El Landkreuzer P. 1000 Ratte pesaba
unas 1000 toneladas.
Esta verdadera bestia de acero tenía un
impactante poder de fuego.
Adolf
Hitler logró conquistar gran parte de Europa con sus famosos Panzer y la táctica de la Guerra
relámpago (Blitzkrieg), que
combinaba bombardeos con ataques estratégicos de blindados. Sin embargo,
con el estancamiento de la guerra, el líder de la Alemania Nazi llegó a soñar con un tanque de
proporciones gigantescas, una verdadera bestia de acero: el Landkreuzer
P. 1000, conocido con el nombre en código “Ratte”, la Rata.
Su nombre en alemán significa “crucero
terrestre”, y da
cuenta de la idea detrás de su creación: dotar al Tercer Reich de una suerte de acorazado sobre
orugas, con 35
metros de largo, 14 de ancho y una altura de 11.
La
colosal máquina fue diseñada por la compañía armamentista de aceros Krupp AG y empezó a desarrollarse en
julio de 1942, según el libro Armas Secretas de Hitler, de Giorgio
Bergamino y Gianni Palita.
Un impactante poder de fuego
El megatanque se destacaba por su poder
de fuego: llevaba 2 cañones navales de largo alcance, además de 2 torres Maus,
con piezas de 128 milímetros para atacar tanques más pequeños, cada una de ellas con su
correspondiente cañón coaxial de 75 mm. También contaba con otros 2 cañones, de 15 mm,
ubicados en cada lateral para enfrentar infantería o vehículos de menor
envergadura y 8 cañones
antiaéreos Flak 38 de 20 mm. para defenderse de posibles bombardeos.
Pero hay algo que esta enorme máquina
no pudo resistir: la realidad. Su inmenso tamaño lo hacía casi imposible de
maniobrar, ni pensar
en atravesar una ciudad o una aldea con este “crucero terrestre”: era más ancho que la mayoría de
las calles.
Tampoco se podría encontrar puentes que aguantaran su peso para
cruzar ríos. Además, su funcionamiento suponía un enorme gasto de recursos en un momento
en que comenzaban a escasear en el frente soviético.
El proyecto del Landkreuzer P. 1000
Ratte fue finalmente cancelado por el ministro de Armamento y Producción de Guerra nazi, Albert
Speer. Fue reemplazado por
su primo más liviano, el Panzerkampfwagen VIII Maus, o “Ratón”, un
tanque de 200 toneladas diseñado por Ferdinand Porsche. Su desarrollo se retrasó tanto que, cuando cayó el
régimen nazi, solo se habían producido unos pocos prototipos que
terminaron como trofeos de guerra de la Unión Soviética.
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