Nubia Muñoz dice que su objetivo es eliminar el cáncer de
cuello uterino, que afecta principalmente a mujeres de países pobres.
Nubia Muñoz fue nominada al Nobel de Medicina en 2008. Sus más de tres décadas de investigaciones fueron esenciales para descubrir
una de las grandes incógnitas de su disciplina. Pero no todos aplauden
su trabajo.
Los hallazgos de esta
colombiana de Cali residente en Lyon, Francia -sede del Centro Internacional de
Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés)- permitieron establecer por
primera vez el virus del papiloma humano (VPH) como la causa principal del cáncer de cérvix o de
cuello uterino, que se diagnostica cada año a más de medio millón de mujeres (matando a
unas 300.000).
"Desde hace casi de
200 años se sospechaba que fuera una causa sexualmente transmisible, pero no se
sabía cuál", cuenta la epidemióloga a BBC Mundo.
Tras décadas investigando,
encontró la respuesta en el virus del papiloma.
VPH es el virus que lo causa. Hay más de 100 tipos
Más de medio millónde mujeres son diagnosticadas cada año
85%ocurre en países de ingresos bajos
70%de los casos son prevenibles con vacunación
3,5%de las mujeres en el mundo han sido vacunadas
El VPH es el virus de transmisión
sexual más común. De hecho, la ONG británica Cancer Research, dedicada a la
investigación de la enfermedad, dice que 8 de cada 10 personas lo contraerán a lo largo de su vida.
Los descubrimientos de Muñoz abrieron "perspectivas
enormes para la prevención", señala.
Se desarrolló el test de
VPH (una prueba que
espera reemplazar a la citología vaginal) y también la primera vacuna
contra el VPH, comercializada en 2006.
George Papanicolaou, el
hombre que inventó "una de las armas más poderosas contra el cáncer"
La vacuna ya fue introducida en 86 países y se han
vacunado más de 120 millones de mujeres en el mundo, afirma con orgullo la
científica.
Y también algunos hombres. Porque, aunque las mujeres son las principales afectadas, el virus
también les afecta a ellos, pues
está vinculado al cáncer de pene, de ano, de orofaringe (en la boca o la
garganta) y a las verrugas genitales, "por eso hay 22 países que introdujeron la vacuna también
en niños y no solo en niñas", dice Muñoz.
¿Se puede entonces hablar
de un éxito rotundo?
No exactamente. La vacuna del VPH estuvo rodeada de
polémica, especialmente en Colombia, el
país natal de Muñoz, en donde el movimiento antivacunas la situó en el punto de
mira (y logró frenar en gran medida sus esfuerzos para implantarla).
Pero no pudo detener sus intenciones de acabar no solo
con el cáncer, sino también con la
desinformación.
"Situación
dramática"
Lo que ocurrió en Colombia fue un caso excepcional que todavía parece fruto de una película de ciencia
ficción.
Se dio un episodio de sugestión colectiva debido a una
"percepción exagerada" sobre la
exposición a la vacuna, le dijo a BBC Mundo en 2015 el entonces director del
INS, el Instituto de Salud Nacional, Dr. Humberto de la Hoz.
Muñoz prefiere describirlo
como "una situación de estrés exagerada" que evolucionó hasta echar
por tierra todo el programa de vacunación en el país que con tanto esfuerzo
había llevado a cabo.
"Y ahora la situación en Colombia es
dramática", asegura.
Lo que comenzó con un
intenso entusiasmo terminó en desastre. Muñoz recuerda la alegría de los
inicios. Dice que, aunque
ha recibido muchos premios a lo largo de su vida, el reconocimiento más grande
fue cuando el expresidente Juan Manuel Santos le llamó en el verano de
2013 para invitarle a participar en el lanzamiento de la vacuna contra el VPH
en el país latinoamericano.
"El gobierno hizo un gran esfuerzo para comprar la
vacuna y ponerla a disposición de todas las niñas mayores de 9 años, gratis. Y hay que tener en cuenta que, cuando se comercializó,
era una vacuna muy cara; cada dosis costaba más de US$100. Y se necesitaban
inicialmente tres".
"Todo iba muy bien. En 2013, Colombia tenía las coberturas más altas, tan buenas como las
de Reino Unido o Australia, por encima del 90%. Yo estaba feliz. Y luego pasó un incidente en
Carmen de Bolívar, un pueblito de la costa atlántica con muchos problemas
socioeconómicos que había sufrido mucho con la violencia de la guerrilla y de
los paramilitares".
Muñoz dice que vacunaron a
todas las niñas de 9 años en las escuelas. Algunas de ellas -unas 15 al
principio, aunque más adelante serían unas 500- "presentaron mareos, dificultad para respirar,
problemas en las piernas y de sensibilidad".
"Pensaron que podía ser el plomo del agua o una
intoxicación alimentaria", dice la
científica. "Hicieron
varios estudios y no encontraron nada. Y luego a una de las psicólogas
de una escuela se le ocurrió decir. '¡Ah! ¡Pero estas niñas fueron vacunadas
con la vacuna del papiloma!'".
Fue así, explica Muñoz,
como "nació el rumor" de que era la vacuna la causante de los
problemas. Pero todo
resultó ser fruto de la autosugestión, según un estudio detallado del
INS, que no encontró relación alguna entre lo que reportaron las niñas y la
aplicación de la vacuna, como se había especulado.
¿El fin del misterio de las niñas colombianas desmayadas?
"Se hizo una demanda
muy grande contra la compañía que desarrolló la vacuna y se vino abajo todo el
programa, que era excelente. El Ministerio de Salud trató de retomarlo, pero
creo que no se hizo con la motivación suficiente como para recobrar la
confianza".
La tasa de vacunación en Colombia cayó al 17%, según los
datos del año pasado.
"Por el hecho de no
tener ahora una cobertura con la vacuna VPH del 90% (como la teníamos en el 2013
y 2014), estamos perdiendo la oportunidad de prevenir unos 4.000 casos de
cáncer de cérvix por año en Colombia", advierte.
Los rumores
Paro la vacuna también enfrentó rechazo por parte de
grupos antivacunas en otras partes del mundo.
"Uno de los rumores
que se difundieron era que si se daba la vacuna a las niñas antes de comenzar
la actividad sexual, entonces se iban a sentir más seguras y se iban a volver
promiscuas", dice la epidemióloga.
La epidemióloga viajó por todo el mundo en busca de
respuestas sobre el virus del papiloma humano.
Muñoz asegura que eso "solo es un
rumor", pues "se han hecho estudios mirando cuál es el
comportamiento sexual de adolescentes que reciben la vacuna y de las que no, y
no hay ninguna diferencia".
"Hay un comité de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) que revisa la seguridad de las vacunas periódicamente
-y no solamente la vacuna contra el VPH, sino de todas las vacunas- y se reúne una o dos veces al
año para revisar toda la información disponible".
Muñoz cuenta que ya se han hecho al menos ocho revisiones
de la vacuna contra el VPH con resultados
positivos: "La última
conclusión, que fue el año pasado, es que la vacuna es segura y muy
eficaz".
"Esta vacuna ha
sufrido más que otras que se han introducido en el mundo, tal vez porque
realmente es difícil de entender, o puede que sea porque sirve para prevenir una enfermedad sexualmente
transmisible", dice la científica.
Ella culpa a la
desinformación y la ignorancia de la difusión de los rumores: "A pesar de
la investigación, la gente
sigue creyendo lo que lee en las redes sociales y no se interesa o no se toma
el trabajo de ir un poquito más allá y leer la evidencia científica".
"Las noticias malas (sobre las vacunas) son virales. Gracias a las redes sociales, la difusión es mucho
más rápida que la de la evidencia científica. Ya llevamos más de 12 años
distribuyendo la vacuna en todo el mundo y ninguna de las sospechas de los
grupos antivacunas se ha podido confirmar", dice Muñoz.
Tiene claro su objetivo: erradicar el cáncer de cuello
uterino. "¡Sería un sueño!", exclama.
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