Un
nuevo capítulo ha comenzado en la lucha por desintoxicar la información en
internet.
El
mundo se ha tomado en serio esto de las noticias falsas. Nadie quiere que con
información intencionalmente torcida se gane una elección presidencial, se
cambie el rumbo de una nación. Y las grandes compañías tecnológicas, que
han estado en el ojo del huracán porque son ellas las que permitieron este engendro, realmente
parece que quieren arreglar las cosas. Pero con 1.000 millones de sitios web, ¿se puede
efectivamente poner fin a los engaños, el matoneo y la maledicencia en las
redes sociales?
Google
puso en marcha un sistema de verificación de hechos en las noticias y búsquedas.
Para ello logró la ayuda de International Fact-Checking Network, cuyos editores
(humanos) ponen una etiqueta al final de la noticia cuando los datos han sido
verificados. Lo malo: el mismo director de Google News, Richard Gingras, explica que esta información no
estará disponible para cada resultado de búsqueda y puede haber páginas en las
que distintos editores verificaron lo mismo y llegaron a conclusiones
diferentes.
Google
no hace los chequeos, sino organizaciones independientes, de las que hay
al menos 115 en todo el mundo dedicadas a la verificación de hechos, dos de
ellas operando en Colombia (La Silla Vacía y Colombia Check). Facebook ha puesto en marcha un
sistema de etiquetado similar, por ahora en 16 países, en alianza con
First Draft, una organización especializada en el tema.
La Silla Vacía en particular trabaja en una iniciativa
como esta, a la que
bautizó el “detector de mentiras”, que chequea discursos y declaraciones ante
los medios, de figuras públicas, y examina la veracidad de sus
afirmaciones. El detector examinó la carta que Álvaro Urbe envió al Congreso de
Estados Unidos y encontró
que de las 27 afirmaciones que tiene la misiva solo 3 son ciertas, 6 son
engañosas, 5 son falsas, 4 debatibles, 4 inchequeables, 3 son apresuradas y 2
exageradas, según una escala de verdad que aplican a cada información.
No se puede acusar de ‘castro-chavista’ al detector de La Silla. También
precisó que no es cierto, como cree la mayoría de la gente en las redes
sociales, que Álvaro Uribe fue el autor de la controvertida Ley 100 que reformó
el sistema de seguridad social en el país en 1993. En realidad, fue una
iniciativa del gobierno de César Gaviria promovida por su ministro de Trabajo
Luis Fernando Ramírez. El detector de mentiras acaba de ser extendido para que
incluya las cadenas de información en WhatsApp, en donde circulan por estos
días increíbles afirmaciones falsas sobre el proceso de paz.
Google
extendió su esfuerzo también a YouTube, mediante el programa Internet Citizens,
una serie de conferencias en streaming dirigidas al público juvenil, para que
aprenda a identificar la veracidad de los contenidos alojados en la más popular
plataforma de video compartido del mundo. El video viral de un águila
llevándose a un bebé en sus garras en un parque era un montaje que podía ser
identificado fácilmente con el plugin Frame by Frame, disponible para los
navegadores más populares.
Tras
la victoria de Donald Trump, el dedo acusador se digirió a Facebook porque fue
principalmente allí en donde circuló la campaña de mentiras falsas que, se
cree, ayudaron al triunfo republicano. Europa, que afronta un calendario
electoral importante durante este año, reaccionó presionando a Facebook para
solucionar el problema y evitar situaciones similares en las elecciones
francesa, británica y alemana. No se sabe si las medidas tomadas por Facebook
han sido efectivas, pero al menos en Francia la ultraderecha no logró el milagro digital que esperaba
y que se sabe había planeado a la luz de la experiencia norteamericana.
Facebook eliminó la semana pasada miles de cuentas falsas
que estaban orientadas
hacia la próxima campaña en Reino Unido y publicó en algunos de los diarios más
importantes (The Guardian, The Times, The Telegraph, entre otros)
instrucciones para ayudar a los lectores a detectar noticias falsas en la red.
Después de que un criminal transmitió en vivo el
asesinato de un anciano el pasado 17 de abril, Mark Zuckerberg, CEO de
Facebook, anunció que
contratará este año a más de 3.000 personas para monitorear el contenido
indebido, quienes se sumarán a los 4.500 que ya trabajan en esta tarea. Está
visto que los algoritmos no hacen bien su trabajo. Las plataformas de
internet dejaron en manos de un
software inteligente la identificación de contenido problemático, pero
fallaron con demasiada frecuencia, como cuando censuraron una foto de la niña
vietnamita huyendo de las bombas de napalm porque el algoritmo la identificó como “mujer desnuda”.
El fundador de Wikipedia, Jimmy Wales, anunció la
inauguración de un proyecto para combatir las noticias falsas en internet: se llama
Wikitribune y funcionará como un diario “neutral” que solo publicará información verificada
profesionalmente por periodistas y editores y será financiado con el mismo
modelo con el que se patrocina la popular enciclopedia en línea, las
donaciones del público. Nada de publicidad ni interés político en medio para
asegurar la idoneidad de la información. Suena quijotesco, pero así sonaba el
proyecto Wikipedia cuando nació y debía enfrentar a las poderosas enciclopedias
Británica y Encarta, a las cuales
derrotó en la preferencia del público y en la credibilidad de sus contenidos.
El
problema principal radica en que la identificación de noticias falsas requiere
de un esfuerzo intelectual del internauta, algo para lo que precisamente
él no está preparado. A la mayoría de las personas les gustan Twitter y Facebook porque les llegan
mensajes muy condensados que en pocas palabras les dicen lo que ellos quieren
escuchar. Un estudio reciente de la Universidad de Columbia encontró que
el 59 por ciento de
quienes comparten noticias en sus muros de Facebook ni siquiera las leyeron,
solo las comparten porque les gustó el título. Y la estrategia inversa, la de
equipos de editores dedicados a verificar la veracidad de la información, solo cubre una parte minúscula
de las cataratas de contenidos que circulan en las redes sociales. Pero
había que comenzar de alguna manera y en los primeros cinco meses del año ya
corren numerosas estrategias para controlar el problema.
Cómo identificarlas: consejos para los lectores
Aunque parezca fácil identificarlas, millones de personas creen en
las noticias falsas, aun en las más inverosímiles, como las que
circularon hace poco en las que se anunciaba que la tienda H&M regalaría
100.000 pesos a cada ciudadano, o que solo quedaban 500 cuentas gratuitas en
WhatsApp, o que los pensionados perderán sus mesadas para dárselas a los
guerrilleros de las Farc.
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está regalando la mitad de su fortuna a quienes compartan el mensaje con diez
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