Los
emprendimientos suelen comenzar a diseñarse en una servilleta de un café, en el
reverso de un tiquete, en una nota de audio sin nombre en el celular. Su
implementación, en cambio, requiere de varios esfuerzos adicionales que no
siempre se llevan a cabo de manera estructurada.
Uno de los primeros pasos que todo emprendimiento
necesita establecer es un plan de mercadeo: la columna vertebral, la esencia de cualquier proyecto
comercial, que, si bien pocos emprendedores pueden costear un profesional de
marketing que les asesore en el tema, muchos pueden adelantar la etapa
de la planificación por sus propios medios. Para ello es necesario tener
presentes los siguientes puntos:
1.
Conocer al cliente objetivo. No todos los habitantes del planeta estarán
interesados en comprar un mismo producto. Es importante definir el perfil del
consumidor ideal para entender sus necesidades específicas, sus gustos y sus
costumbres.
2.
Conocer a la competencia. Saber analizar el mercado, entender qué
necesita el público objetivo y qué promete la competencia es esencial a la hora
de distinguir cuál será el diferencial del producto a ofrecer. Aprender a leer
el entorno permite identificar áreas de oportunidades que, bien aprovechadas, pueden
impulsar las ventas.
3.
Planificar la comercialización. No solo es estipular precios y salir a
vender. Se trata de entender los ciclos de vida de los productos para poder así
ejecutar estrategias verdaderamente efectivas.
4.
Comunicar. En un mundo hiperconectado, lo que no se comunica no existe.
Pero ¿cómo hacerlo de manera efectiva? ¿Cómo acercarse al público objetivo con
mensajes cercanos, empáticos, no invasivos? ¿Cómo convencer al consumidor sin
apabullarlo?
5.
Medir, evaluar, y volver a planear. Todo plan de mercadeo debe perseguir
objetivos claros, medibles y alcanzables. Un adecuado análisis de esos
resultados permite repensar las estrategias de ventas, encontrar áreas de
mejora y aprovecharlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios aqui: