El
turismo representó en 2016 más de US$5.600 millones para el país, aliviando el
déficit externo que padece Colombia. ¿Le alcanzará al sector para convertirse
en el primer generador de divisas de la economía?
La ocupación hotelera por parte de viajeros
internacionales ha venido creciendo durante la última década y hoy ya
representa casi 40%.
Hace
cinco años Colombia recibía 3,5 millones de viajeros procedentes del exterior.
En esta cifra se incluían cruceristas, extranjeros no residentes, colombianos
residentes en el exterior y turismo transfronterizo. El año pasado, el país logró 5 millones de
viajeros internacionales, y lo más sorprendente es que los extranjeros no
residentes aumentaron en un millón, lo que muestra claramente que el país está
atravesando un boom de turismo internacional.
El asunto es clave por múltiples razones, pero
especialmente porque estos viajeros están trayendo cada vez más divisas.
De
acuerdo con los datos entregados por el Ministerio de Comercio, Industria y
Turismo (MinCit), en 2010 los extranjeros le dejaron al país US$3.400 millones,
mientras que el año pasado esa cifra ya había ascendido a US$5.835 millones.
Desde hace rato el turismo es el segundo generador de
divisas para Colombia; sin embargo, la tendencia de crecimiento es más fuerte
en este sector que en otros segmentos como café, flores y banano. Solo en los
últimos siete años el ingreso de divisas por turismo ha crecido 70%, un
registro nada despreciable.
Según
las cuentas del MinCit, durante el primer trimestre de este año ingresaron por
divisas al país un total de US$1.447 millones, con un crecimiento de 2,1%
frente al mismo periodo de 2016. Eso significa que, si se mantiene este
ritmo de crecimiento, seguramente este año Colombia habrá superado el umbral de los US$6.000 millones
en divisas provenientes de la llamada industria sin chimeneas.
La clave de esta tendencia está, según el MinCit, en una
estrategia que apunta a aumentar la oferta turística. Para la saliente
ministra, María Claudia Lacouture, “Colombia está entre los cinco países de
América con mayor flujo migratorio, con una participación promedio de 0,3% del
total de llegadas de personas en el mundo en los últimos 5 años. Su tendencia de flujos
migratorios es creciente y en el último año ha registrado un incremento del
11,38%”.
Esto se explica por una estrategia de diversificación de
destinos turísticos. Para
Lacouture, hoy han venido mostrando crecimientos interesantes, por ejemplo, los
Parques Nacionales Naturales, que durante 2016 recibieron un total de 1,44
millones de turistas. Se destacan otras zonas donde ha crecido la
actividad turística, como
la Serranía de La Macarena, la Sierra Nevada de Santa Marta y el Urabá.
La presidente de Anato, Paula Cortés, explicó que
actualmente muchos
departamentos también vienen mostrando actividad creciente, como Cundinamarca,
Bolívar y Antioquia, lo que ratifica la dinámica del sector.
¿Crecer hasta dónde?
La pregunta que vale la pena hacerse es hasta dónde puede
llegar el turismo en este proceso de crecimiento. Según el presidente ejecutivo
de Cotelco, gremio de los hoteleros, Gustavo Adolfo Toro, los empresarios del sector son
optimistas. De acuerdo con él, la ocupación hotelera se encuentra hoy en cerca
de 53%. Este indicador ha venido variando en los últimos años a un ritmo de
entre 8% y 10%. Esta es una dinámica excepcional, pues el mundo viene
creciendo a una tasa anual promedio de 4%.
“Si
mantenemos esa tendencia, es probable que en unos años el sector vuelva a unos
niveles de ocupación de entre 65% y 70%”, comentó.
Lo que hace prever que el ritmo de crecimiento se
mantendrá son dos factores, en consideración de Toro. Primero, la firma del
acuerdo de paz permitió claramente cambiar la percepción que del país se tenía
en el exterior. De otra
parte, la devaluación hizo que los destinos nacionales se hayan puesto más
baratos que los de otros países.
“Hoy
Bogotá, Cali y Medellín están hasta 30% más baratos que otros destinos
como Lima, Buenos Aires y Sao Paulo. En Colombia, solo Cartagena se mantiene
con tarifas costosas”, explicó el dirigente gremial.
En
buena medida, mantener el ritmo positivo dependerá de que se planee una buena
ruta de crecimiento para la actividad.
Por ejemplo, es necesario desarrollar mejor las
capacidades turísticas de la nueva frontera que representan departamentos como Guanía,
Guaviare, Vaupés y Vichada. No solo hay que aumentar y mejorar la
infraestructura en esas zonas, sino también preparar a las autoridades locales
para impedir que el incremento de turistas en esas regiones no termine
afectando el medio ambiente.
“Estas
son épocas de desarrollo sostenible y eso se debe tener en cuenta a la hora de
desarrollar una estrategia para incrementar el turismo en esas zonas”,
explicó Toro.
Si el país logra este año superar las barrera de los
US$6.000 millones en divisas provenientes del turismo, estará ratificando el
buen momento del sector. Con
un ritmo de crecimiento sostenido de entre 8% y 10%, Colombia podría estar
recibiendo divisas por más de US$10.000 millones antes de ocho años.
En un contexto en el que la industria petrolera y minera
están seriamente amenazadas, esta
noticia es positiva y muestra que Colombia es capaz de encontrar nuevos
sectores para generar divisas y superar la excesiva dependencia de las tradicionales
industrias productoras de commodities.
Beneficios exitosos
Uno de los aspectos clave de la política para el sector
turístico fue la exención del impuesto sobre la renta, que atrajo inversiones
por más de $4,7 billones, tanto para hoteles nuevos como para remodelaciones. El tema tiene su lado
controversial, pues la más reciente reforma tributaria eliminó el beneficio de
renta y obligó a pagar una tasa de 9% a los hoteleros que antes habían sido
beneficiados con la exención. Cotelco demandó la medida ante la Corte
Constitucional y el tema será dirimido antes de finalizar el año.
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