SpaceX
ha decidido cancelar la fabricación de sus naves espaciales tripuladas Dragon,
con lo que sube la presión para tener lista la nueva Starship cuanto antes
Es
una decisión sorprendente porque la compañía aeroespacial norteamericana solo
tiene cuatro Dragon disponibles para llevar astronautas a la Estación Espacial
Internacional y su nueva nave Starship todavía está muy lejos de estar
operativa.
Según informa Reuters, un ejecutivo de la compañía ha manifestado que cancelaban
la fabricación de estas naves para concentrar sus recursos en la producción de
Starship, una nave que todavía no ha volado al espacio exterior ni
realizado un vuelo orbital y mucho menos con tripulación.
La
decisión llega en un momento clave, cuando las relaciones entre Estados Unidos
y Rusia hacen muy difícil —o directamente imposible— que la NASA vuelva a
enviar sus astronautas a la ISS en naves Soyuz.
Por
el momento, la única opción para la agencia espacial estadounidense es la Crew
Dragon. Las cuatro naves Crew Dragon son reutilizables, así que seguirán
operativas hasta que termine su vida útil.
No
se sabe cuándo será su fecha límite ni cuántas veces se podrán reutilizar.
En teoría, el número de vuelos por cápsula son cinco, pero este número podría cambiar según lo
que vaya descubriendo la compañía, que planea seguir fabricando cualquier parte
mecánica que se necesite para mantenerlas en vuelo.
Una
de las naves reutilizadas tuvo un problema con su inodoro, que comenzó a gotear
en 2021 e hizo la vida de los astronautas bastante desagradable durante
el tiempo en que estuvo en órbita.
La decisión pone en perspectiva los riesgos para SpaceX.
A finales de 2021, Elon
Musk envió un 'e-mail' interno a los empleados de SpaceX después de descubrir
que había una “crisis de producción” del nuevo motor Raptor que, al parecer,
era “mucho peor de lo que parecía hace unas semanas”. Los motores Raptor
de la primera etapa del Starship. (SpaceX) En esa ocasión, Musk recalcó que se
enfrentaban “a un verdadero riesgo de quiebra si no conseguimos que Starship
vuele al menos una vez cada dos semanas el próximo año”. Conociendo a Musk y sus
predicciones habitualmente optimistas hasta rozar el delirio, la advertencia es
grave. Inicialmente, el Starship utilizará 29 motores Raptor en su
primera fase de 70 metros de altura, el Super Heavy Booster. Después pasará a
33. A esto hay que añadir los nueve de la segunda fase. Un total de 42 motores.
Aunque la nave será
reutilizable en su totalidad, es una cantidad enorme de motores. Sobre todo
porque Musk necesita tener múltiples Starships operativos.
Sin alternativas en el horizonte
El programa Starship sufre múltiples retrasos causados por este y otros problemas técnicos y administrativos, como las inspecciones de la autoridad federal de la aviación que tienen que dar el visto bueno a las pruebas de un cohete que será el más grande de la historia. El año pasado, Musk anunció que el primer vuelo orbital sería en enero, pero ya estamos casi en abril. La última prueba del Boeing Starliner pudo acabar en desastre y el test tripulado está detenido 'indefinidamente'. (NASA) La única alternativa al Crew Dragon en el horizonte cercano es el Boeing Starliner, una nave similar al antiguo módulo de mando de las misiones Apolo que se supone tendrá su primer vuelo tripulado de prueba este año. Sin embargo, este desarrollo también ha estado plagado de problemas y retrasos. En estos momentos, no hay fecha definitiva para el lanzamiento. De hecho, la última noticia fue que la prueba tripulada del Starliner se retrasaba de forma “indefinida”. Por su parte, la NASA tiene a punto su SLS con la nave Artemis, pero el sistema está diseñado para ir a la Luna y volver. Es demasiado potente y caro como para usarlo para ir a la ISS. En otras palabras: en Houston le deben estar poniendo velas a San Carl Sagan para que a ninguna de las cuatro Crew Dragon se les estropee el váter o algo peor.
El programa Starship sufre múltiples retrasos causados por este y otros problemas técnicos y administrativos, como las inspecciones de la autoridad federal de la aviación que tienen que dar el visto bueno a las pruebas de un cohete que será el más grande de la historia. El año pasado, Musk anunció que el primer vuelo orbital sería en enero, pero ya estamos casi en abril. La última prueba del Boeing Starliner pudo acabar en desastre y el test tripulado está detenido 'indefinidamente'. (NASA) La única alternativa al Crew Dragon en el horizonte cercano es el Boeing Starliner, una nave similar al antiguo módulo de mando de las misiones Apolo que se supone tendrá su primer vuelo tripulado de prueba este año. Sin embargo, este desarrollo también ha estado plagado de problemas y retrasos. En estos momentos, no hay fecha definitiva para el lanzamiento. De hecho, la última noticia fue que la prueba tripulada del Starliner se retrasaba de forma “indefinida”. Por su parte, la NASA tiene a punto su SLS con la nave Artemis, pero el sistema está diseñado para ir a la Luna y volver. Es demasiado potente y caro como para usarlo para ir a la ISS. En otras palabras: en Houston le deben estar poniendo velas a San Carl Sagan para que a ninguna de las cuatro Crew Dragon se les estropee el váter o algo peor.
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