El
clima de la Tierra siempre ha cambiado. Hace cientos de millones de años, todo
el planeta se congeló. Hace 50 millones de años, los caimanes vivían en lo que
ahora conocemos como el Ártico. Y durante los últimos 2,6 millones de
años, el planeta ha estado en un ciclo entre eras de hielo cuando el planeta
era hasta 6 grados más
frío y los casquetes glaciares cubrían buena parte de Norteamérica y Europa,
y periodos interglaciares más leves como en el que estamos ahora.
Los negacionistas del clima a menudo usan estos cambios
climáticos naturales para
sembrar dudas sobre la idea de que los humanos están causando el cambio
climático actual. No obstante, este argumento se basa en una falacia
lógica. Es como “ver un cuerpo asesinado y concluir que la gente ha muerto de
causas naturales en el pasado, así que la víctima de homicidio también debió
morir de causas naturales”, escribió un equipo de científicos sociales en The
Debunking Handbook, publicación que explica las estrategias de desinformación
detrás de muchos mitos del clima.
En efecto, sabemos que mecanismos distintos provocaron que el clima cambiara en el
pasado. Por ejemplo, los ciclos glaciares se desencadenaron debido a
variaciones periódicas en la órbita de la Tierra, las cuales ocurrieron
durante decenas de miles de años y cambiaron la manera en que la energía solar
se distribuye alrededor del mundo y a lo largo de las estaciones.
Estas
variaciones orbitales no afectan mucho la temperatura del planeta por sí solas.
Sin embargo, activan una cascada de otros cambios en el sistema climático: por
ejemplo, el crecimiento o
el derretimiento de inmensos casquetes glaciares en el hemisferio norte y la
alteración de la circulación del océano. A su vez, estos cambios afectan
el clima pues alteran la cantidad de nieve y hielo, los cuales reflejan la luz
del sol, y cambian las concentraciones de gases de efecto invernadero. De
hecho, en parte por esto sabemos
que los gases de efecto invernadero tienen la capacidad de afectar la
temperatura de la Tierra significativamente.
Durante
al menos los últimos 800.000 años, las concentraciones de CO2 atmosférico
oscilaron entre unas 180 partes por millón (ppm) durante las eras de hielo y
unas 280 ppm durante los periodos más cálidos, conforme el carbono se
movió entre los océanos, los bosques, los suelos y la atmósfera. Estos cambios
ocurrieron de la mano con las temperaturas globales y son una de las principales razones de que el
planeta se calentara y enfriara durante los ciclos glaciares, no solo
los polos congelados.
No obstante, en la actualidad, los niveles de CO2 se han disparado a 420 ppm:
el nivel más alto en los últimos tres millones de años. La concentración de CO2 también está aumentando
unas 100 veces más rápido que a finales de la última era de hielo. Esto
sugiere que está pasando algo más y sabemos qué es: desde la Revolución
Industrial, los humanos han quemado combustibles fósiles y liberado gases de efecto invernadero
que están calentando el planeta ahora
Durante
el próximo siglo o los siguientes dos, las sociedades y los ecosistemas
experimentarán las consecuencias de este cambio climático. No obstante,
nuestras emisiones tendrán impactos geológicos todavía más duraderos: según
algunos estudios, los
niveles de los gases de efecto invernadero tal vez ya hayan calentado
suficiente el planeta para demorar el inicio del siguiente ciclo glaciar
durante al menos otros 50.000 años.
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