Un informe de la Oxfam reveló que la desigualdad social
ha aumentado notoriamente desde la recesión económica mundial en el 2008.
Los
últimos seis años no han sido fáciles para las principales economías del mundo.
Lo que comenzó con el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en
agosto del 2008 provocó un efecto dominó en la economía mundial y dio origen a
una complicada situación cuyas secuelas aún permanecen.
Una
de ellas es el aumento de la desigualdad. Un informe reciente publicado
por la Oxfam reveló que desde que empezó la recesión, la brecha entre ricos y pobres ha aumentado
notoriamente. Se estima que en el planeta hay 1.646 multimillonarios, el doble de los
que había antes del 2008, mientras que 870 millones de personas viven
en la pobreza extrema.
Aunque entre las causas de este fenómeno social están el poco acceso a la
educación y la salud; las escasas oportunidades laborales, el cambio climático y la
violencia, los autores del trabajo señalaron dos razones principales que
explican la tendencia. En primer lugar, las políticas del laissez faire (dejen hacer, dejen
pasar) que permiten una libertad absoluta en la economía y, en segundo término,
la habilidad de los ricos para mantenerse en el poder, pagar menos impuestos y
aumentar su patrimonio.
El informe, que tuvo el visto bueno de economistas
reconocidos como el premio Nobel Joseph Stiglitz y Jeffrey Sachs, propone
establecer un impuesto anual de al menos 1,5 % sobre el patrimonio
mundial, una solución planteada por el economista francés Thomas
Piketty, autor del bestseller El capital en el siglo XXI.
Según Piketty, con dicha medida podría contenerse el
crecimiento ilimitado del patrimonio de unos pocos y permitiría mayor acceso a la educación y mejor
asistencia médica en los países más pobres del planeta.
“La
desigualdad tan grande es una barrera para la prosperidad de las
mayorías, dificulta el crecimiento económico, corrompe la política, ahoga las
oportunidades y potencia la inestabilidad”, concluyó Raymond C. Offenheiser,
presidente de Oxfam América.
Otro punto del informe que llama la atención es cómo la
desigualdad de género prevalece. Tan solo hay tres mujeres entre las 30 personas más ricas del mundo,
lo que indica que este factor aún es un problema social delicado a pesar de los
esfuerzos de varios organismos internacionales. Además, exige a los gobiernos nacionales mayor
intervención para disminuir la brecha.
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