DONALD TRUMP
CONSIDERA A CHINA COMO ENEMIGO DE LOS ESTADOS UNIDOS
La
prensa china cubrió ampliamente la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
La
idea iba y venía: "China es nuestro enemigo".
Se colaba en los discursos del entonces candidato
presidencial de Estados Unidos, hoy presidente electo, Donald Trump.
Trump
escribió: "China es nuestro enemigo--ellos nos quieren destruir".
"En
el ámbito comercial, los chinos son unos tramposos", llegó a decir.
La
relación entre Washington y Pekín no ha sido fácil. Son dos potencias
económicas que han liderado el comercio mundial en los últimos años.
"El concepto de calentamiento global fue creado por
y para los chinos para hacer que la manufactura de EE.UU. no sea
competitiva", escribió Trump en 2012. En una entrevista, en enero de 2016,
dijo que ese mensaje era una broma.
Sin embargo, no todo el mundo comparte la perspectiva del
magnate frente a China.
Para Mike Rosenberg, profesor de Gestión Estratégica de
la escuela de negocios IESE de la Universidad de Navarra, en España, en las últimas décadas ha
quedado claro que China y Estados Unidos son rivales, pero no enemigos como
quiere hacer ver Trump.
"Desde el punto de vista geopolítico, en los últimos
50 o 60 años, Estados Unidos se ha involucrado muy activamente en las economía
de Japón, Filipinas y de otros países del sudeste asiático, lo cual desde la
óptica china es su 'barrio' (su región de influencia).
"Nuestro
enemigo China está comprando ilegalmente petróleo de nuestro enemigo Irán.
A China le encanta", escribió Trump en 2013.
Y las posiciones del presidente electo frente a Taiwán
también han generado gran inquietud en Pekín.
El periódico estatal chino China Daily criticó los
comentarios hechos por Trump sobre la política de una "China
unificada".
En un editorial, el periódico indicó que Pekín no tendría
otra opción que quitarse los guantes a menos de que el presidente electo cambie
su postura y dijo que el
líder estaba "jugando con fuego".
Poco antes, Trump había dicho que el estatus de Taiwán
podía ser objeto de negociación, lo cual sería una ruptura con una política de
larga data, ya que
Estados
Unidos tiene vínculos formales con China en lugar de con Taiwán, que Pekín
considera una provincia separatista.
El sábado, un portavoz de la cancillería china, Lu Kang,
dijo que la política de una "China unificada" "no era
negociable".
China, por su parte, también ha jugado un papel clave en
los procesos de manufactura de cientos de empresas estadounidenses, que
decidieron trasladar muchas de sus fábricas al gigante asiático.
Allí han encontrado mano de obra más barata y, como dice
Rosenberg, "ilimitada".
Y
esa ha sido precisamente una de las denuncias de Trump:
1.
China le ha quitado puestos de trabajo a los estadounidenses
A inicios de 2016, investigadores del Instituto de Tecnología
de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) publicaron un estudio en el
que analizaron la relación comercial entre Estados Unidos y China, la cual se
estableció en la década de los años 90 y se consolidó con un acuerdo en la
Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
En
2014, una investigación de la BBC descubrió que los trabajadores de una fábrica
china que hacía productos para Apple sufrían condiciones laborales precarias.
Las fábricas chinas han sido claves en el crecimiento de las ventas mundiales
del gigante tecnológico estadounidense.
Los autores de "El shock de China: Aprendiendo del
ajuste del mercado de la mano de obra a los grandes cambios en el
comercio" ("The China Shock: Learning from Labor Market Adjustment to
Large Changes in Trade") concluyeron que esa relación "afectó
dramáticamente un gran número de industrias que empleaban mucha mano de obra en
Estados Unidos".
"En
esos sectores, los puestos de trabajo se movieron en masa a China", indicó
el MIT.
"Cuando
los empleos desaparecen, los trabajadores mejor preparados pueden recuperarse,
pero muchos obreros no lo consiguen. Y comunidades enteras han sido castigadas
económicamente", señaló.
Para los trabajadores que han sido desplazados, el hecho
de que las cosas sean 10% más baratas en Walmart no es suficiente para
compensar (...) que estén desempleados
Pese a que uno de los autores de la investigación -el
economista David Autor- reconoce que el comercio también crea empleo, estas
cifras dan una dimensión del problema.
"De
1999 a 2011, el crecimiento de las importaciones de China le costaron a Estados
Unidos alrededor de 2.4 millones de puestos de trabajo", dice el centro de
estudios estadounidense.
"Ciertamente el comercio contribuye a reducir los
precios de ciertos productos y servicios, y en promedio eso reduce el costo de
vida", aseguró Autor.
En esta foto de 2011, se observa una línea ensambladora
en la provincia de Chongqing.
"Pero para los trabajadores que han sido
desplazados, el hecho de
que las cosas sean 10% más baratas en Walmart no es suficiente para compensar
el hecho de que estén desempleados".
En ese contexto, Trump prometió en su campaña electoral que castigaría a
las compañías estadounidenses que transfieran sus puestos de trabajo a Asia.
"Miren lo que China le está haciendo a nuestro país
(…) Están usando nuestro
país como alcancía para reconstruir China (…) Tenemos que impedir que nos roben nuestros
trabajos", dijo en septiembre, en uno de los debates
presidenciales.
Donald
Trump amenaza a Toyota con un "gran arancel" si no mueve su
producción de México a Estados Unidos
De hecho, el líder republicano habló de imponer aranceles
de hasta 45% a los productos chinos con la esperanza de que los procesos de
producción regresen a su país.
"Economistas han dicho que ese objetivo no es
plausible, pues muchos
procesos de manufactura se están volviendo cada vez más automatizados",
explicaba la columnista de la revista Forbes Sara Hsu en un artículo titulado
"
Por qué Donald Trump es tan hostil con los fabricantes de
automóviles
"Eso
es lo que Walmart ha experimentado en su intento por traer de vuelta empleos.
La compañía se vio incapaz de fabricar productos al mismo bajo precio cuando
usó mano de obra estadounidense y se vio forzada a mecanizar la
producción", indicó Hsu.
De acuerdo con la columnista, "el aumento de tarifas a ese nivel resultará
en un aumento de los precios de los productos de consumo y el impacto en la
generación de empleo será pequeño".
Por
años, China se convirtió en la gran fábrica del mundo.
Para Mike Rosenberg está claro que China aprovechó las
oportunidades que ofreció la globalización.
"Yo
creo que el principal culpable de buscar mano de obra más económica en China
son las empresas estadounidenses", señala el economista.
"Uno de los conceptos que circuló en la campaña
electoral fue: 'China te quita tu trabajo, por eso vota por Trump'",
recuerda el profesor.
Pero lo que el electorado que creyó en esa consigna no
sabe es que "las fábricas que no volverán a Detroit o a Ohio, van a estar
en China y si no van a estar en China, van a estar en México o en otro lugar porque el costo
de la mano de obra de Estados Unidos hace imposible fabricar muchos productos
allí", señala el profesor de IESE.
2.
China ha estado "violando" a EE.UU. con sus exportaciones baratas
En su campaña electoral, Donald Trump dijo que China era responsable "del
robo más grande en la historia del mundo".
Acusó a ese país de "violar" a Estados Unidos con sus exportaciones
baratas.
Cuando el editor de Economía de la BBC Kamal Ahmed le
preguntó a mediados de diciembre al ministro de Finanzas de China, Shi Yaobin,
su reacción a ese planteamiento, el funcionario respondió:
"Quiero
decir que Estados Unidos es la economía más grande del mundo y China es la
segunda, y que hay inmensos intercambios económicos y cooperación entre los dos
países", señaló.
"Y estos tipos de cooperación económica e
intercambios han producido beneficios tangibles para los pueblos de ambos
países".
"Considero
que esos beneficios deberían ser reconocidos por el presidente electo y los
pueblos de los dos países", dijo el funcionario.
Muchos de los productos que vende Walmart en Estados
Unidos son hechos en China.
Y es que, de acuerdo con Mike Rosenberg, tanto China como
Estados Unidos han hecho lo que tenían que hacer.
"La
política de exportaciones china tiene toda la lógica del mundo desde el punto
de vista chino. Que Estados Unidos no haya puesto aranceles a los
productos chinos también tiene sentido porque un mundo con libre de comercio
beneficia a todos, sobre todo a Estados Unidos", indica Rosenberg.
Lo
último que quiere Estados Unidos es volver a un mundo con aranceles muy altos,
señala.
3.
"China es un manipulador de divisas, el más grande en el mundo"
Otra de las acusaciones que Trump lanzó durante la
campaña electoral es que China es "el más grande manipulador de divisas
del planeta" y ha devaluado a propósito el yuan para socavar los precios
globales de las exportaciones.
"Esta
acusación ha sido, por años, un punto de debate político pero los economistas
indican que la tasa de cambio nominal es mucho menos importante que la tasa de
cambio real, la cual refleja mano de obra, tecnología y otros costos de
producción de bienes", señaló Susan Hsu, de la revista Forbes.
Y como lo plantea Neil Gough en su artículo "China
manipula su moneda pero no de la manera que Trump reclama" ("China
manipulates its currency, but not in the way Trump claims"), publicado en
septiembre en The New York Times, China está tratando de apuntalar el yuan.
"China
ha gastado cientos de billones de dólares de sus reservas internacionales en el
último año para apoyar el valor del renminbi y evitar que se debilite más
drásticamente", escribió Gough.
"¿Nos preguntó China si estaba bien devaluar su
moneda (con lo que hace más difícil que nuestras compañías compitan), poner
impuestos altos a nuestros productos que irán...
En vez de flotar libremente contra el dólar, las
autoridades chinas se aseguran de que el yuan tenga una relación estrechamente
estable con la moneda estadounidense.
Y la
decisión del Banco Popular de China de devaluar el yuan siempre ha tenido
consecuencias mundiales.
La más inmediata es un aumento de la competitividad de
las exportaciones chinas, aunque Pekín niega que ese sea su propósito con la
medida.
4.
La balanza comercial entre ambos países desfavorece a EE.UU.
La arremetida de Trump contra China parece apuntar a que
la globalización ha beneficiado a la potencia asiática y ha perjudicado a
Estados Unidos, ubicando a su país en el lado de los perdedores.
Pero, como plantea el periodista Adam Davidson del medio
estadounidense The New Yorker, "la economía global también le ha traído a
Estados Unidos un tremendo superávit de inversión".
La
presencia de la cadena de comida rápida McDonald en China se ha multiplicado.
El
desbalance del intercambio comercial con China, el cual el presidente electo
califica de negativo para su país, "refleja un mayor consumo de Estados
Unidos, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) per capita es siete veces superior al
de China", explica por su parte Sara Hsu.
De acuerdo con el Banco Mundial, el PIB per cápita de
Estados Unidos es de US$56.115,7, mientras que el de China se estima en
US$8.027,7.
Y es que hay que recordar que China es un país que aún
tiene grandes grupos de la población que viven en pobreza.
Con la definición de la línea de pobreza de menos de US$1
al día, se estima que el número de pobres en China asciende a cerca de 120
millones.
Comercio
de productos China-EE.UU.
Entre enero y noviembre de 2016
US$423.431 millones
Importaciones
desde China hacia EE.UU.
US$104.149 millones Exportaciones de EE.UU. a China
US$319.282 millones Déficit comercial con China
En ese periodo, se registró un déficit comercial con
China de US$319.282 millones.
5.
La influencia de la teoría de Peter Navarro
El 12 de octubre pasado, el periodista estadounidense
especializado en economía y finanzas Adam Davidson escribió:
"Si Donald Trump supera las probabilidades que están
en su contra y es electo presidente, Peter Navarro se convertiría seguramente
en el consejero económico más poderoso en los Estados Unidos".
Así lo dijo en el artículo: "La musa de Trump en el
comercio de Estados Unidos con China" ("Trump's muse on US trade with
China"), publicado en la revista The New Yorker.
El 8 de noviembre, Trump salió ganador en las elecciones
presidenciales y el 22 de diciembre, el magnate puso a Navarro al frente del
recién creado Consejo Nacional de Comercio.
Navarro, profesor de Economía de la Universidad de
California, ha sido una figura influyente en el pensamiento económico de Trump.
Escribió
dos libros centrados en la potencia asiática: "Las próximas guerras
chinas" y "Muerte por China". Este último inspiró un documental.
Peter Navarro, el feroz crítico de China al que Donald
Trump puso al frente de la política comercial de Estados Unidos
"Ayuda
a defender a Estados Unidos y a proteger a tu familia. No compres (productos)
hechos en China", decía el narrador del filme.
En mayo Navarro dijo que había cada vez más signos de que
"el colapso de China…podría estar cerca" y acusó a Pekín de subsidiar
ilegalmente sus exportaciones, robar propiedad intelectual y explotar a los
trabajadores.
En noviembre afirmó que el acceso de China a la OMC había
debilitado la base industrial estadounidense y "la capacidad de
defendernos y defender a nuestros aliados".
Rayita
Más
allá de las razones de Trump, los problemas sí existen...
Mark Wu, profesor de la escuela de Derecho de la
Universidad de Harvard, le señaló a BBC Mundo que "se esté o no de acuerdo con las tácticas del
presidente electo, Estados Unidos efectivamente enfrenta una serie de problemas
comerciales importantes con China".
"Estos incluyen los subsidios de China a ciertos
sectores, el dumping en el extranjero de su exceso de productos siderúrgicos y
la imposición de restricciones a las exportaciones de ciertas materias primas.
Eso beneficia a los productores chinos a expensas de las empresas y los
trabajadores estadounidenses".
Debido a la crisis económica mundial que comenzó en 2008,
miles de empleos se perdieron y ciudades como Detroit quedaron desoladas por el
duro golpe a su principal fuente económica, la manufactura.
Para
el académico de Harvard el punto clave es que la economía china está
estructurada de tal manera que no todos los problemas comerciales pueden ser
enfrentados con efectividad a través de litigaciones en la OMC.
"La pregunta crucial sería: ¿cuál es la mejor manera
para hacerle frente a esos problemas y asegurar que China no se haga con una parte
desproporcionada de las ganancias del comercio a costa de Estados
Unidos?".
"La
visión de la administración que está por empezar es que sólo asumiendo una
línea dura y elevando la amenaza de una guerra comercial China cambiará sus
prácticas".
No todos están seguros de que esa estrategia vaya a
surtir efecto.
... y otras soluciones también
Para Davidson, la educación es en parte una de las claves
para contrarrestar los efectos adversos del comercio global en los trabajadores
estadounidenses.
Los trabajadores han sido desplazados por la tecnología y
han sido desalentados a continuar con su educación debido al aumento del costo
de las universidades públicas
"Han
sido unas cuantas décadas espantosas para los trabajadores del sector
manufacturero y para muchos otros, especialmente los que tienen menos
educación", señalaba en The New Yorker.
"Si bien una buena parte de la culpa debería recaer
en nuestro dramático aumento del comercio con China, otros golpes han
contribuido en gran medida. Los trabajadores han sido desplazados por la
tecnología y han sido desalentados a continuar con su educación debido al
aumento del costo de las universidades públicas".
Davidson plantea que la mayoría de los académicos
coinciden en que Estados Unidos es "casi impotente frente a China y que las soluciones fundamentales
para ajustarse a la economía global son domésticas".
Educar y capacitar a los trabajadores, que se han visto
afectados por el cierre de fábricas en EE.UU., en otros sectores productivos
puede ser una solución para que no se queden excluidos.
"Tenemos,
en Estados Unidos, todo el poder que necesitamos para mejorar nuestro sistema
de educación, para ayudar a los trabajadores a moverse hacia industrias más
prometedoras, a invertir en infraestructura y a mejorar su poder de
negociación", indicó el experto.
Y es que como plantea el periodista de la BBC Kamal
Ahmed, "los empleos han cambiado, no han desaparecido".
Rosenberg se hace eco: lo que Estados Unidos tiene que hacer es capacitar a su
mano de obra para diseñar productos de alta tecnología y gran complejidad para
que los trabajadores en otros países puedan fabricar.
Aunque el tono de Trump sugiere a una potencial guerra
comercial con China, algunos analistas advierten que estamos hablando no sólo
de dos potencias económicas, sino de dos potencias militares.
China
ha construido islas en los arrecifes del Mar de China Meridional y ha insistido
que lo hace en el marco de la ley.
De hecho, el 11 de enero, Rex Tillerson, nominado a
secretario de Estado, dijo que Estados Unidos debería bloquear el acceso de
China a las islas que está construyendo en aguas (que son disputadas por varios
países) del Mar de China Meridional.
Qué repercusión tiene el fallo de La Haya contra Pekín
sobre la disputa por el Mar de China Meridional
Tillerson hizo la afirmación en una audiencia de
confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados
Unidos.
"Vamos
a tener que mandarle a China una señal clara: primero, que paralice las
construcciones y, segundo, que su acceso a esas islas tampoco va a ser
permitido", indicó.
La creciente fuerza nuclear submarina detrás de los
reclamos de Pekín en el Mar de China Meridional
Un día después, dos periódicos estatales publicaron
editoriales en los que criticaban vehementemente las declaraciones de
Tillerson.
Uno de ellos, el tabloide Global Times, que no refleja la
política china, indicaba que un bloqueo a las islas podría conducir a "una
guerra a gran escala".
Sin
embargo, no se produjo una reacción oficial por parte de Pekín a las
declaraciones de Tillerson.
En todo caso, las declaraciones de Trump a lo largo de su
campaña y en la
antesala de la presidencia han magnificado tensiones
políticas y económicas existentes entre China y Estados Unidos.
Uno
de los grandes retos de su mandato será manejar estas tensiones y evitar que se
amplifiquen aún más.