Los escándalos en la industria de la
carne, el uso de glifosato y nitrato, el cambio climático y los cambios en el
consumo tienen consecuencias. El sector agrícola se ve obligado a replantearse
la situación.
La
ministra alemana de Agricultura, Julia Klöckner, tiene grandes planes: "Más protección ambiental,
más sostenibilidad, más bienestar animal". La ministra quiere
sentar la base para unas estrategias más respetuosas con el clima y el medio
ambiente en la agricultura y la ganadería.
Pero
la Política Agrícola Común (PAC) es cosa de la Unión Europea. Con 58.000
millones de euros en subvenciones anuales -alrededor del 40 por ciento del
presupuesto total de la UE- la
mayor parte de esos fondos se destina a las grandes industrias agrícolas:
alrededor del 20 por
ciento de las empresas agrícolas reciben el 80 por ciento de las subvenciones
de la UE.
Eso
podría cambiar. Alemania ocupa la presidencia de la UE durante seis meses. Y en
un año habrá elecciones en Alemania, donde el partido Los Verdes podría llegar a formar parte de un
nuevo gobierno. Obviamente ya se podría empezar a hacer una política verde, tal como exige
Martin Häusling, portavoz de política agrícola del Partido Verde en el
Parlamento Europeo: "Debemos
practicar una agricultura que no destruya nuestros recursos de suelo, agua y
biodiversidad. Debemos hacerlo de una manera que sea respetuosa con el
clima. Esto significa:
menos animales, renuncia a los fertilizantes minerales y a los plaguicidas
perjudiciales para el clima, menos monocultivos".
La
agricultura orgánica se debe incrementar en toda la UE, del actual 5%, al 25%
para 2030. "De la
granja al tenedor" (Farm-to-fork) es el nombre de la futura estrategia
europea para una nutrición más sostenible.
El
agricultor alemán Leonhard Palm lleva mucho tiempo enojado por los reglamentos
de la UE: "La
política de subvenciones es injusta. La agricultura orgánica, que se centra en la calidad de
los productos y la protección del medio ambiente, no puede competir con
esto".
Granjas en peligro
Y las granjas pequeñas tampoco. Un estudio del banco DZ predice una muerte masiva de granjas: de las 267.000 que hay actualmente en Alemania, solo 100.000 podrían sobrevivir hasta el 2040.
El experto
en Agricultura del partido Los Verdes, Martin Häusling, dice en entrevista con
DW: "Debemos ofrecer
a la joven generación de agricultores buenas oportunidades de ventas locales y
regionales de productos de producción ecológica que también alcancen buenos
precios".
Para
lograrlo, habría que
descentralizar sobre todo las estructuras de procesamiento. Esto
significa: menos transportes de leche, animales, frutas y verduras -que
consumen recursos- y, en vez de eso, cadenas de suministro cortas y comercio regional.
Muchos alemanes se entusiasman con el
trabajo en sus pequeñas huertas.
El
granjero Palm tiene un enfoque múltiple: tiene clientes más grandes, dirige una tienda agrícola y
su hija Andrea atiende a los clientes en los mercados orgánicos semanales.
Y a través de la plataforma web "Mi cosecha" (Meine Ernte), Palm ofrece áreas de su terreno
para la agricultura individual, para el consumo propio.
Nueva
calidad de vida a través de la jardinería
Uno de
sus clientes es Emanuel Walter. A través de "Mi cosecha" alquiló 45
metros cuadrados de tierra al agricultor orgánico Palm: "Al principio solo vi plantas pequeñitas,
pero despertaron una alegre expectativa. Mientras tanto, Walter se enorgullece
de que él mismo cultiva tomates, y de que se haya "atrevido" a
cultivar berenjenas, hinojo y acelgas. "Todo sin aditivos químicos".
Rebecca
Luyken soñó durante mucho tiempo con una propia huerta. "Una amiga me
contó de Mi cosecha. Desde
la crisis del coronavirus trabajo desde casa", describe su
situación. Al principio pensó que no sabía absolutamente nada sobre
agricultura. Ahora, la gerente de medios sociales está completamente
entusiasmada: "Cuando
llego a casa tengo las uñas negras, el cabello despeinado y los pantalones
sucios. Estoy cansada, pero la jardinería se ha convertido en el antídoto
perfecto del trabajo".
Por
último, pero no menos importante: los 70 jardineros aficionados en el campo del
agricultor orgánico Palm formaron una gran comunidad, según cuenta Rebecca
Luyken. "En este
momento no siento la necesidad de viajar en absoluto, porque el jardín me llena
y me gustan mucho mis plantas.
Y las granjas pequeñas tampoco. Un estudio del banco DZ predice una muerte masiva de granjas: de las 267.000 que hay actualmente en Alemania, solo 100.000 podrían sobrevivir hasta el 2040.
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