”Victor Küppers es conferenciante, formador, consultor,
escritor… y sobre todo entusiasta. Afrima: “Solo explico cosas que todos sabemos, si lo hubiera
inventado yo, sería un crac. Son cosas de sentido común, que todos sabemos y
conocemos, no tengo ningún mérito. La gente necesita recordar”.
Kuppers nació en Holanda y se afincó en Barcelona.
Estudió Económicas, se doctoró en Humanidades, pero a los 28 años un accidente
lo postró seis meses en la cama “y seis meses en la cama dan para mucho»,
confiesa”. Fue el momento en que hizo clic, en que decidió ponerse a leer lo que le gustaba y se
rehízo en su vocación. Hoy es uno de los formadores más prestigiosos,
sus conferencias sobre motivación y ventas son escuchadas por miles de personas
y las empresas se lo rifan, pero él le resta importancia: “Solo soy un tipo con mucha
suerte”.
Estas son las principales frases que dijo el expero al
periódico español:
“En
las empresas lo que veo es que hay muchos jefes muy merluzos, y para ser buen
jefe tienes que tener la mentalidad de querer ayudar a tu equipo: a ser mejores
personas, mejores profesionales, y hay muy pocos jefes que tengan esa
mentalidad", afirmó el experto.
Agregó: “Cuando alguien es alegre parece que tiene que ser un vago,
superficial, y el que es mustio y rancio se ve como un profesional como la copa
de un pino. Y no, tenemos que aspirar a profesionales alegres; nos gusta la
alegría, nos gusta trabajar en entornos alegres, por supuesto.”
“Creo
que lo fundamental es encontrarle sentido a lo que haces: cuando encuentras el
sentido de tu vida, eso es lo que motiva. El secreto de la pasión es tener un propósito, cuando
tienes un propósito (tu trabajo, tu familia, lo que sea...) entonces la
motivación es más fácil de conseguir, y es más fácil de asumir tu día a día,
tus preocupaciones. Es como tener una misión.”
“Mucha
gente no va a trabajar contenta porque tiene un jefe mamón. Pero todos tenemos
cosas importantes, y las más importantes tienen que ver con tu vida personal:
tu pareja, tus amigos, tus hijos, tus padres... Cuando esa parte de tu vida va bien, es mucho más
fácil ir motivado por la vida. La clave está en saber cuidar las cosas
importantes, a las personas que más quieres.”
“Vivimos
en bucle y solamente vemos lo negativo, lo que no nos gusta, y a veces
necesitamos parar y comprobar que todo lo que tenemos alrededor no funciona
mal. Todos tenemos
cosas buenas, pero las damos por descontadas. Entonces no las valoramos. Los expertos dicen que hay que
valorar lo positivo, disfrutar de lo que tienes y no centrarte en lo que no
tienes. Los que no
tenemos ningún drama somos unos privilegiados en la vida. Hay mucha gente que sufre, que
tiene dramas, esos tienen todo el derecho a estar enfadados, a no vivir con
alegría, pero los que no tenemos dramas es imperdonable que perdamos la
alegría”, subrayó el experto.
“Yo
solo traslado lo que dicen los expertos en Psicología Positiva. Y ellos dicen
que cuando paras, te planteas «¿tengo la vida que quiero tener?», «¿soy la
persona que quiero ser?», «¿qué puedo mejorar?», porque es verdad que
vamos por la vida como pollos sin cabeza. Entramos en un bucle y acabamos todos
desquiciados, desequilibrados, amargados. Hay que parar y buscar espacios para
la reflexión. Yo reivindico la pausa. Cuando vamos rápido, la vida se centra en lo
intrascendente, en lo superficial, porque no hay tiempo para lo importante. Yo
con eso estoy de acuerdo.”
“Si
no te gusta tu vida, tienes que saber en qué falla y qué vas a hacer. Si no te
gusta tu trabajo, qué vas a hacer; si no te gusta tu pareja, qué vas a hacer;
si no haces nada, las cosas no van a cambiar, tienes que cambiarlo tú. Si no
acabas en el mismo sitio.”
“Tenemos
una cultura en que la gente está muy dispuesta a quejarse, pero poco dispuesta
a hacer cosas para cambiar.”
“Vivimos
en una sociedad en la que todos queremos una vida de película. Que todo
sea maravilloso, los padres perfectos, el profesional ideal, tener el físico
ideal, la pareja ideal y eso es inalcanzable. Siempre va a haber algo de
insatisfacción en tu vida, por eso hay que dejarse influir menos y centrarse en
lo que uno quiere realmente, en lo que tú necesitas para ser feliz, y verás que
no necesitas tantas cosas. Pero esto es una pelea, vivir en el mundo de
Instagram, de las redes sociales, del aparentar, del parecer... Es el mundo del envoltorio y el
nivel de exigencia para que el envoltorio sea bonito es tan extremo que genera
mucha frustración”, aconsejó en la entrevista.
“Antes
necesitábamos menos cosas y sobre todo enseñarle menos a los demás. Vivimos en
una sociedad de consumo, materialista y de imagen, y no todo el mundo tiene la
vida que la sociedad marca como ideal. Mi mejor amigo, por ejemplo, es
carpintero y es el tío más feliz del mundo, pero según los estándares de la
sociedad no es el prototipo de persona que debería ser feliz, pero lo es. Porque se puede ser feliz con
muy poco, aunque la exigencia de la sociedad es que tengamos que tener de
todo.”
“Ser
positivo, optimista: Hay tres componentes: el genético, las
circunstancias y lo que tú haces. La genética condiciona, pero no determina. Tú
tienes responsabilidad, a lo mejor no eres la más optimista del mundo, pero
puedes ayudarte a ser lo más optimista dentro de tus posibilidades. Ahí no hay
excusa, a mí la frase que me da mucha rabia es eso de «Yo soy así». ¿Cómo? Pues
espabila, que los demás no tenemos la culpa”.
“La
gente sí cambia, pero tienen que querer. Tú eres como tú quieres ser.
Hay algo que se llama la neuroplasticidad del cerebro que lo explica: no es que
seas así y ya no puedas cambiar. No, no. Tú eres un cenizo porque te da la gana
de serlo y tú eres una persona alegre porque te da la gana, salvo que tengas
dramas en tu vida. Si todo
el mundo está más o menos sano y llegas a final de mes, y no tienes problemas
gordos, a partir de aquí puedes luchar para vivir con alegría. A la
gente que no tiene trabajo o que tiene a su madre enfermísima no le puedes
pedir que aún encima vaya alegre por la vida”, puntualizó sobre su forma de ser
optimista.
“Hacemos dramas por auténticas chorradas, pero luego cuando realmente la
vida te da un golpe es cuando la gente reacciona. Entonces sí te das cuenta de
lo que era una tontería."
“Hay
gente que contagia, que ilumina, esa gente son oenegés con patas, sí,
sí.
Hay
gente que reparte comida, pero otra reparte alegría, ilusión, son fantásticas
esas personas.”
"Al
final la vida nos va en lo personal y en lo profesional por nuestra actitud.
Y lo más chulo es que eso lo gestionamos nosotros, eso depende de nosotros, tú lo eliges. Eso es lo
que diferencia a las personas grandes de las mediocres. Cuesta un montón, pero
cuando luchas es más fácil. A
ti te quieren, te valoran y te aprecian por tu manera de ser, no por tu
currículum. Tus hijos te quieren por tu manera de ser, tus compañeros de
trabajo por tu manera de ser... La actitud. Nos gustan las buenas personas, las que son
honestas, las que son íntegras, amables, no la gente que discute y está todo el
día enfadada. Nos
gusta la gente fácil y con sentido del humor.”
“La venta es muy dura, porque hay tanta competencia. Por
eso es una de las profesiones que más admiro y respeto, la de vendedor; y luego
a los médicos y los profesores, estos porque hacen un trabajo enorme, y los
vendedores porque hacen uno muy difícil y muy poco reconocido. Tú dices que
eres un vendedor y parece que eres un desgraciado.”
“Solo
explico cosas que todos sabemos, si lo hubiera inventado yo, sería un crac. Son
cosas de sentido común, que todos sabemos y conocemos, no tengo ningún mérito.
La gente necesita recordar.”
“La
frase que más me gusta: La que más digo en las charlas es una de la madre
Teresa de Calcuta: «Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta
un poco mejor y más feliz». Los que somos de pueblo lo entendemos bien: es práctica, es
sencilla y si se puede aplicar a ti, saldrás por la puerta grande.”
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