El
Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó hasta el 0,6 % la previsión de
crecimiento de América Latina y el Caribe en 2019, ocho décimas menos
que en su informe del pasado mes de abril, según la actualización de datos que
presentó en Santiago.
La revisión a la baja para 2019 refleja principalmente las caídas en la economía
de Brasil, que crecerá a un ritmo del 0,8 % este año, 1,3 puntos
porcentuales menos que lo previsto en abril, y México, que avanzará al 0,9 %, siete décimas
menos de lo previsto anteriormente
El FMI va más allá de los fríos números y constata con
palabras contundentes la rebaja de su proyección para la región, el bloque
donde más cae el crecimiento respecto a las proyecciones de primavera. “En América Latina la actividad
se ralentizó notablemente al inicio del año en varias economías”,
subrayan los técnicos de su institución al tiempo que hablan de cuestiones
“idiosicráticas”. El 0,6% es una cifra débil incluso si se compara con los dos
ejercicios anteriores, en los que la mayoría de organismos internacionales y
casas de análisis coincidían en
tildar de decepcionante -1,2% y 1% en 2017 y 2018 respectivamente. Y se
queda muy atrás respecto al resto de bloques en vías de desarrollo, que este año crecerán de media
un 4,1% liderados, como viene siendo una constante, por Asia.
El organismo liderado por Christine Lagarde se detiene
sobre varios países de la región, pero solo hace análisis individuales de las
dos mayores economías latinoamericanas: Brasil y México. En el primer caso, la proyección es un jarro de
agua fría sobre los hombros de su presidente, Jair Bolsonaro, que se
enfrenta con la primera revisión a la baja desde que está en el poder. La
corrección no es menor: la
economía brasileña, según los técnicos del Fondo, cerrará este año con un magro
crecimiento del 0,8%, frente al 2,1% que pronosticaba en abril, la
rebaja más severa de todos los países analizados. Solo el año que viene el
gigante latinoamericano podrá presumir de una expansión económica por encima
2%: del 2,4%. El documento del FMI contiene extractos que dolerán, y mucho, en
Brasilia: el prestamista de última instancia a escala global achaca la rebaja
en sus previsiones a un sentimiento económico “considerablemente debilitado”
como “reflejo de la
incertidumbre persistente sobre la aprobación de la reforma de pensiones y de
otros cambios estructurales”.
Para
México el diagnóstico es igualmente
negativo, aunque el recorte en el crecimiento para el ejercicio en curso dista
mucho del rejonazo brasileño. De acuerdo con las cifras del Fondo, la
economía del país norteamericano crecerá este año un 0,9%, siete décimas menos
de lo que la institución auguraba en primavera, y en 2020 lo hará un 1,9%. En ambos
casos, la expansión se queda lejos de la promesa de su presidente, Andrés
Manuel López Obrador, que
ha prometido por activa y por pasiva -tanto en campaña como después de
tomar posesión- que la
economía crecerá un 4% los seis años de su mandato.
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