A
principios del siglo XX, una enfermedad provocó la muerte de entre 20 y 50
millones de personas, catalogada por varios especialistas como "la madre
de todas las pandemias" y conocida popularmente como la gripe española.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
esta influenza “dejó su huella de devastación, tanto en la historia del mundo
como en la de Estados Unidos”, pues tuvo “más víctimas que en la Primera y la
Segunda Guerras Mundiales, la guerra de Corea y la guerra de Vietnam juntas”.
De
acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los
primeros casos fueron detectados durante la primavera de 1918, siendo estos
brotes una “primera ola” de la pandemia, en la cual “los casos de enfermedad
fueron limitados y mucho más leves que los que se observarían durante las dos
olas siguientes”.
Un regimiento de EE.UU. en Seattle lleva máscaras para
prevenir la gripe. I| Foto: YSM
Asimismo, indicaron que fue en septiembre de 1918 cuando
surgió una segunda ola en Camp Devens, un campo de entrenamiento del Ejército
de EE.UU. en las afueras de Boston, y en una instalación naval en esa ciudad.
Llegó a su punto máximo en los EE. UU. entre septiembre y noviembre.
“Más
de 100.000 personas murieron en EE.UU. solamente en octubre”, reseñan.
Mientras, la tercera y última ola “comenzó a principios de 1919, duró toda la
primavera y causó incluso más casos de enfermedad y muerte. Si bien fue grave,
esta ola no fue tan mortal como la segunda”.
La
pandemia fue desapareciendo entre el verano de 1919 y 1920 y, de acuerdo con la
OPS, las compañías farmacéuticas trabajaron “día y noche para producir una
vacuna, pero el virus desapareció antes de que se pudiera siquiera aislarlo”.
El fin de la pandemia
De acuerdo con la OPS, los esfuerzos para prevenir y
contener la propagación de la enfermedad se concentraban en recomendaciones “como la promoción de una buena
higiene personal, la implementación del aislamiento, la cuarentena y el cierre
de lugares públicos como las escuelas y los teatros”.
Otras
medidas implementadas fueron las ordenanzas que exigían el uso de mascarillas
en público y las que multaban o encarcelaban a las personas que no se cubrieran
al toser.
En este sentido, una investigación de analistas de la Reserva
Federal de Nueva York y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) reveló
que las ciudades que hace 100 años con la gripe española implementaron más
medidas de cuarentena y aislamiento social, tuvieron menos víctimas fatales y
se recuperaron más rápido una vez la pandemia terminó.
Esta
pandemia contagió al 27 por ciento de la población mundial y acabó con la vida
de entre el 3 y el 6 por ciento.
Según refiere el diario de información sanitaria y de
salud, Gaceta Médica, “en
el verano de 1920 el virus desapareció tal y como había llegado”. Luego
de unos dos años de impacto, la pandemia acabó naturalmente.
Varios expertos sostienen que el modo en el que la gripe
española vio su fin fue
por la inmunidad colectiva o de grupo.
De acuerdo con el Portal de la Red de Salud de Cuba,
Infomed, la inmunidad de grupo se da cuando suficientes individuos ya han
superado la infección y así el virus no encuentra fácilmente personas susceptibles a las que
infectar, por lo que se corta la transmisión.
Por su parte, la farmacéutica Carmen González, citada por
la revista YSM, refiere que esta inmunidad puede ser heredada de madres a
hijos, siempre que la madre se contagiase durante el embarazo. Así, tras dos
años de contagios, el virus dejó de expandirse "porque no quedan sujetos sanos sin anticuerpos a
los que contagiar”.
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