Son
muchos los consejos que se han dado para negociar un sueldo desde el punto de
vista del aspirante, pero muy pocos los que se dan para la perspectiva del
empleador.
Si estás de ese lado del escritorio, ten en cuenta las
siguientes recomendaciones dadas por varios expertos norteamericanos en
reclutamiento.
Conoce
el mercado
Siempre es bueno saber en qué rango de salarios se
encuentran los diferentes cargos que están bajo tu mando. De esta manera, ya
sea que vayas a contratar a alguien nuevo o que un colaborador te solicite un
aumento, puedes estar seguro de si su oferta está por debajo –o por encima- del
promedio a nivel de tu empresa y del mercado laboral regional.
Haz
ajustes si es necesario
No por el hecho de que para determinado cargo hayas ofrecido
siempre el mismo salario, quiere decir que debas mantenerlo en esa misma
cantidad. El mercado cambia y habrá épocas en las que sea obligatorio ajustar
las políticas de sueldos en aras de mantener la sostenibilidad de la compañía y
también habrá puestos de trabajo que se valoricen con el tiempo. En la
flexibilidad –fundamentada en la previa investigación- está la clave.
Con
los pies en la tierra
Desde el inicio de la conversación es importante conocer
las expectativas del aspirante y/o empleador (si se trata de un aumento),
porque solo de esa manera es posible negociar sobre bases reales. No hay nada
más frustrante para ambas partes que dar rienda suelta a una negociación y
después darse cuenta de que no hay manera de llegar a un acuerdo.
No
pises en terreno movedizo
Cuando vayas a hacer una oferta oficial, debes tener la
certeza de que el empleado es el perfil que buscas, que cumple con los
requisitos para ocupar el cargo y que va a aceptar la propuesta salarial que le
hagas, porque encaja dentro de sus expectativas. No es recomendable realizar
una oferta que esté totalmente descontextualizada de lo que espera el
aspirante.
Dile
NO a las emociones
No
hay por qué tomarse nada personal ni desviar la conversación. Hay que
mantener el profesionalismo. Hay que escuchar las razones del aspirante y/o
empleado para solicitar el salario que espera; no seas inflexible. Analiza objetivamente si es un
pago justo y procura no tomar decisiones a la ligera que te hagan perder a un
buen colaborador, que a la larga terminará incidiendo positivamente en
los resultados de tu empresa.
El
dinero no lo es todo
No siempre podrás ceder ante las expectativas de un
empleado, ya sea porque su trabajo no justifica un aumento o porque tienes
menos dinero presupuestado para dicho cargo. Que no cunda el pánico. Recuerda
que actualmente los trabajadores no solo aspiran a una buena oferta salarial,
sino que también están abiertos a recibir, a manera de compensación, otro tipo
de beneficios emocionales que pueden variar desde flexibilidad en los horarios,
oportunidad de estudios, trabajar desde la casa, viajes y/o bonificaciones;
todas estas opciones pueden sonar interesantes para el postulante.
Plan,
en acción
Este
consejo está destinado más que todo a los casos en los que un empleado pide un
aumento. Si es imposible dárselo, lo más efectivo es crear un plan de acción en
el que se fijen metas claras, que deben desarrollarse en un lapso de tiempo
determinado, y que representen nuevos retos y expansión profesional para el
colaborador. El feedback también es importante, ya que propicia una
relación cercana entre jefe y subalterno; el líder debe hacerle entender al
colaborador que tan pronto como mejoren las circunstancias de la compañía, su
trabajo será recompensado. No hay por qué subestimar el poder del
reconocimiento; a veces los trabajadores también están esperando que se le dé
crédito a lo que hacen.
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