Cuando
se llega a El Cairo, capital de la República Árabe de Egipto, ciudad que cuenta
con una población total de 30 millones de los 72 millones de habitantes de todo
el país, se encuentra con la magnificencia natural de las tres principales
pirámides, de Keops, Kefren y Micerinos, que impactan a la vista y quizá llevan
a distraer nuestro principal propósito que es el analizar la potencialidad del
mercado para los productos argentinos.
País y ciudad con una población amigable, cordial, numerosa, de alto consumo de
productos básicos e intermedios, que importa unos veinticinco mil millones de
dólares, siendo solo un tercio de lo que exporta, no comprendemos quizá que
estando tan lejano de nuestro suelo, nos una con el Mercosur un acuerdo
comercial con vigencia desde el año pasado por el cual tenemos ventajas
comparativas arancelarias aduaneras para la colocación de nuestros productos.
La mística que impregna el ambiente, colmado de millonarias cantidades de
turistas que amplían el segmento de consumidores nos fuerza a desviar nuestra
atención de nuestro objetivo, pero analizando los diferentes rubros de eventual
demanda se observan, muchas necesidades insatisfechas que bien pueden ser
cubiertas con la oferta argentina.
Su comercio normal actualmente se desarrolla con los países cercanos y
principalmente con los países de la Unión Europea, frente a los cuales tenemos
al momento interesantes ventajas económicas comparativas lo cual, considerando
la alta capacidad comercial y negociadora de los comerciantes de este pueblo,
posicionaría conveniente a exportadores argentinos.
De hecho que en el trajinar de los días transcurridos en ese mercado, hemos
detectado buena cantidad de empresarios Pyme Argentinos promocionando productos
que iban desde instrumentos y aparatología médico - quirúrgica, autopartes,
maquinaria agrícola, industria del frío, además de insumos y alimentos, pero el
mercado aún da para mucho más.
Este país, no obstante su inmediato ascendente musulmán, y quizá debido a su
origen faraónico y nubio, es abierto a occidente, buen comerciante, ajeno a
fanatismos, con una moneda (libra egipcia) bastante estable, y al cual nos une,
no solo el nuevo acuerdo de cooperación con el Mercosur, sino también buenas
rutas de transporte hasta Alejandría, su principal puerto marítimo sobre el
mediterráneo, así como rutas aéreas con transbordo.
Desde luego que todos los
países de ascendencia árabe de la zona en el medio oriente también se
constituyen en mercados interesantes para nuestras exportaciones, pero la
ventaja de este es, más allá de la desgravación arancelaria, la apertura de su
población hacia nosotros y la abrumadora densidad poblacional que son en
definitiva potenciales consumidores de nuestros productos.
Para quien esté buscando
una salida no convencional a sus productos, sería interesante y conveniente
observar a este mercado más detenidamente, y no dejarse tentar únicamente por
sus posibilidades y atracciones turísticas. No le estarán esperando, pero
seguramente tendrá una cordial recepción comercial.
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