La
clave de toda buena relación, ya sea personal o laboral, está en la
comunicación y, por ende, en la capacidad de interpretar correctamente los
mensajes.
¿Qué
significa el término “escuchas activas” (y efectivas)?
Es la capacidad de estar presente, poner atención y
entender lo que el otro está diciendo. Es un proceso por el cual, al escuchar,
la persona se asegura de verificar la información sin opinar o juzgar. Este es
uno de los talentos de mayor
impacto para el ser humano. Aprenderlo es sinónimo de
efectividad en el trabajo y de calidad en las relaciones con los demás.
¿Cómo
se puede lograr escuchar activamente?
El primer paso para potenciar dicha habilidad es hacer un
esfuerzo consciente por escuchar, pero no solo las palabras, sino el mensaje
completo. Y, aún más importante, entenderlo. Es necesario que la otra persona
se sienta atendida. Para demostrar interés genuino se puede realizar un simple
movimiento de cabeza, una palabra de afirmación o una pregunta sincera. No se
trata de estar de acuerdo en todo, solo de indicar que se está poniendo
atención.
¿Por
qué es importante aprender a escuchar?
La productividad se incrementa porque el margen de error,
los malos entendidos y la pérdida de tiempo se limitan en un gran porcentaje.
Los filtros, creencias y juicios terminan distorsionando los mensajes. Al
practicar las técnicas de escucha activa se generan más preguntas y mejores
respuestas. ¿Qué quieres decir cuando dices…?” “¿Es esto lo que quieres decir?”.
Es importante porque es un modelo de respeto y comprensión. Se está
intercambiando información para tener otra perspectiva. Con una comunicación
efectiva es más factible alcanzar una meta realista.
¿Qué
factores afectan la comunicación interna?
Paradójicamente la tecnología puede crear una barrera
entre el interlocutor y el receptor. Los viejos hábitos son difíciles de
superar y lograr que todos los empleados estén en la actitud de aprender a
hacerlo es un reto. El pretender hacer el llamado “multitasking” mata la
comunicación y reduce en un 40% la productividad. Frecuentemente las personas
se olvidan de escuchar, este debe ser un hábito que se incentive a diario. Lo
que una persona dice y lo que otra oye son dos cosas totalmente diferentes. Una
comunicación deficiente daña las relaciones entre empleados y un ambiente de
trabajo poco amigable genera ineficiencia. Esta falta de eficacia se refleja al
atender al cliente y conlleva costosas consecuencias, mala reputación y/o
detractores en lugar de fans (seguidores). La comunicación es clave para crear
un ambiente de trabajo agradable, para tener empleados motivados y lograr que
jefes/empleados se entiendan.
Manos
a la obra
Aquí,
una lista de consejos prácticos para aprender a escuchar:
·
Pon atención.
·
No te distraigas cuando te hablen.
·
No interrumpas.
·
Haz contacto visual.
·
Observa
·
Apaga el diálogo interno.
·
Haz preguntas sobre el tema.
·
Evita contar experiencias propias similares o,
según el caso, defenderte, justificarte, o dar excusas.
·
Evita cambiar de tema abruptamente.
·
No hagas nada más mientras escuchas. El teléfono, el email, los
mensajes son detractores de la comunicación.
·
No te aburras ni muestres señales de que lo
estás.
·
Procura no perder el hilo de la conversación.
·
Repetir las palabras mentalmente refuerza el
mensaje y te ayudará a estar enfocado.
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