La
economía crece por encima del 3% en los tres últimos años, pero la demanda
eléctrica tiende al estancamiento
En
el año 2016 el consumo de las grandes empresas cayó un 0,8%, mientras que en el
sector servicios la caída superó el 1%
El sector eléctrico se mueve. Las grandes empresas buscan oportunidades en el
exterior y mantienen contactos para explorar posibles operaciones.
Iberdrola, Gas Natural, Endesa y la portuguesa EDP están en marcha. Una de las
razones por las que las grandes empresas se ven obligadas a espabilar es el gran cambio que se
registra en el mercado eléctrico nacional. La demanda de electricidad se
ha desenchufado de la economía. El producto interior bruto (PIB) crece por encima del 3% desde hace
tres años, pero el consumo eléctrico apenas si supera el 1%, según datos
de Red Eléctrica de España (REE).
El fuerte tirón de la economía en los últimos años
permite al Gobierno lanzar periódicamente mensajes de gran optimismo, pero no se ha trasladado al
consumo eléctrico.
La crisis y los precios disparados del recibo han convertido el ahorro y la
eficiencia energética en todo un fenómeno, lo mismo en el sector
industrial que en el doméstico. Hoy, en un mercado al que le sobra capacidad, se consume prácticamente
lo mismo que hace doce años.
Un sistema con excesos
Los datos del operador del sistema eléctrico son claros.
En 2016 la demanda se situó en 265.009 GWh, sólo un 0,7% más que en el año
2015. Hasta agosto de este
año, el crecimiento de la demanda es del 1,1%. El estancamiento en la
demanda se produce, además, en un sistema eléctrico al que le sobra potencia. En tres lustros, la potencia
prácticamente se ha duplicado (hasta 106.000 MW), lo que ha llevado a
algunos expertos a hablar de burbujas inversoras en el sector que serán muy
difíciles de digerir.
El
gigantismo de un sector en cambio y una regulación tan compleja como deficiente
es lo que ha llevado la preocupación al mercado. Goldman Sachs ha
rebajado en un 8% sus estimaciones de beneficio por acción de las eléctricas.
Esgrime varias razones: la
retribución del negocio de distribución, que depende del Gobierno y puede caer
un 40% entre 2020-2025; la rentabilidad a la baja del negocio de
energías renovables (hasta un 30% de caída), y las nuevas subastas de
renovables, que rebajarán los precios en cuanto estén en marcha en diciembre de
2019 como muy tarde.
El
mercado ha cambiado y las empresas son conscientes de ello. Gas Natural Fenosa,
que está en todas las quinielas como posible protagonista de una próxima
operación en el mercado ibérico con la portuguesa EDP, admite que ante
la nueva realidad -y hábitos de consumo- los grandes grupos energéticos sólo
tienen dos salidas: buscar nuevas áreas de negocio a través de las comercializadoras
y salir fuera a buscar otros mercados.
Como Gas Natural, Endesa, la compañía que controla la
italiana Enel, también habla
de encontrar "nuevos caminos" para compensar una demanda que apenas
crece. En el mercado doméstico, los hábitos de ahorro que ha impulsado
la crisis y la mejora de los electrodomésticos se ha dejado notar en el
consumo. Pero es en el sector industrial donde realmente se observa el
estancamiento.
Consumo
de grandes empresas
En
2016, según Red Eléctrica (Informe del sector Eléctrico 2016), el índice que
recoge la evolución del consumo eléctrico de las grandes empresas (IRE),
disminuyó un 0,8% con respecto al 2015. Por sectores, el IRE industrial, que
representa alrededor del 30% de la demanda, registró un descenso del 0,9%, mientras que el sector
servicios, que supone cerca del 13%, disminuyó un 1,1%.
Ante el nuevo panorama, las compañías intentan sumarse a
la transición hacia las renovables y adaptarse a la economía 2.0. Ofrecen,
destaca Gas Natural, contratos que ofrecen nuevas soluciones de ahorro y asumen
que la eficiencia forma
parte de un negocio que cada se centra más en las energías renovables,
las redes y los clientes minoristas.
La
crisis, explican técnicos de las grandes compañías, ha obligado a la industria
y a los consumidores residenciales a ponerse mucho las pilas con la eficiencia
energética. Lo que antes era un tema menor, ha pasado a ser uno de lo
que en el argot especializado, los expertos denominan "drivers" del
cambio de tendencia.
Caída de la intensidad energética
Para los expertos de Endesa, los números ya dibujan el
futuro: la intensidad energética -unidades de energía necesarias para producir
una unidad de riqueza- ha
caído en España un 15% entre 1990 y 2015 y seguirá cayendo hasta 2030 a
un ritmo -promedio anual- del 2%.
La intensidad energética se refiere a la energía
primaria, que incluye los combustibles fósiles. Pero los especialistas y técnicos tienen claro que
también habrá recortes en el consumo eléctrico, aunque con más margen.
La electrificación de la economía en España se sitúa en torno al 25% y en 2030
puede llegar al 29% con mejoras en la industria o la llegada del coche
eléctrico.
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