El
FAST está enclavado entre las montañas de China.
Incrustado en las montañas del sur de China, un gigantesco tazón metálico apunta al firmamento. Es el radiotelescopio más grande y poderoso del mundo, y sus creadores dicen que ya está completamente operativo.
Su nombre oficial es Radiotelescopio Esférico de Apertura de 500
Metros (FAST, por sus siglas en inglés) y China lo considera su
"ojo en el cielo".
Tiene
medio kilómetro de diámetro, con lo cual supera los 305 metros de diámetro del
radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico, que era el más grande de su
categoría antes de que el FAST comenzara a funcionar.
El
FAST comenzó a gestarse en la década de los 90. En 2016 realizó sus primeras
pruebas operativas, y en un reciente anuncio través de la agencia
oficial Xinhua, el gobierno chino informó que a partir de ahora ya está
completamente funcional y disponible para los astrónomos de todo el mundo.
¿Cuál
será la misión del FAST?
Sus creadores esperan que las señales que capte el radiotelescopio sirvan para develar misterios relacionados con el origen y la evolución del universo.
El FAST tiene un rango de visión de más del doble que el
radiotelescopio de Arecibo.
Sus tareas estarán relacionadas con la búsqueda de ondas gravitaciones, sondeos de materia oscura e incluso la posible existencia de señales provenientes de civilizaciones extraterrestres.
Uno de los aspectos que más emociona a los científicos es
la capacidad que tendrá el FAST de detectar las "ráfagas rápidas de radio" (FRB, por sus
siglas en inglés), unos intensos eventos energéticos que duran solo milisegundos.
El
origen de las FRB aún es un enigma para los astrónomos, así que
cualquier avance en esa materia será muy bien recibido.
"El FAST será una herramienta excelente para
detectar y estudiar las FRB más tenues", dice Victoria Kaspi, astrofísica
de la Universidad de McGill en Canadá.
"Nos dará pistas sobre sus mecanismos de emisión y tal vez sobre la naturaleza de su origen".
El FAST tiene la capacidad de recolectar ondas de radio
en un área dos veces más extensa que el telescopio de Arecibo.
Los
expertos afirman que el desempeño del FAST ha sido "impresionante".
"El FAST mejora significativamente nuestra capacidad para sondear el universo en busca de señales cósmicas, que son inherentemente débiles y están en el límite de ser indetectables", dice Min Yun, profesor de astronomía en la Universidad de Massachusetts, en EE.UU.
De
hecho, durante su período de prueba, en solo dos años, el FAST ha identificado
102 nuevas púlsares.
Bill McCutcheon, astrofísico de la Universidad de British
Columbia, afirma que este
logro es "impresionante".
Los expertos también están atentos a la capacitad que
tendrá el FAST para
estudiar gases como el hidrógeno en el espacio, a partir del cual pueden
estudiar las dinámicas de las galaxias.
¿Cómo
es el "ojo de China en el cielo"?
El FAST tuvo un costo de US$171 millones y está enclavado en la depresión de Dawodang, en la provincia Guizhou en el suroeste de China.
Las FRB son un enigma para los astrónomos, el FAST podría
ayudar a resolverlo.
Está compuesto por cerca de 4.400 paneles de aluminio que se mueven para enfocarse en distintas áreas del firmamento.
Esa capacidad de enfocar su atención en un área
determinada es una de las principales ventajas del FAST frente a Arecibo, dice
la astrónoma Martha Haynes, profesora en la Universidad de Cornell, de EE.UU.
"Los paneles de Arecibo no pueden reajustarse
activamente", dice Haynes.
"El
sistema óptico del FAST permite apuntar a un área más amplia del cielo,
incluyendo algunas zonas que no son accesibles con el Arecibo".
El ojo de China en el cielo tiene un rango de visión más amplio que el de otros
radiotelescopios, lo que implica que puede descubrir más estrellas, más
fenómenos cósmicos y potencial vida extraterrestre, según afirma el Instituto
de astronomía y astrofísica de la Universidad de Pekín.
Según explica Haynes, uno de los retos será poder administrar de manera
eficiente la gigantesca cantidad de datos que recolectará.
Finalmente, Haynes añade que el FAST será el encargado de desarrollar la nueva
generación de instrumentación y software que pueda explotar al máximo su gran
capacidad de recolección de datos.
"Los astrónomos tienen altas expectativas
con el FAST", dice McCutcheon. "Hasta ahora parece haber tenido un buen comienzo".
Incrustado en las montañas del sur de China, un gigantesco tazón metálico apunta al firmamento. Es el radiotelescopio más grande y poderoso del mundo, y sus creadores dicen que ya está completamente operativo.
Sus creadores esperan que las señales que capte el radiotelescopio sirvan para develar misterios relacionados con el origen y la evolución del universo.
Sus tareas estarán relacionadas con la búsqueda de ondas gravitaciones, sondeos de materia oscura e incluso la posible existencia de señales provenientes de civilizaciones extraterrestres.
"Nos dará pistas sobre sus mecanismos de emisión y tal vez sobre la naturaleza de su origen".
"El FAST mejora significativamente nuestra capacidad para sondear el universo en busca de señales cósmicas, que son inherentemente débiles y están en el límite de ser indetectables", dice Min Yun, profesor de astronomía en la Universidad de Massachusetts, en EE.UU.
El FAST tuvo un costo de US$171 millones y está enclavado en la depresión de Dawodang, en la provincia Guizhou en el suroeste de China.
Está compuesto por cerca de 4.400 paneles de aluminio que se mueven para enfocarse en distintas áreas del firmamento.
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