Coches
eléctricos y miles de despidos: por qué las grandes marcas del motor cierran
fábricas y dicen necesitar menos mano de obra
Se avecina una tormenta perfecta en el sector automotriz
alemán, y el coche eléctrico será el desencadenante
Audi
prescindirá de 9.500 empleados en Alemania para invertir en movilidad
eléctrica y en el coche autónomo
La DGT multará con hasta 1.000 euros por conducir el
patinete eléctrico mirando el móvil, con auriculares o bebido
El
sector automovilístico se enfrenta a una transformación sin precedentes. Un
escenario disruptivo que ya ha afectado a 35.000 trabajadores, solo en España,
según avisa UGT. Pero no es un problema local, sino global. Y es que fabricantes de todo
el mundo están a las puertas de un gran cambio como es el coche eléctrico. Una transición para la que están
invirtiendo mucho dinero, pero también está siendo utilizada como argumento para despedir a
miles de trabajadores.
Hay marcas que hablan de 2020, otras de 2025 y hay quienes creen que hasta
2030 el coche eléctrico no despegará. Pero prácticamente todas las compañías prevén que
el coche eléctrico acabe siendo dominante y por ello desde hace meses
vienen anunciando sus planes de reestructuración. ¿Y si el coche eléctrico no triunfa? ¿Qué ocurre
si se despiden a todos esos trabajadores que hacen los coches que sí se venden y únicamente se invierte en
fabricar coches que los usuarios no buscan?
El
futuro de los coches eléctricos se juega en los próximos tres años y las baterías son el problema
clave
La electrificación de los vehículos es un dilema que
tiene en vilo a la industria, como bien refleja Carlos Tavares, presidente de
PSA y también de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA):
"Si los fabricantes
de automóviles europeos no venden suficientes vehículos eléctricos acabarán
arruinados con multas. Esto nos obliga a reservar volúmenes
significativos de baterías con los proveedores asiáticos, que nos esperan con
una gran sonrisa". Una
transición que según el directivo pone "en peligro los empleos de 13
millones de personas en Europa".
Tesla
es una de las compañías que se encuentra en situación delicada, pese a
ser uno de los mayores productores a nivel mundial de coches eléctricos. En
junio de 2018, Elon Musk anunció
despidos del 9% de la plantilla para reducir costes y mejorar su
rentabilidad. Unas 4.000 personas que fueron despedidas para "acelerar la
transición del mundo a energías limpias y sostenibles", según explicaba
Musk.
Pero
no pareció ser suficiente, ya que en enero de este año anunciaba otra ronda de
despidos con cerca del 7% de la plantilla, para reducir la cantidad de
empleados de Tesla a unos
38.000 trabajadores, de un total de 46.000 hace algo más de un año.
"Tesla necesita hacer
estos recortes además de incrementar la tasa de producción del Model 3 y
de hacer muchas mejoras de
la ingeniería de fabricación en los próximos meses", argumentaba el
CEO de Tesla.
No son los únicos. General Motors también anunciaba una importante
reestructuración, con el cierre de cinco plantas en Norte América y el despido
de 15.000 empleados. La promesa fue centrarse en el desarrollo de coches
eléctricos, dejando de fabricar hasta seis modelos: los Cadillac XTS y CT6,
Buick LaCrosse y Chevy Impala, Cruze y el popular Chevy Volt. Según la
compañía, con estos
movimientos buscaban reducir costes por 4.500 millones de dólares.
Mark Reuss, presidente de GM, adelantó que los ingresos
de sus modelos más vendidos como
los pickups tradicionales y los SUV, serían usados para los próximos modelos de
coches eléctricos, fabricados próximamente con la tercera generación de
su plataforma eléctrica.
El
coche eléctrico cada vez es más cosa de los viejos fabricantes: excepto
Tesla, los nuevos disruptores están cayendo uno a uno
El
coche eléctrico cada vez es más cosa de los viejos fabricantes: excepto Tesla,
los nuevos disruptores están cayendo uno a uno
Por parte de Ford, la compañía abordará un plan para
ahorrar 600 millones de dólares anuales en una reestructuración que prescindirá de 7.000 puestos de
trabajo en todo el mundo. El equivalente al 10% de su fuerza laboral y
donde también se verán afectados los puestos directivos, recortados en un 20%.
Entre los trabajadores afectados se encuentran 2.300 operarios en los EE.UU y más
de 5.000 puestos en Alemania, aunque la factoría de Ford Almussafes en
España inicialmente se salvará de los recortes directos. Pese a caer su
producción a los 360.000 coches, un 5% respecto 2018, los 8.100 puestos directos se mantendrían,
aunque con distintas reducciones en los turnos de noche y una modificación en las condiciones de trabajo.
Jaguar
Land Rover recortará alrededor de 4.500 puestos de trabajo para
"enfrentar una desaceleración de las ventas en China y una caída de la demanda de
vehículos diésel", un recorte que se suma a los 1.500 despidos del
año pasado para dejar a la compañía con unas 44.000 personas.
El plan pasa por electrificar sus instalaciones para
inaugurar una futura gama "made in UK". "Estamos tomando medidas decisivas para ayudar a
generar un crecimiento a largo plazo, ante múltiples interrupciones
geopolíticas y regulatorias, así como los desafíos tecnológicos que
enfrenta la industria automotriz.", explicaba Ralph Speth, director
ejecutivo de Jaguar Land Rover.
Los
fabricantes alemanes no se libran de la situación y también están optando por
medidas similares. Audi anunció recortes del 11% de sus empleados en
Alemania de aquí a 2025, esto es unos 9.500 puestos de trabajo. El objetivo es
ahorrar unos 6.000 millones de euros. Si bien, la compañía también explica que creará unos
2.000 nuevos puestos en el área de la movilidad eléctrica, con hasta 300 millones
de euros invertidos para adaptar fábricas como la de Neckarsulm en la
producción de coches eléctricos.
"La
empresa debe estar en forma y preparada para el futuro, lo que significa
que algunos perfiles de trabajo ya no serán necesarios y se crearán nuevos",
explicaba Audi en un comunicado. La compañía detallaba que no se optaría por despidos puros, sino
principalmente jubilaciones anticipadas.
Daimler espera que en 2025 los eléctricos supongan entre
un 15 y un 25% de sus ventas totales. Pero la matriz Mercedes-Benz y smart
entre otras anunciaba recortes de 10.000 empleos en todo el mundo hasta finales
de 2022 con el objetivo de "reducir costes tras la fuerte inversión
realizada en el coche eléctrico". El fabricante alemán lo calificaba como "la mayor transformación
de la historia" en el sector. Según sus cálculos, prevén ahorrar
hasta 1.400 millones de euros en personal, un 3% del total de la plantilla
según los datos de Reuters, que calcula el número de empleados de Daimler en
304.680.
Volkswagen
anunció su transformación digital dando por hecho que resultará en la pérdida
de entre 5.000 y 7.000 empleos para 2023. "La realidad es que fabricar un automóvil eléctrico
implica un 30 % menos de recursos que uno con motor de combustión interna.
Eso significa que tendremos que hacer recortes de empleos", explicaba
Herbert Diess, CEO de Volkswagen.
En total, la marca alemana prevé una reducción del gasto
de personal en un 15% para intentar mejorar su rendimiento competitivo en un 6%
en 2022. Una transformación
de la industria que podría costar a las empresas alemanas un total de unos
100.000 millones de euros, según Diess.
El Grupo PSA (Peugeot, Citroën, Opel, entre otras) se
encuentra inmerso en pleno proceso de electrificación y de hecho, en 2020 todas
sus fábricas en España producirán coches 100% eléctricos. El objetivo de la compañía es
que en 2025, todos sus modelos sean eléctricos. Para este proceso, desde
una de sus marcas como es Opel cuentan con que en 2020 serán rentables, aunque
desde Moncloa tuvieron que intervenir para retirar la amenaza de 3.000 despidos en la
fábrica de Figueruelas, según El Confidencial Digital.
Hasta
qué punto el coche eléctrico es motivo de los despidos
Según datos de Ford, fabricar un coche eléctrico es menos complejo que un coche
diesel o de gasolina, requiere menos partes, menos trabajadores y menos
proveedores. Se calcula que aproximadamente un 30% menos de horas de
trabajo y un 50% menos espacio en la fábrica. Unos datos que coinciden con lo
expresado en público por parte de ejecutivos de otros fabricantes como Nissan,
BMW o Mercedes.
La consultora AlixPartners establece en 400.000 millones de dólares el gasto que las
compañías realizarán durante los próximos cinco años para adaptar sus
factorías, formar a la plantilla e importar los nuevos componentes para la
fabricación de coches eléctricos y autónomos. Pero, según la consultora, más
allá del gasto en la transición eléctrica, los fabricantes de coches deberán
enfrentarse a otros desafíos: las compañías se verán obligadas a importar las
baterías, lo que supondrá aumentar la dependencia de proveedores externos y
pese al posible éxito del
coche eléctrico, las ventas automovilísticas tampoco experimentarían un gran
crecimiento a consecuencia del coche compartido y la incertidumbre económica
global.
Coche
Esta
"tormenta perfecta" es particularmente intensa en el sector
automotriz alemán. A los fabricantes alemanes se les acumulan los retos; entre
la caída de las ventas en China, la guerra comercial con los EE.UU y la carrera
hacia el coche eléctrico y autónomo. Y aun así, nadie sabe con certeza
si la conducción eléctrica y autónoma será un éxito o si se impondrá.
La industria del coche da trabajo directo a 820.000
personas en Alemania y
genera ingresos por unos 423.000 millones, alrededor de un 5% de su PIB.
Pero no es el único país, pues la industria del motor también tiene un gran
peso en países europeos como España, con aproximadamente el 10% del PIB, o
Francia, con 400.000
puestos de trabajo directos.
Precisamente los países más ligados a la industria
automovilística son quienes han alertado de los riesgos de que esta transición
al eléctrico se realice rápidamente. Pero la Unión Europea tiene una hoja de ruta clara para combatir contra
el cambio climático y lograr una reducción de las emisiones de CO₂ del 37,5% en 2030. Una reducción obligatoria
donde los fabricantes que no cumplan los límites serán multados. Un objetivo "totalmente
surrealista", según la Asociación Europea de Fabricantes de
Automóviles.
Algunos directivos de grandes empresas ven un futuro de
despidos masivos gracias a la IA… pero no se atreven a decirlo en público
Por parte de las organizaciones de trabajadores como UGT, señalan que "parece primar más el canibalismo digital, robótico y ecológico que el mantenimiento del empleo" y explican que será necesaria la "intervención por parte de los gobiernos para lograr una transformación gradual y coherente". Una irrupción que, según un análisis publicado por la revista Economía Industrial, podría suponer una pérdida de 40.000 empleos en España en 2025, reduciéndose el aporte al PIB en 1,2 puntos porcentuales.
La capacidad de adaptación del sector automovilístico
para los próximos años será determinante. Neal Ganguli, analista de Deloitte,
lo define así: "La
cadena de valor está transformándose y las empresas y sus sindicatos tendrán
que descubrir cómo cambiar o arriesgarse a formar parte de una burbuja cada vez
más pequeña". Un cambio en la industria donde España debe ponerse
las pilas (valga la redundancia) ya que no hay ninguna iniciativa en marcha
para adaptarse a este sector crítico.
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