Muchos
multimillonarios se están preparando para una inminente catástrofe,
probablemente asociada al cambio climático y a la sobrepoblación. Para
protegerse se construyen cada vez más búnkers de lujo. CNN tiene un artículo en
el que reseña esta
tendencia y destaca algunos de los búnkers más notables pertenecientes a los
multimillonarios que se están preparando (uno de ellos, señala, es Bill
Gates).
Se construyen búnkers con "amenities", el hiperconfort
transcataclísmico de albercas y jardines subterráneos. Algunos son de acero y están
diseñados para suministrar
más de 1 año de comida por residente y soportar terremotos. Según un ejecutivo de una de
las empresas que fabrican estos refugios de lujo, en los últimos años la
construcción de estas propiedades ha aumentado un 700%.
También
están en boga los búnkers comunitarios, fortalezas en las cuales se
puede compartir la vida con humanos similares, multimillonarios y atemorizados
por el fin del mundo. Les
llaman "Designer Arks", como el Arca de Noé pero con diseños
vanguardistas, personalizados a las "necesidades" de los
multimillonarios.
Algunos
búnkers militares construidos en tiempos de la Guerra Fría están siendo
adaptados para nuestros tiempos, equipados con alta tecnología y las
comodidades a las que estamos acostumbrados, gimnasios, spas, pantallas.
Europa está también atestándose de este tipo de
construcciones. Según CNN, The
Oppidum, en la República Checa, podría ser el "más grande búnker para
multimillonarios del mundo". Se trata de una exinstalación de alta
seguridad comunista que ahora tiene un complejo subterráneo de 77 mil pies con
todas las amenidades: cine,
spa, cava de vinos, etcétera.
El teórico de medios Douglas Rushkoff relata cómo fue
consultado por un grupo de multimillonarios interesados en predecir este evento cataclísmico y cuáles
eran los mejores lugares para construir sus guaridas. Rushkoff narra
cómo en lugar de presentarse ante una audiencia, como suele ocurrir cuando da
una plática, fue sentado
en una mesa con cinco hombres multimillonarios del mundo de las finanzas, los
cuales no estaban realmente interesados en lo que había preparado. Los
jerarcas tenían sus propias preguntas: querían saber cosas puntuales, como si
la computación cuántica iba en serio o si Ray Kurzweil iba a lograr trasplantar
su conciencia a una computadora con la ayuda de Google, o si Nueva Zelanda sería un mejor
lugar que Alaska para salir a flote ante la inminente crisis climática.
De manera más alarmante, uno de los hombres de este
cónclave lo cuestionó sobre cómo mantener su autoridad una vez que ocurriera
"El Evento", algo así como la singularidad, o el cataclismo que se
viene (sea cual sea su detonador final), cuando las masas y sus propios
trabajadores finalmente se subleven en su contra. Rushkoff escribe que para
estas personas "el
futuro de la tecnología" significaba prepararse para el momento en el que
se pudiera "trascender la condición humana enteramente" y la
posibilidad de "aislarse
del peligro real e inminente del cambio climático, el incremento del nivel del
mar, la migración masiva, pandemias globales, miedo a los nativos y agotamiento
de los recursos". En una sola palabra, dice Rushkoff, la tecnología
para ellos se trata de "escapar".
Como ha notado la gente de Extinction Rebellion y el
mismo Rushkoff, la actitud fatalista e irresponsable de los grandes empresarios
de las finanzas, la tecnología y la energía es preocupante, pues en vez de aunar sus
esfuerzos para salvar nuestro proyecto de civilización en la Tierra, sólo
piensan en cómo ellos pueden escapar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios aqui: