Un estudio, publicado el 3 de julio en
la revista especializada Nature Medicine, es un presagio de lo que viene con el
cáncer.
Eso
afirma Michael Dougan, inmunólogo del Hospital General de Massachusetts en
Boston.
Los científicos usaron bacterias
reprogramadas genéticamente para destruir tumores en ratones.
El gen produce una proteína que salpica
la superficie de los glóbulos rojos. Es
una especie de letrero que dice: “No me comas”.
Las células inmunitarias lo ven y dejan
pasar a los glóbulos rojos saludables. Un día, este método innovador podría conducir a terapias para tratar el cáncer.
Terapias
que combatan la enfermedad
con mayor precisión, sin los efectos secundarios de los medicamentos
convencionales.
Pero se
aclara que el éxito en los ratones no garantiza que esta estrategia funcione en los humanos.
“En
algún momento en el futuro, usaremos
bacterias programables como tratamiento, tiene muchísimo potencial”.
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