En
el siglo III a.c. los olmecas construyeron la mayor estructura hecha por el
hombre en el planeta tierra.
Tan
grande que cuando la vio Hernán Cortés pensó que era una montaña…
Una de las grandes maravillas de haber nacido en México
es que, aunque nos esforcemos, nunca vamos a ser capaces de conocer todo lo que este país tiene para
ofrecer. Se necesita más de una vida para explorar la mitad de los
paisajes que hay aquí, para
comer todos los platillos que recorren las regiones y para entender a
profundidad nuestro pasado ancestral. Esa parte de la historia en la que convergieron en un
mismo territorio distintas civilizaciones.
Hay
tantas cosas que descubrir en esta nación, tantos espacios que explorar,
que a veces algunos sitios pasan inadvertidos y no somos capaces de percatarnos de su magnificencia.
Un ejemplo claro de lo anterior está en Cholula, Puebla, se llama
Tlachihualtepetl y es el basamento piramidal más grande del mundo.
Dicho
monumento prehispánico cuenta con un volumen de más de 4.5 millones de metros
cúbicos una extensión enrome, incluso si se compara con la pirámide de
Giza en Egipto, que sólo tiene 2.5 millones de metros cúbicos.
Esto
quiere decir que, en Puebla a sólo unas horas de la capital mexicana, está la
mayor estructura hecha por el hombre en el planeta tierra.
La
historia de Tlachihualtepetl (montaña artificial) se remonta al siglo III a.C.
En esa época la pirámide fue edificada por distintas generaciones de la cultura
olmeca. De acuerdo a los arqueólogos esta gran construcción era usada como un templo
religioso en el que se hacían sacrificios humanos y demás rituales para
rendirle pleitesía a diversas deidades.
Siglos después de su fundación, la pirámide fue el espacio espiritual de otras
civilizaciones. En algún punto esta gran estructura fue la casa de los
toltecas, y luego fue usada por los mexicas, que por su vasta cosmología creían que el edificio había
sido erigido por un gigante que venía del planeta Venus.
Los
aztecas consideraban a Tlachihualtepetl, un lugar de culto y así fue por más de
1000 años. Después, misteriosamente lo abandonaron y los ladrillos de
adobe con los que estaba construido posibilitaron que la naturaleza se apropiara del espaico y de alguna
manera mágica el basamento piramidal quedara cubierto.
Este velo de plantas salvó a la pirámide de la masacre humana y arqueológica
que se suscitó en Cholula cuando en octubre de 1519 llegaron los
españoles. Según crónicas, los
ibéricos mataron a miles de familias, demolieron las casas y distintos templos mexicas, pero cuando
pasaron frente a la pirámide no la vieron. De hecho, Hernán Cortés pensó que se
trataba de una montaña.
Tlachihualtepetl
se quedó oculta detrás de sus vegetales, de sus insectos, de los árboles que
crecieron del adobe y entonces por mágico que suene un día de 1534 los
conquistadores le construyeron en la cima la Iglesia de Nuestra Señora de los
Remedios. Una capilla de piedra hecha para que nuestros hombres
ancestrales se volvieran católicos.
Sí,
México es maravilloso y la historia detrás la
pirámide más grande del mundo es la prueba de ello.
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