China
está luchando con una desaceleración económica provocada por los esfuerzos para
contener la deuda y empeorada por la batalla comercial con Estados Unidos.
Sin embargo, cualquier solución tendrá que enfrentarse a
los problemas inmobiliarios del país. Más de uno de cada cinco apartamentos en
las ciudades chinas —más o menos unos 65 millones— están desocupados.
En lugares como Jurong, los dueños de las propiedades están
pagando el precio. Algunos desarrolladores inmobiliarios han destrozado los
precios de los nuevos apartamentos para mejorar el negocio o han recortado
presupuestos para ahorrar dinero.
Esta situación debilita el valor de las propiedades de los
primeros compradores, quienes salen a protestar a las calles con mayor
frecuencia. En octubre, decenas de compradores de apartamentos en Jurong se
reunieron afuera de la oficina de ventas de Center Park, un complejo
residencial de 22 edificios al cual Country Garden, el desarrollador,
promocionó como la versión china de Central Park en Manhattan.
Los guardias de seguridad bloquearon la entrada para
evitar que los manifestantes entraran al edificio para exigir su dinero de
vuelta. "Estoy muy enojado", comentó Jia Rui, de 24 años, quien hace
un año compró un apartamento en Center Park.
El
año pasado, observó cómo subían los precios de las propiedades durante meses
antes de tomar la decisión de comprar el apartamento, el cual será más grande
que donde vive actualmente con su esposa y sus padres. Después, cuando
se enteró de que estaban vendiendo apartamentos similares a casi la mitad del
precio, Jia mencionó que sintió impotencia.
Desde hace tiempo, la especulación de los desarrolladores
inmobiliarios y de los compradores de casas han hecho que el mercado
inmobiliario de China sea una montaña rusa, que ha empeorado debido a los
esfuerzos del gobierno para controlar los precios si subían demasiado y
exprimir las ofertas si bajaban demasiado.
La
desaceleración actual se originó en gran medida a partir de una ola de
construcción de edificios que duró tres años, la cual fue producto de un
aumento repentino de los precios en muchas ciudades. Los funcionarios
tuvieron problemas para contener un mercado inmobiliario ardiente con medidas
que incluyeron la posibilidad de crear un impuesto nacional sobre la propiedad.
Las viviendas son clave para el bienestar de China.
Representan entre un quinto y un tercio del crecimiento económico de China,
según se incluyan o no las industrias complementarias como la constructora y la
de fabricación de muebles. Las propiedades son la principal fuente de riqueza
para la gente, algo que se da por hecho en un país con reglas estrictas en
contra de sacar el dinero del país y con un volátil mercado accionario. En las ciudades más grandes, a
veces representan hasta un 85 por ciento de los activos de una familia, de
acuerdo con investigadores de la Universidad Southwestern.
Esa
acumulación de riqueza cada vez se ve más tambaleante. En términos de
superficie total construida, las ventas en el mercado han caído de forma
drástica desde septiembre. La cantidad de apartamentos que se han vendido en
los nuevos desarrollos se ha desplomado desde el verano. Este año, se duplicó
el número de subastas de tierras que han fracasado, un indicador de que los
desarrolladores no están dispuestos o no pueden comprar tierras para nuevos
desarrollos. Ahora la gente está furiosa, y los funcionarios y los
desarrolladores de China están haciendo algo al respecto.
El
año pasado, los funcionarios probaron varias medidas para quitar presión del
mercado y ahora están echando para atrás algunas de ellas. En meses, han
suavizado los requisitos hipotecarios, han reducido las restricciones para las
fechas en que los dueños de las casas pueden revender sus propiedades y han
ofrecido facilidades a los estudiantes universitarios para que, después de
graduarse, sigan viviendo en las ciudades donde están estudiando, con lo cual
podría aumentar la demanda de viviendas. En algunas ciudades, los
desarrolladores acordaron con los compradores para darles la diferencia entre
el precio actual y el que pagaron originalmente. En el sitio del desarrollo
Center Park, redes verdes cubren una decena de edificios de apartamentos a medio
construir. En la oficina de ventas, hay hombres con guantes blancos a la espera
de conocer a compradores potenciales. Sin embargo, hay pocos clientes y las personas que los
reciben básicamente se ven aburridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios aqui: