La
Ley 1010 del 2006 establece claramente qué es considerado acoso laboral en
Colombia y cuáles son sus modalidades. El abogado y consultor Jairo Burgos de
la Espriella nos explica cuáles son los puntos clave a entender cuando se trata
de acoso en entornos laborales.
¿Qué
es?
Tal y como lo define la La Ley 1010 del 2006, “se entenderá por acoso laboral
toda conducta persistente y demostrable, ejercida sobre un empleado, trabajador
por parte de un empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato o mediato,
un compañero de trabajo o un subalterno, encaminada a infundir miedo,
intimidación, terror y angustia, a causar perjuicio laboral, generar
desmotivación en el trabajo, o inducir la renuncia del mismo”.
¿Cuáles
son los tipos de acoso?
Según la legislación colombiana, existen seis modalidades
de acoso laboral:
Maltrato:
aquí se incluye cualquier acto de violencia contra la integridad física o
moral, la libertad física o sexual, y los bienes del empleado, así como
cualquier expresión verbal injuriosa o ultrajante que lesione su integridad,
autoestima o sus derechos a la intimidad y al buen nombre.
Persecución:
toda conducta cuyas características de reiteración o arbitrariedad induzcan al
trabajador a renunciar, mediante la descalificación, la carga excesiva de
trabajo y/o los cambios permanentes de horario que puedan producir en él
desmotivación.
Discriminación
laboral: trato diferenciado por razones de raza, género, edad, origen
familiar o nacional, credo religioso, preferencia política o situación social
que carezca de razonabilidad desde el punto de vista laboral. (*Este numeral
fue modificado por el artículo 74de la Ley 1622 de 2013).
Entorpecimiento:
acciones que tiendan a obstaculizar el cumplimiento de la labor o retardarla
con perjuicio para el trabajador. Algunos ejemplos son la privación, ocultación
o inutilización de los insumos, documentos o instrumentos para la labor, la
destrucción o pérdida de información, el ocultamiento de correspondencia o
mensajes electrónicos.
Inequidad
laboral: asignación de funciones a menosprecio del trabajador.
Desprotección laboral: toda conducta tendiente a poner en
riesgo la integridad y la seguridad del trabajador mediante órdenes o la
asignación de funciones sin el cumplimiento de los requisitos mínimos de
protección y seguridad para el empleado.
¿Cuál
es el tipo de acoso más frecuente en Colombia?
De acuerdo con Jairo Burgos de la Espriella, abogado y
consultor, el más común en Colombia es el del jefe hacia los empleados (es
decir, vertical-descendente), que se manifiesta de diversas maneras, por
ejemplo con exigencias exageradas en el trabajo y/o con hostigamiento del
trabajador en el ejercicio de sus funciones o en su vida íntima.
¿Qué
pueden hacer los empleados una vez identifiquen que están siendo ‘acosados’?
La sugerencia es activar los mecanismos previstos en la
ley, informando de las conductas abusivas que recibe a las instancias
pertinentes de la empresa, particularmente a los Comités de Convivencia
Laboral.
Como líder, ¿qué cosas se deben tener en cuenta para controlar el acoso laboral en
su equipo de trabajo?
Lo
primero es que el líder debe dar buen ejemplo de respeto hacia sus empleados.
Adicionalmente, tiene que
promover una cultura organizacional sana, que se vea claramente
reflejada en un adecuado ambiente de trabajo, en el que los colaboradores se
sientan valorados y respetados, para que sean más productivos y tengan un mayor
nivel de compromiso. El
jefe también debe asegurarse del buen funcionamiento de las instancias
laborales para prevenir y resolver los casos de acoso laboral, para que
haya credibilidad y confianza, aspectos que fortalecerán la percepción de
justicia y equidad en el trato.
¿Cuáles
son las consecuencias del acoso laboral?
Legales:
depende de cada caso, pero puede implicar indemnizaciones, el pago de una multa
entre dos y diez salarios mínimos legales mensuales y pagarle a las EPS y ARP,
el 50% de gastos generados a causa de enfermedades laborales, consecuencia del
acoso constante.
Profesionales:
el acoso mina la cultura organizacional, afecta negativamente la credibilidad
del líder y la confianza en la empresa y estimula la fuga del buen talento.
Nadie sensato quiere estar en una empresa en la que el acoso es una práctica constante.
Morales:
el maltrato afecta la autoestima de la víctima y disminuye la motivación del
empleado, incidiendo negativamente en su productividad.
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