Empleando
el mismo principio físico que un tubo fluorescente, los motores de plasma
pueden asaltar la aviación comercial y ser la alternativa del futuro.
Aunque
pueda parecer más propio de películas de ciencia ficción, en la actualidad
existen muchísimos proyectos que buscan explotar las particularidades del
denominado cuarto estado de la materia: el plasma.
No es algo realmente novedoso, de hecho algunas pantallas
más o menos antiguas o mismamente los tubos fluorescentes que hay en muchas
cocinas españolas para iluminación usan el plasma.
Pero,
¿y si lo usamos para la propulsión en lugar de quemar combustible? Bajo esta
premisa, un estudio científico comenzó a trabajar. Sustituir los motores
tradicionales de los aviones por unos de plasma puede ser el futuro de una
aviación ávida de novedades tecnológicas.
Por el momento, tan solo se trata de varios experimentos en laboratorio a
muy pequeña escala y en unas condiciones concretas. Pero de igual manera
comenzaron los primeros proyectos de aviación eléctrica y ya existen varias
aeronaves de este tipo.
Un
jet de plasma
"Proponemos un diseño prototipo de un propulsor que utiliza plasma de aire inducido por ionización por microondas. Tal motor a reacción simplemente usa aire y electricidad para producir plasma presurizada a alta temperatura produciendo una propulsión a chorro", así arranca el resumen del paper publicado en la web del American Institute of Physics (Instituto Americano de Físicas, en castellano).
La
misma Tercera Ley de acción-reacción de Newton con la que se rigen los motores
de los aviones pero empleando plasma. Según publican los científicos,
han conseguido demostrar que, aplicando el mismo consumo de energía, consiguen una presión de
propulsión comparable a la ofrecida por un motor jet tradicional de
aviación. Eso sí, sin
aportar a la atmósfera un solo gramo de carbono.
"Al
igual que el sólido, líquido y gaseoso, el estado de plasta es normal en la
material. El plasma aparece de forma natural debido a la ionización de
las moléculas a alta temperatura (como en el Sol) o en campos eléctricos potentes (como en una tormenta
de rayos", prosiguen.
Pero
también en los tubos fluorescentes de nuestros hogares, en los lámparas de neón
que adornan comercios. El plasma se puede generar empleando radiación en el rango de las microondas,
con arcos eléctricos, llamas de fuego o con descargas de alto voltaje.
La propuesta de los científicos Dan Ye y Jun Li, del
Instituto Tecnológico de Wuhan, pasa por la "creación de un propulsor de chorro empleando plasma
de alta temperatura y alta presión generado a partir de una radiación de 2,45 GHz en
el espectro de las microondas". El aire presurizado pasa a la
cámara de ionización, se
convierte en plasma y sale en forma de chorro al exterior.
"La
temperatura de la llama generada puede superar los 1.000 grados
centígrados". Para hacernos una idea, el EGT (Exhaust Gas
Temperature, o Temperatura de Escape de los Gases) de un avión medio como un
737-800 ronda, en pleno despegue, entre 700 y 800 grados centígrados. El proyecto pretende utilizar
aire atmosférico para la creación de plasma, lo que les obliga a emplear una
etapa de presurización que, de aplicarse en los aviones, deberá variar con la
altitud, la presión atmosférica y la temperatura a pie de pista. El
prototipo, consigue levantar una bola de acero de 1 kilogramo dispuesta sobre
un tubo de cuarzo de 24 milímetros.
El
motor de plasma español
La Universidad Carlos III de Madrid anunció hace poco más de un mes su patente de motor de plasma. "Los motores de plasma que ionizan un gas y luego lo aceleran empleando campos electromagnéticos. Los motores de plasma utilizan unas 10 veces menos de propulsante que los motores químicos", comenta Mario Merino, profesor del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la misma universidad.
La particularidad de la patente española es que "entra de la clase de
motores de plasma sin electrodos. Resuelve parte de los problemas
existentes en los otros motores de plasma". Para ello emplea su geometría
en forma de 'U' que
elimina las partes traseras del motor y ofreciendo dos salidas para el chorro
de plasma. "Cambiando el empuje entre estas dos salidas podemos
redirigir el vehículo espacial".
Este
sistema, aunque se trata igualmente de un motor de plasma, es muy diferente a
la creación de los científicos chinos. Al estar diseñado para el
espacio, necesita de un
tanque de combustible al que se llevará al estado de plasma mientras que
la propuesta del Instituto Técnico de Wuhan pasa por emplear aire atmosférico.
Motores iónicos en el espacio
La NASA ha empleado en algunas de sus misiones motores iónicos que se basan en la aceleración de partículas a velocidades muy altas empleando un campo eléctrico. Aunque no es exactamente el mismo principio físico, sí se asemejan en algunos conceptos básicos.
El
ejemplo que ponen los científicos es el de la sonda Dawn. Lanzada en
2007, empleaba tres motores iónicos basados en el motor de la Deep Space 1. Este tipo de propulsor genera
aceleraciones muy bajas pero, a cambio, las mantiene durante muchísimo tiempo
hasta que agota el combustible. Debido a esto, solamente se pueden
emplear en el espacio donde no existe rozamiento con el aire y 'no frena a la nave'.
Siguiendo en el mismo ejemplo, la Dawn estuvo navegando por el espacio 11 años,
hasta que el 1 de noviembre de 2018 se dio por concluida la misión y los
motores se apagaron. Este tipo de motores, como indicaba arriba, no son
aplicables a en condiciones atmosféricas pues son directamente inservibles para hacer volar una avión o
a cualquier otro vehículo en tierra.
"Proponemos un diseño prototipo de un propulsor que utiliza plasma de aire inducido por ionización por microondas. Tal motor a reacción simplemente usa aire y electricidad para producir plasma presurizada a alta temperatura produciendo una propulsión a chorro", así arranca el resumen del paper publicado en la web del American Institute of Physics (Instituto Americano de Físicas, en castellano).
La Universidad Carlos III de Madrid anunció hace poco más de un mes su patente de motor de plasma. "Los motores de plasma que ionizan un gas y luego lo aceleran empleando campos electromagnéticos. Los motores de plasma utilizan unas 10 veces menos de propulsante que los motores químicos", comenta Mario Merino, profesor del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la misma universidad.
La NASA ha empleado en algunas de sus misiones motores iónicos que se basan en la aceleración de partículas a velocidades muy altas empleando un campo eléctrico. Aunque no es exactamente el mismo principio físico, sí se asemejan en algunos conceptos básicos.
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