En
2016 hubo 13 millones de movimientos migratorios en el país. La llegada y
salida de extranjeros alcanzó una cifra histórica: 5,6 millones. Según
Migración Colombia, los retos son enormes.
Hasta
hace tres años el tema migratorio producía muy pocas noticias en Colombia.
Pero de 2015 para acá no
hay una semana en la que no se hable de algún tema relacionado con el flujo de
extranjeros entrando o saliendo.
El fenómeno es nuevo para los colombianos, que se habían
acostumbrado a ser el país suramericano con menor flujo de extranjeros, y para
las autoridades, que hasta el momento contaban con una estructura reducida para
atender estas situaciones. Pero
los cambios que se registran en los tres últimos años –y los que se esperan de
aquí en adelante– han motivado al Gobierno a introducir cambios importantes
para atender la nueva realidad.
El director de Migración Colombia, Christian Kruger,
reconoce que “hoy tenemos
muchos fenómenos –migratorios– que no se veían antes”, al punto que en
las agendas binacionales de Colombia con buena parte de los países del
continente este es un tema fundamental.
Las mejoras en asuntos de seguridad, el comportamiento de
la economía y hasta en la eliminación de visados para más de 30 países hacen
que en estos momentos Colombia
se haya puesto de moda para el paso de ciudadanos de otras regiones del
continente o, incluso, para quienes buscan quedarse en el país y luchan
por obtener la nacionalidad. Esto
explica la creciente presencia de ciudadanos haitianos, cubanos, venezolanos,
chinos y de otros países que a diario generan noticias sobre temas
migratorios en el país.
El
año pasado Migración Colombia registró una cifra histórica: 13 millones de
movimientos durante todo 2016, frente a 3,6 millones registrados en 2001.
De esta cifra, 5,6
millones correspondieron a entradas y salidas de extranjeros, también
considerada una cifra récord en el país.
Pero llama la atención que buena parte de los movimientos
migratorios que se dieron el año pasado involucran a venezolanos que, a raíz de la crítica
situación económica, política y social que se registra en el vecino país, están buscando oportunidades de
mejorar sus condiciones de vida en Colombia o están de paso hacia otros
países.
Cifras de Migración Colombia dan cuenta del fenómeno que
se presenta con Venezuela, pues
hasta hace tres años era común que ciudadanos colombianos buscaran quedarse
allá y desde mediados del año pasado la situación es al revés.
Esta mayor presencia de venezolanos ya está generando fricciones en
algunos municipios y departamentos del país. De hecho, recientemente el
alcalde de Bucaramanga se quejó por este fenómeno, y en varios municipios de la
Costa Caribe a diario se presentan querellas por parte de quienes consideran
que ciudadanos venezolanos
les están quitando sus fuentes de trabajo o son culpables de algunos problemas de seguridad o
prostitución que se vienen generando. Sin embargo, expertos aseguran que
muchos de estos problemas obedecen a la ineficiente gestión de los mandatarios
regionales antes que a la presencia de migrantes venezolanos.
Pero es claro que la migración de los vecinos está generando un nuevo estado
de cosas, pese a que no es de la magnitud que algunos mandatarios
regionales dicen. En varios casos han pedido intervención de las autoridades,
pero se ha encontrado que
los recién llegados son colombianos que se habían ido al vecino país.
De acuerdo con Migración Colombia, hoy no son más de
250.000 venezolanos los que están en el país. De ellos, 45.000 están de manera
legal, mientras unos 180.000 tienen condición irregular –se quedaron más de los
180 días permitidos por la ley migratoria–. Desde 2012 las sanciones
administrativas migratorias a ciudadanos venezolanos se han multiplicado. De
acuerdo con Migración Colombia, el número de sanciones pasó de 1.113 en todo 2012 a 2.787 entre el
primero de enero y el 11 de mayo de este año. Estas sanciones incluyen
deportaciones –11 en 2012, frente a 861 en lo corrido de este año–; expulsiones
–pasaron de 4 a 111–, y sanciones económicas –de 1.098 personas en 2012 ya
llegan a 1.815 en menos de cinco meses–.
También se han impuesto sanciones a empresas y personas naturales que se
aprovechan de los migrantes venezolanos para emplearlos en condiciones
laborales deplorables o cometer delitos como trata de personas. Hasta el
momento, cerca de 600
empresas son investigadas por Migración Colombia, ya sea porque no les
pagan los salarios legales o por incumplir con parafiscales.
Para el director de la entidad, en este momento es
fundamental garantizar un orden en el tema migratorio. Y justamente para
cumplir con este objetivo, el
pasado 1º de mayo entró en vigencia un sistema de identificación en frontera
con la puesta en vigencia de la Tarjeta de Movilidad Fronteriza, en la cual ya
están cerca de 230.000 venezolanos inscritos. Esta tarjeta busca
identificar a las personas que a diario cruzan la frontera y se devuelven, ya
sea por razones de estudio, trabajo o porque vienen a visitas familiares o a
comprar víveres.
La
nueva realidad colombiana se ha convertido en un imán que atrae cada día más
extranjeros que buscan nuevas oportunidades en el país. De la buena
gestión del tema migratorio dependerá que el país le saque mejor provecho a
este nuevo escenario.
Panorama
crítico
La
situación política y social de Venezuela está alcanzando niveles críticos.
Esto ha motivado al Gobierno a analizar los distintos escenarios en que se
moverá la relación binacional, en caso de que la situación del país vecino siga empeorando.
Fuentes del alto gobierno han señalado que un escenario inicial contempla la
llegada de venezolanos que desde la frontera podrían desplazarse a otras
regiones del interior del país y serían absorbidos como fuerza laboral.
En este caso, ya se está trabajando para lograr que ingresen a cotizar a salud
y tengan acceso a educación y otros beneficios sociales. Un segundo nivel de
contingencia podría ser similar al que se presentó en 2015, cuando el gobierno
vecino expulsó a cerca de 22.000 personas y, en este caso, también la absorción
sería relativamente tranquila.
El
escenario más difícil es el que se podría dar en un tercer nivel, cuando la
confrontación genere que el desplazamiento a la frontera colombiana de más de
200.000 personas, en cuyo caso se tendría que activar un plan de crisis
que incluye la instalación de albergues para atención humanitaria. Esta sería
una situación mucho más compleja de manejar, pues su normalización dependería
de que se restaure la institucionalidad en el vecino país. Sin embargo,
funcionarios del Gobierno no
descartan que se dé un escenario en el que se mantenga la situación y no pase
nada, lo que en todo caso permitiría que la situación en frontera
siguiera normal.
Fenómeno
en alza
La
nueva realidad migratoria en el país ha encendido las alarmas, pues la idea es
que esta nueva población pueda ser absorbida y sus requerimientos en salud,
educación y trabajo atendidos. Hoy en el país se han identificado cinco
tipos de migración. El primero es conocido como la migración de retorno, es
decir, los colombianos que se fueron hace unas décadas y regresan debido a la
mejora en las condiciones del país.
El
segundo tipo es la migración de tránsito, que ha generado gran impacto porque
se trata de extranjeros que llegan a Colombia de paso, ya sea porque van
hacia Norteamérica o desde Venezuela al sur del continente. El año pasado
Migración Colombia inició cerca de 34.000 actos administrativos para ciudadanos
que de manera irregular permanecían en el país.
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