Cuando
una gran tormenta de nieve azota a Estados Unidos, los negacionistas climáticos
suelen intentar utilizarla como prueba de que el cambio climático no está
ocurriendo. El senador James Inhofe, republicano por Oklahoma, es
recordado por haber lanzado una bola de nieve en el Senado en 2015, mientras
denunciaba la ciencia climática. Sin embargo, estos eventos en realidad no
refutan el cambio climático.
Si bien ha habido algunas tormentas memorables en los
últimos años, los
inviernos en realidad se están calentando en todo el mundo. En Estados
Unidos, las temperaturas
promedio en diciembre, enero y febrero se han incrementado alrededor de 1,39
grados Celsius este siglo.
Por otro lado, los días récord de frío se están volviendo menos comunes que los días
récord de calor. En Estados Unidos, los máximos históricos de
temperatura superan en la actualidad a los mínimos históricos en una relación
de dos a uno. Y las áreas
del país que experimentan temperaturas invernales extremadamente frías son cada
vez más pequeñas (las mismas tendencias están sucediendo a nivel
mundial).
Entonces, ¿por qué suceden las tormentas de nieve? El tiempo siempre varía,
por lo que no es de extrañar que todavía tengamos fuertes tormentas invernales
incluso cuando las temperaturas promedio vayan en aumento. Sin embargo, algunos estudios
sugieren que el mismo cambio climático podría ser el culpable. Una
posibilidad es que el rápido calentamiento del Ártico haya afectado la
circulación atmosférica, incluyendo el aire de gran altitud y flujo rápido que
por lo general se arremolina sobre el Polo Norte (también conocido como el
vórtice polar). Algunos
estudios sugieren que estos cambios están generando temperaturas más frías en
latitudes más bajas y provocando que el sistema climático se paralice, lo que
permite que las tormentas produzcan más nevadas. Esto podría explicar lo
que hemos experimentado en Estados Unidos durante las últimas décadas, así como una tendencia de
enfriamiento invernal en Siberia. Sin embargo, la manera exacta en que
el Ártico afecta el tiempo a nivel global sigue siendo un tema de debate
científico continuo.
El
cambio climático también puede explicar la aparente paradoja de la existencia
de otros lugares en el planeta que no se han calentado mucho. Por
ejemplo, una mancha de agua en el Atlántico Norte se ha enfriado en los últimos
años, y los científicos sospechan que podría deberse a que la circulación del
océano está bajando su
velocidad como resultado del agua dulce que fluye por el derretimiento de
Groenlandia. Si esta circulación llegara a casi detenerse, como lo ha
hecho en el pasado geológico, alteraría los patrones del clima en todo el mundo.
No
todo el clima frío se debe a alguna consecuencia contradictoria del cambio
climático. Pero es un buen recordatorio de que el sistema climático de la
Tierra es complejo y caótico, por lo que los efectos de los cambios causados
por los humanos se desarrollarán de manera diferente en diferentes lugares.
Es por eso que el término “calentamiento global” quizás sea una simplificación
excesiva. Algunos científicos han sugerido que un nombre más acertado para el
fenómeno del cambio climático causado por el ser humano sería “rareza global”.
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