En
tan solo ocho meses, Trump ha llevado a la OTAN a "un punto de
crisis", y ahora "una ola de aliados que optan por la autonomía en
vez de por la dependencia asfixiante".
El acuerdo firmado entre Rusia y Turquía la semana pasada
sobre los suministros de sistemas antiaéreos S-400 supone "un revés para el bloque militar
estadounidense de la OTAN", sostiene en un artículo para RT Sreeram
Chaulia, analista internacional y decano de la Escuela Jindal de Asuntos
Internacionales en la ciudad de Sonipat (La India).
Según explica este experto, pese a los desacuerdos y
tensiones internas, hasta
ahora ningún Estado miembro de la Alianza había roto "la norma no
escrita" de evitar la cooperación estratégica de defensa con Rusia.
Por lo tanto, el hecho de que Erdogan "pudiera contemplar una iniciativa
tan audaz y socavar la lógica antirrusa existencial de la OTAN" dice mucho
sobre "cuán
dramáticamente EE.UU. está perdiendo su control sobre sus aliados".
Turquía
En opinión del analista, el que ha llevado el sistema de la alianza global a un
punto de crisis es "el capitán a cargo", el presidente Donald
Trump, que en tan solo ocho meses en el Despacho Oval ha logrado "deconstruir una estructura
internacional de confianza y fe cuidadosamente construida" desde la
Segunda Guerra Mundial.
En el caso de Turquía, la decisión de Trump de suministrar directamente armas a
los kurdos sirios en mayo de 2017, así como la falta de progreso en la
demanda turca de extraditar al clérigo Fetulá Gulen, "han amortiguado las esperanzas iniciales en
Ankara de que la nueva Administración estadounidense sería afín",
señala Chaulia. Por otro lado, las investigaciones legales en curso y los
cargos contra los guardias de seguridad y los políticos turcos en el sistema de
justicia estadounidense "han
añadido leña al fuego" desde la perspectiva de Erdogan.
Ante "tales
desprecios y amenazas", la reacción natural de un político
"atrincherado y grandilocuente" como Erdogan es la de buscar "nuevas alineaciones para dar
a EE.UU. una lección", con lo que la compra de los S-400 rusos
"es una réplica en la cara" de Trump, que da por sentada la lealtad de Turquía.
Catar
La actitud de Trump hacia sus aliados se refleja también en su manejo
de la crisis en torno a Catar. Indiferente al hecho de que este país
alberga la mayor base militar estadounidense en Oriente Medio, el mandatario
estadounidense "cayó
en la trampa" de Arabia Saudita y "tomó partido descaradamente"
a favor de Riad en su lucha con Doha por la supremacía entre los reinos árabes
del Golfo, explica el analista.
Así las cosas, Catar aprendió lecciones similares a las de Turquía, acercándose más a
Irán y a Rusia, y también involucrando a otras naciones neutrales como Omán
y Kuwait para responder al desafío saudí. El hecho de que Doha no cediera a las demandas
de sus rivales del Golfo y se mantuviera firme a pesar de las
declaraciones de Trump contra ella "muestra cuánta influencia EE.UU. ha perdido en Oriente
Medio", apunta el autor del artículo.
Corea
del Sur, Japón y Australia
En
Asia, donde la situación de seguridad se está deteriorando fuertemente, Trump
"tampoco ha ayudado", al optar por "insultar y rechazar" a
los aliados.
Corea
del Sur ha sufrido "un prematuro revés de confianza" por los
agresivos llamamientos de Trump para desechar el "horrible acuerdo comercial" conocido
como KORUS debido al creciente déficit comercial en favor de Seúl. La
insistencia de Trump para que Corea del Sur pague mil millones de dólares por el sistema antimisiles
THAAD y su anterior sugerencia para que Seúl y Tokio adquieran sus
propias armas nucleares "han sembrado grandes dudas" en torno la suposición
histórica por la que EE.UU. asume los costos para defender a sus aliados y así
"obtiene su gratitud y aceptación", destaca el analista.
El primer ministro japonés Shinzo Abe es, probablemente,
el único aliado significativo a quien Trump no ha tratado de manera incorrecta.
Sin embargo, en cuanto a la cuestión que realmente le importa a Japón —si EE.UU. lo defenderá de una
China cada vez más fuerte y de Corea del Norte— Abe no tiene garantías
estratégicas inequívocas por parte de la Administración Trump.
Australia
también está "reconsiderando su tradicional dependencia" de la
alianza norteamericana y da señales de que está dispuesta a aceptar "la supremacía inevitable
de China", opina Chaulia, agregando que "las malhumoradas
relaciones" personales de Trump con el primer ministro australiano,
Malcolm Turnbull, son indicativas "de un malestar más profundo".
América Latina
Trump:
"El muro fronterizo con México para mí es vital"
La última encuesta del Pew Research Center revela cómo Trump frustró las
relaciones con las naciones latinoamericanas, y, en concreto, con México,
que ha sido "el chivo expiatorio favorito" del presidente de EE.UU.
en lo que se refiere al comercio y a la inmigración. Solo un 5% de los encuestados dicen confiar en
Trump, frente al 49% que confiaba en Obama al final de su mandato.
Además, la renegociación del TLCAN forzada por Trump
"ha indignado a los
mexicanos y ha mellado sus expectativas" sobre la voluntad de
Washington de actuar "como un vecino justo".
Por otro lado, al deshacerse de las políticas
liberalizadoras de la era Obama hacia Cuba y sugerir que EE.UU. cuenta con una "opción
militar" para hacer frente a la crisis política en Venezuela, Trump
"ha reencarnado el espectro del 'feo estadounidense' y el imperialismo
yanqui en América Latina", advierte el analista.
Europa
Si
el comercio, la migración y el terrorismo unieron a EE.UU. y Europa como un
'Occidente' único con "valores más o menos homogéneos e intereses
compartidos", estas mismas cuestiones han abierto "un enorme
abismo" en la era Trump, alerta el experto.
El
rechazo de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente francés,
Emmanuel Macron, a las políticas y observaciones de Trump sobre el cambio
climático, el proteccionismo comercial y el manejo del terrorismo
islamista confirman una creciente brecha en el Océano Atlántico.
¿Desmoronamiento total?
En cualquier caso, indica el analista, por ahora el daño que Trump ha
causado a las alianzas de Estados Unidos "no está en la zona de
desmoronamiento total".
Sin embargo, si el giro de Turquía a Rusia es un indicador de lo que está por venir,
"lo impensable bien podría pasar para cuando Trump cuelgue las botas",
advierte Chaulia, para concluir que "una ola de aliados que optan por la autonomía en vez de por la
dependencia asfixiante está sobre la mesa".
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