Los
prototipos para medir el peso pueden ganar o perder peso porque, con el tiempo,
pueden llegar a perder átomos o pueden también absorber moléculas de aire.
A
partir del año que viene, un kilo dejará de ser lo que era.
Y es que el kilo es una de las cuatro unidades de
medición básicas -junto con el
amperio, el kelvin y el mol- que serán redefinidas por la Conferencia General Sobre Pesos y Medidas
(CGPM) en noviembre de
2018, en lo que constituye la mayor revisión del Sistema Internacional
de Unidades (SI, por sus siglas en inglés) desde su instauración en 1960.
El
objetivo de este cambio es definir a estas unidades en relación a constantes
fundamentales y no arbitrarias como ha sido hasta ahora.
Esta decisión fue alcanzada la semana pasada en una
reunión en París, Francia.
Aunque
estos cambios no afectarán a la gente de a pie (lamentablemente nos hará
adelgazar ni un gramo), son de gran importancia para las investigaciones
científicas que requieren un elevado nivel de precisión en sus cálculos.
El
nuevo kilogramo
El
nuevo sistema, que entrará en vigencia en mayo de 2019, le permitirá a
investigadores realizar varios experimentos para relacionar las unidades de
medida con constantes.
Tomemos por ejemplo el caso del kilogramo.
No
importa lo que cambie, tu seguirás pesando lo mismo.
Actualmente esta unidad de medida está definida en
función de un objeto: un
kilogramo equivale a la masa que tiene un cilindro de 4 centímetros de platino
iridio fabricado en Londres que se conserva en la Oficina Internacional de
Pesos y Medidas (BIPM según sus siglas en inglés), guardado desde 1889
en una caja de seguridad en Francia.
Pero
este kilo original ha perdido en un siglo 50 microgramos.
Esto
se debe a que los objetos pueden fácilmente perder átomos o absorber moléculas
del aire, por eso usar uno para definir una unidad del SI es complicado.
Como todas las balanzas del mundo se gradúan en función
de este kilo original, cuando calculan el peso lo hace de forma incorrecta.
En
la vida cotidiana estas diferencias mínimas no tienen ninguna importancia, pero
en cálculos científicos que requieren precisión extrema sí.
La
nueva unidad, en cambio, se medirá con la llamada "balanza de Watt",
un instrumento que permite
comparar la energía mecánica con la electromagnética utilizando dos
experimentos separados.
Esta
forma de medir el kilo no cambia, y tampoco puede dañarse o perderse, como
puede ocurrir en el caso de un objeto físico.
Además, una definición basada en una constante -y no en
un objeto- haría que la medida exacta del kilo, al menos en teoría, esté disponible para cualquier
persona en cualquier parte del planeta y no solo para aquellos que tengan
acceso al kilo original de Francia.
El resto
La
forma de definir el amperio (unidad de corriente eléctrica) también cambiará.
Se medirá con una bomba de electrones que genera una
corriente medible, en la que se pueden contar los electrones individuales.
El
kelvin (unidad de temperatura) se definirá a partir del nuevo sistema con termometría
acústica. Esta técnica permite determinar la velocidad del sonido en una
esfera llena de gas a una temperatura fija.
El mol, la unidad utilizada para medir la cantidad de
sustancia, actualmente se define como la cantidad de sustancia que hay en un
sistema con tantas entidades elementales como átomos hay en 0,012 kilogramos de
carbono-12.
En
el futuro se redefinirá con un instrumento que determina la cantidad precisa de
átomos que hay en una esfera perfecta de silicio puro-28.
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