Mapa
de la Nueva Granada hacia 1811, que muestra las diferentes tendencias
por el control de la nación: Federalistas
(rojo), Centralistas
(verde) y Realistas
(amarillo).
Período
de la historia de Colombia comprendido entre la promulgación del Manifiesto del
20 de julio de 1810 y el inicio del Régimen del Terror en 1816
La
Primera República de la Nueva Granada, conocida despectivamente como la Patria
Boba, fue el periodo en el cual coexistieron hostilmente las Provincias Unidas
de la Nueva Granada y el Estado Libre de Cundinamarca; el calificativo fue citado la
primera vez por Antonio Nariño en uno de sus artículos publicados en "Los
toros de Fucha" de manera sarcástica refiriendo la forma como sus detractores percibían
su gobierno; el término se popularizó posteriormente como una forma de
condena contra la guerra
fundacional que hubo entre centralistas y federalistas, la cual se
percibe como el principio
de la fragmentación social y política en la naciente república a
diferencia de lo que sugiere el nombre estos eventos se dieron en cabeza de
gente muy culta.
Este
periodo está comprendido entre la promulgación del Manifiesto del 20 de julio
de 1810 y el inicio del Régimen del Terror en 1816. Dicho período estuvo
marcado por la división,
los conflictos entre provincias, las guerras internas y el desorden
institucional. Para controlar la administración de la república
naciente, se recurrió a la conformación de Juntas de Gobierno Provinciales y de
ellas, nombrar representantes para conformar la Suprema Junta, bajo cuya
responsabilidad se organizaría el Congreso y de él nacerían las organizaciones
administrativas del estado. De
estas nacieron las Provincias Unidas de la Nueva Granada y el Estado Libre de
Cundinamarca.
Al mismo tiempo, se pueden observar desarrollos similares en las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Cada provincia, e incluso algunas
ciudades, estableció su propia junta autónoma, que se declararon soberanos unos
de otros, lo cual nos cuenta
que esta clase de conflictos no fue nada raro entre las nacientes repúblicas
hispanoamericanas y se pueden ver como un equivalente a la guerra de secesión
estadounidense o cuando menos un leve paralelismo.
Es uno de los momentos peor interpretados en la historia
de Colombia ya que sugiere
incapacidad o falta de capital humano, lo cual estuvo lejos de ser
cierto pero que se ha usado de manera antojadiza como arma arrojadiza entre
partidos, politizando la
historia colombiana para condicionar a los contrincantes, ridiculizarlos o
encasillarlos en una caricatura del pasado que no es tan cercana a la realidad
especialmente porque este episodio fundacional de la historia de lo que hoy se
conoce como Colombia estuvo
llena de científicos e intelectuales que de forma improvisada tuvieron que
asumir el liderazgo inesperado de un nuevo país.
Durante esta era independentista se produjo un conflicto de los criollos
divididos en dos grupos: los Federalistas defensores de las Provincias Unidas
de la Nueva Granada y los Centralistas del Autoproclamado Estado Libre de
Cundinamarca. Esto empezaría una guerra civil efímera (diciembre de 1812
a enero de 1813) cuyas principales acciones bélicas se escenificaron en
Ventaquemada, de camino a Tunja, y San Victorino, en la propia ciudad de
Bogotá. Estos
enfrentamientos no pueden compararse ni en magnitud ni en intensidad con la
verdadera guerra que se estaba librando durante ese mismo período entre
patriotas y españoles, con batallas tan sangrientas como las de Alto
Palacé, Tacines, Río Palo, Calibío, Ejidos de Pasto y Juanambú, tampoco puede compararse con las
fatales guerras que se libraron en condiciones similares del lado venezolano en
su primera república, las cuales en magnitud fueron muchísimo más
violentas y encarnizadas.
Los
españoles continuaron en el territorio de la Nueva Granada después de la
declaración de independencia de 1810 y fueron enfrentados por los patriotas
durante este período, incluso se recientemente se concluye que este
periodo debería dejar de ser estigmatizado pues fue cualquier cosa menos
insulso y el desgaste
hacia los españoles se dejó sentir más tarde en la alianza definitiva de las
provincias unidas con el ejército independentista de Simón Bolívar. Sin
las batallas que se dieron durante este periodo por parte de las dos naciones
contra los realistas, y que en verdad alcanzaron a debilitar a los ejércitos
realistas, se puede pensar
que es muy probable que la campaña libertadora de 1819 habría sido muchísimo
más difícil. Este periodo fue muy importante para la fundación de
Colombia y fue también la base y sustrato social de un importante fragmento del
ejército libertador. Técnicamente no había dos naciones, se trataba de una unión de
provincias que proclamaron por sí mismas independencia o autonomía y
había una propuesta de integración insipiente que no pudo llegar a un consenso por la inestabilidad que creaba
el constante estado de la guerra contra los territorios realistas.
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