El
100% de la creación de empleo en 2020 será en disciplinas relacionadas con las
ciencias, pero la realidad es que actualmente solo el 26% de los estudiantes
españoles están matriculados en carreras llamadas STEM
(científico-tecnológicas) y para el próximo año casi dos millones de empleos se
quedarán sin cubrir por falta de perfiles cualificados
China quiere liderar la próxima revolución digital. El
networking será la clave para más de la mitad de buscadores de empleo
España
cuenta con una tasa de desempleo muy por encima de la media de la Unión
Europea, un desequilibrio que es aún más notable entre los jóvenes y uno de los
principales factores que está estrechamente relacionado con esto es el nivel de
formación. Aquellos con mayor nivel de estudios sufren menos tasa de
paro que los que tienen estudios medios o inferiores. Sin embargo, la revolución digital, la
automatización y la globalización tienen un gran impacto sobre los tipos de
empleos que se crean. En este sentido, la digitalización supone
incorporar tecnologías y automatizar procesos, por lo que habrá una sustitución de puestos por máquinas.
La demanda de profesionales cualificados relacionados con carreras STEM (science,
technology, engeenering, mathematics) está superando con creces al número de estudiantes
matriculados en estas disciplinas. La sociedad y las empresas avanzan a
un ritmo mucho más rápido que el sistema educativo vigente y se produce un
desajuste. Según indica la OCDE, en España, este desajuste de capacidades afecta a más del 33% de los
trabajadores. Por ello, el foco debería ser hacer hincapié sobre la
educación para el empleo.
El estudio de IESE Business School indica que España es el segundo país a
nivel mundial con mayor desajuste de capacidades para el puesto de trabajo.
Un hecho motivado por el alto grado de formación de los españoles, la cual es superior a la que se
requiere, una situación preocupante también porque el 72% de las empresas que han entrevistado
tiene problemas para cubrir los puestos que ofrecen por falta de conocimiento,
capacidades y actitudes necesarias.
La situación es la siguiente: como indican desde
Singularity Experts, el
100% de la creación de empleo en 2020 será en disciplinas relacionadas con las
ciencias, pero la realidad es que actualmente solo el 26% de los estudiantes
españoles están matriculados en carreras STEM y para el próximo año casi
dos millones de empleos se quedarán sin cubrir por falta de perfiles
cualificados. La gravedad de la situación llega al punto de “amenazar la competitividad
española”, recalca la socia fundadora de Singularity Experts, Elena
Ibáñez, a DIRIGENTES.
Ibáñez señala que el principal error que se comete antes de escoger unos
estudios, es “ser carrear-centric en vez de job-centric” y considera
que, en lugar de preguntarse qué deberíamos estudiar, es mejor reformular esta
cuestión y plantearse en qué me gustaría trabajar. “La respuesta no es nunca una carrera o una FP,
sino un itinerario académico compuesto de varios hitos formativos”, así
ve la formación del futuro. No obstante, el problema es que la orientación
actual continúa siendo la misma que hace 50 años.
En un mundo cada vez más robotizado y ante la gran
demanda de profesionales STEM, ¿hay que dejar de lado la profesión que más pueda gustar por una
técnica? Hay que encontrar el equilibrio entre estudios y empleo para
ser feliz encontrando el trabajo que mejor se ajusta a cada persona y a sus
necesidades y “dedicarse a
la profesión que a uno le gusta es tan importante como estar preparado para
ella, de lo contrario acusaremos desmotivación y esto nos generará a la larga
frustración”, señala Elena Ibáñez al tiempo que aclara que aunque los
empleos de futuro estén relacionados con la tecnología, no implica que sean
técnicos. Por ejemplo, “un
terapeuta de rehabilitación a través de la realidad aumentada, un ético de modificación
genética de alimentos o un lingüista para procesamiento de lenguaje natural son trabajos con mucho futuro y
en absoluto técnicos”.
En este sentido, la tecnología cobra especial importancia y, en especial,
la Inteligencia Artificial aporta su granito de arena, la cual permite
descubrir habilidades desconocidas que ayuden a cambiar de idea sobre un futuro
trabajo.
Esto se ha materializado en la plataforma Singularity
Experts. “La Inteligencia
Artificial nos ha proporcionado una capacidad única para modelar el
comportamiento de nuestros datos sobre perfiles humanos y empleos del futuro
con base en reglas de negocio, y producir un modelo que nos permite
razonar y realizar inferencias de conocimiento que están explícitos e
implícitos en dichos datos”.
En el intento de cubrir los puesto más técnicos, las empresas apuestan cada vez
más por estudiantes de FP que por los propios ingenieros. Empresas como
Google o IBM ya lo están haciendo. Elena señala que las empresas prefieren personas “capaces” en vez
de personas “preparadas”. El informe de IESE dice que el 68% de las
empresas detecta una brecha de conocimientos en tecnología y digitalización
entre los graduados universitarios y un 48% entre los graduados de formación
profesional.
Pese a que las ofertas de empleo se van enfocando cada
vez más en disciplinas tecnológicas, esta tendencia aún no ha conseguido impulsar un cambio en los estudios.
Elena se muestra muy tajante al indicar que actualmente “las carreras y formación
elegidas por los jóvenes no son aptas para entrar en el mercado laboral”.
Esta situación ha provocado que el Fondo Monetario Internacional acuñe el
término de “generación
perdida”.
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