Son
un sueño para los investigadores pero también son la pesadilla de los
programadores altamente calificados: se trata de las máquinas con inteligencia
artificial que pueden construir otras máquinas que usen inteligencia
artificial.
Después de los recientes discursos en Silicon Valley y
China, Jeff Dean, uno de los principales ingenieros de Google, destacó un
proyecto llamado AutoML. ML
es la sigla de machine learning (aprendizaje automático), el cual se refiere a
los algoritmos computacionales que pueden aprender a realizar labores
específicas por sí solos analizando datos. El AutoML, a su vez, es un
algoritmo de aprendizaje automático que aprende a construir otros algoritmos de aprendizaje automático.
Con
esta tecnología, Google podría encontrar una manera de crear tecnología de
inteligencia artificial que pueda sacar parcialmente a los humanos de la
construcción de los sistemas de inteligencia artificial, los cuales muchos creen que son
el futuro de la industria tecnológica.
El proyecto es parte de una iniciativa mucho más grande que busca llevar las mejores y
más actuales técnicas de inteligencia artificial a un grupo más amplio de
empresas y desarrolladores de software.
La industria de la tecnología está prometiendo de todo: desde aplicaciones para
teléfonos inteligentes que pueden reconocer los rostros hasta autos que se
pueden conducir solos. Sin embargo, según algunos cálculos, solo 10.000 personas en el mundo
tienen la educación, la experiencia y el talento necesarios para construir los
complejos y algunas veces misteriosos algoritmos matemáticos que impulsarán
esta nueva estirpe de inteligencia artificial.
Jeff Dean, un ingeniero de Google, dijo que el proyecto
en el que está trabajando ayudará a que las empresas puedan construir sistemas
con inteligencia artificial, incluso si carecen de amplia experiencia. Credit
Ryan Young para The New York Times
Los
negocios tecnológicos más grandes del mundo, entre ellos Google, Facebook y
Microsoft, en ocasiones pagan millones de dólares al año a expertos en
inteligencia artificial para monopolizar de forma eficaz el mercado de este
talento poco común. La escasez no se acabará pronto, por la sencilla
razón de que dominar estas
habilidades requiere de años de trabajo.
La industria no está dispuesta a esperar. Las empresas están desarrollando
todo tipo de herramientas que facilitarán que cualquier operación pueda
construir su propio software de inteligencia artificial, incluidas características
como los servicios de reconocimiento de imágenes y voz, y los bots
conversacionales.
“Estamos
siguiendo el mismo camino que la ciencia de la computación ha seguido con cada
nueva tecnología”, señaló Joseph Sirosh, uno de los vicepresidentes de
Microsoft, empresa que hace poco tiempo desveló una herramienta que sirve para que los
programadores puedan construir redes neuronales profundas, un tipo de
algoritmo computacional que está a cargo de una buena parte del progreso
reciente en el campo de la inteligencia artificial. “Estamos eliminando una gran parte del trabajo
pesado”.
No se trata de ser altruista: los investigadores como
Dean creen que si más gente y más empresas están trabajando en la inteligencia
artificial, habrá más
impulso para su propia investigación. Al mismo tiempo, empresas como
Google, Amazon y Microsoft tienen
en la mira obtener una gran cantidad de dinero a partir de la tendencia que
describió Sirosh. Todas ellas están vendiendo servicios de computación
en la nube que pueden
ayudar a que otros negocios y desarrolladores construyan inteligencia
artificial.
“Hay mucha demanda”, afirmó Matt Scott, uno de los
fundadores y el director técnico de Malong, una nueva empresa china que ofrece
servicios similares. “Pero
las herramientas todavía no satisfacen toda la demanda”.
Lo más probable es que Google considere que este será el
propósito de AutoML, pues la empresa sigue alabando el progreso del proyecto.
El mes pasado, el director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, alardeó sobre el
AutoML, mientras lanzaba un nuevo teléfono inteligente Android.
Con
el tiempo, el proyecto de Google servirá para que las empresas construyan
sistemas con inteligencia artificial aunque no tengan una gran cantidad de
conocimientos, aseguró Dean. En la actualidad, Dean calcula que unas
pocas miles de empresas tienen el talento requerido para construir inteligencia
artificial pero muchas más tienen los datos necesarios.
“Queremos
pasar de miles a millones de organizaciones que resuelvan problemas de aprendizaje
automático”, mencionó.
Google
está invirtiendo seriamente en servicios de computación en la nube —los
cuales ayudan a que otros negocios construyan y operen el software—, pues se
espera que sea uno de los principales motores económicos en los años venideros.
Además, después de haber adquirido los servicios de los mejores investigadores
de inteligencia artificial del mundo, la empresa tiene los medios para arrancar ese motor.
Las
redes neuronales rápidamente están acelerando el desarrollo de la inteligencia
artificial. En vez de construir a mano un servicio de reconocimiento de
imágenes o una aplicación que traduzca, con una línea de código a la vez, los ingenieros
pueden construir un algoritmo que aprenda tareas de manera mucho más veloz.
Al analizar
los sonidos de una gran colección de viejas llamadas de soporte técnico, por
ejemplo, un algoritmo de aprendizaje automático puede aprender a reconocer las
palabras habladas.
Sin embargo, construir una red neuronal no es como construir un sitio web o una
aplicación común y corriente para teléfonos inteligentes. Se requiere de
una capacidad matemática significativa, ensayos y errores extremos, y una buena
cantidad de intuición. Jean-François Gagné, director ejecutivo de un
laboratorio de aprendizaje automático llamado Element AI, dijo que el proceso era “un nuevo tipo de
programación para computadora”.
Para
construir una red neuronal, los investigadores realizan decenas o incluso
centenares de experimentos por una vasta red de máquinas, con el objetivo de
probar el rendimiento de un algoritmo al momento de aprender una tarea como
reconocer una imagen o traducir de un idioma a otro. Luego ajustan
partes específicas del algoritmo una y otra vez, hasta que se quedan con algo
que funciona. Algunos lo llaman un “arte oscuro” solo porque los investigadores
no saben explicar por qué hacen algunos ajustes en particular.
No
obstante, con el AutoML, Google intenta automatizar este proceso. El
gigante está construyendo algoritmos
que analizan el desarrollo de otros algoritmos, con lo cual aprenden cuáles
métodos son exitosos y cuáles no. Finalmente, aprenden a construir
aprendizaje automático más eficaz. La empresa señaló que en la actualidad
AutoML podría crear un algoritmo que, en algunos casos, identificara objetos en fotos de forma
más precisa que los servicios construidos únicamente por humanos.
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