pobladores de ellas, pues si el incentivo
funciona tendrían nuevas fuentes de empleo.
Cuál
es su beneficio social:
Si
la política funciona, tendría un impacto importante en crear empleos que le
podrían quitar manos a la guerra, y riqueza que podría competirle a la del
narcotráfico o la minería ilegal.
En esa medida, si funciona podrían ayudar a sacar a esas regiones, y al país
entero, del círculo vicioso de la violencia y la ilegalidad.
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