Más
de 16.000 plantas desalinizadoras situadas en diversas regiones del mundo
producen mucho más lodo tóxico que agua dulce, señala una de las primeras
investigaciones a gran escala de los residuos que genera la industria. Sus
resultados demuestran que por cada litro de agua dulce extraído del mar o de
fuentes de agua salobre, se vierte un litro y medio de lodo, la denominada
salmuera, directamente al océano o a la tierra.
Esta
sustancia extraordinariamente salada se hace incluso más tóxica a causa de los
químicos que se utilizan comúnmente en el proceso de desalinización, como el
cobre y el cloro. Las dimensiones de la contaminación son
impresionantes: 50.000
millones de metros cúbicos al año, volumen suficiente para cubrir con una capa de 30
centímetros Inglaterra y Gales juntos, o el estado estadounidense de Florida.
Más de la mitad de la salmuera mundial proviene de solo
cuatro países: Arabia Saudita (el 22 %), Emiratos Árabes Unidos (el 20,2 %),
Kuwait (el 6 %) y Catar (el 5,8 %).
“Necesitan
oxígeno para sobrevivir”
Casi toda la salmuera regresa al medio ambiente, principalmente a los océanos. La sal eleva las temperaturas de las aguas costeras y provoca la disminución de la cantidad de oxígeno en ellas. Es difícil para los organismos acuáticos respirar en estas condiciones, necesitan oxígeno para sobrevivir.
Estas
condiciones pueden crear en los océanos las llamadas zonas muertas, áreas
afectadas por la contaminación de la actividad humana donde la vida marina se
ha extinguido casi por completo. El año pasado, la zona muerta del golfo de México alcanzó su
tamaño récord: 21.200 kilómetros cuadrados. En la década de los 60, esta zona se convirtió en la
primera área muerta descubierta.
Hace algunos años fue descubierta una zona de este tipo en la bahía de
Bengala, en el océano Índico. Ocupaba un área de 60.000 kilómetros cuadrados —mayor que el
territorio de Costa Rica— y su concentración de oxígeno es críticamente baja, lo que crea las condiciones
para la desaparición de organismos. Otra zona muerta conocida se ubica en el mar de Arabia, y cubre
un área de alrededor de 165.000 kilómetros cuadrados.
Más calor, menos agua
En general, los volúmenes de agua dulce en el mundo están disminuyendo, y seguirán haciéndolo. Para cada grado que aumenta la temperatura de la Tierra, alrededor del 7 % de la población global (500 millones de personas) tendrá un 20 % menos de agua dulce a su disposición, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Casi toda la salmuera regresa al medio ambiente, principalmente a los océanos. La sal eleva las temperaturas de las aguas costeras y provoca la disminución de la cantidad de oxígeno en ellas. Es difícil para los organismos acuáticos respirar en estas condiciones, necesitan oxígeno para sobrevivir.
En general, los volúmenes de agua dulce en el mundo están disminuyendo, y seguirán haciéndolo. Para cada grado que aumenta la temperatura de la Tierra, alrededor del 7 % de la población global (500 millones de personas) tendrá un 20 % menos de agua dulce a su disposición, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
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