La
desaparición de esta isla es un triste presagio de lo que podría ocurrir en
otras islas, atolones y costas de todo el mundo si el cambio climático sigue al
ritmo actual.
La
totalidad de una isla del archipiélago hawaiano acaba de desaparecer
como consecuencia de un potente fenómeno climático que puede haber sido exacerbado por el
calentamiento global.
Imágenes
satelitales revelan que la totalidad de la Isla del Este (East Island) ha sido básicamente borrada
por las poderosas mareas del huracán Walaka, uno de los más grades e intensos
que se hayan registrado en el pacífico.
Los
científicos han confirmado la desaparición de la isla de 5 hectáreas después de
comparar imágenes satelitales de los Bajos de la Fragata Francesa
(French Frigate Shoals; en hawaiano Mokupāpapa), parte de una enorme área
marina protegida en las islas del noroeste de Hawai.
En sus mejores años esta isla fue de cerca de 1 kilómetro de largo y 120
metros de ancho, y era la más grande del French Frigate Shoals. Hasta
1952 fue la sede de un
radar de la Guardia Costera de los Estados Unidos.
Pequeño
oasis víctima del cambio climático
A pesar de su tamaño, la isla desempeñó un papel importante para la vida silvestre, incluida la foca monje de Hawai, en peligro crítico de extinción, una especie que cuenta con solo 1.400 individuos, y muchas de las focas paren y ven crecer a sus crías en la Isla Este. Las tortugas marinas verdes, que también están amenazadas, y las aves marinas, como los albatros, que a menudo veían a sus jóvenes terminar siendo presas de los tiburones tigre, también dependían de la isla.
Si las condiciones se alinean, un atolón siempre está en riesgo de ser borrado
por un huracán. Pero el cambio climático está causando que el océano y la atmósfera se calienten,
lo que hace que las tormentas sean más intensas, mientras que hay evidencia de que los huracanes se están
moviendo hacia el norte hacia las latitudes donde una vez estuvo la Isla
del Este.
El
aumento del nivel del mar también está erosionando islas bajas; varios fragmentos de tierra en el Pacífico han ido desapareciendo en
los últimos años.
A pesar de su tamaño, la isla desempeñó un papel importante para la vida silvestre, incluida la foca monje de Hawai, en peligro crítico de extinción, una especie que cuenta con solo 1.400 individuos, y muchas de las focas paren y ven crecer a sus crías en la Isla Este. Las tortugas marinas verdes, que también están amenazadas, y las aves marinas, como los albatros, que a menudo veían a sus jóvenes terminar siendo presas de los tiburones tigre, también dependían de la isla.
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