Construir nuestro
futuro entendiendo las reglas de la nueva configuración mundial es una
oportunidad sin precedentes para la creación de riqueza y generación de
bienestar social.
Las diferentes cadenas de información a la cual accedemos
vía medios de comunicación masivos o alternativos en sus distintos dispositivos
nos hacen sentir a veces como si viviéramos dentro del libreto de una serie de
Netflix. Y no es para menos, el
mundo está en el zenit de la creación destructiva. ¡La globalización se está reconfigurando!
“Hay algo que ha de ser aprendido de una lluvia de
tormenta. Cuando uno queda
bajo una lluvia súbita, se intenta no mojar y corre rápidamente al lado del
sendero. Pero aún cuando uno hace esto y pasa bajo las cornisas de las casas,
uno se sigue mojando.
Cuando uno está centrado y decidido desde el inicio, no
quedará perplejo, aún cuando igual se siga mojando.
Comprender esto
aplica a todas las cosas y eventos”.
Nuestra intención en este artículo es empoderar a nuestros lectores con una brújula
que les permita entender los nuevos polos magnéticos que se despliegan hoy.
Lo que puede, en cortas, afectar su trayectoria de viaje hacia un futuro
revolucionando y vibrante.
De esa manera esto va dirigido a tomadores de riesgo,
emprendedores, empresarios, educadores, creadores de políticas y artistas.
Y hacemos esto porque confiamos en el talento humano que ha
perfeccionado su poder de ejecución después de 20 años de tendencia a capacitarse fuera de sus países de
origen (en un volumen sin precedentes). Esos latinos del siglo XXI que
tienen relaciones profesionales y personales combinando la cultura de más de 20
países diferentes. Estos
latinos del siglo XXI que entienden la importancia de la tecnología y su poder
catalizador del desarrollo humano.
Vemos el clima propicio para que se pueda exigir que se
cristalice adecuadamente tanto legislación como implementación de dinámicas
económicas que nos permitan recuperar en tiempo corto lo que se ha
desperdiciado por polarización política de una era pre-internet. Para generar un cambio
estructural que corte con la historia pasada de atraso productivo y tensión
social. Uno en el que hablar de un conjunto de países no implique una
afiliación política solo disruptiva o de maquillaje, sino interdependiente.
A Latinoamérica no
la cambian ni sincronizan solo los políticos: la cambiamos las distintas clases
sociales creando vasos comunicantes que permitan igualar los privilegios a los
que tengamos acceso, y con ello disminuir el esfuerzo necesario para ser
prósperos.
Así, si queremos ser protagonistas del siglo XXI debemos
cambiar nuestra interacción tímida y periférica con el capitalismo.
Latinoamérica solo
ha interactuado con el capitalismo por medio de exportación de materias primas
y el consumo de bienes con valor agregado, y así está siendo vista
por parte gruesa de la dirigencia actual como el único presente y futuro
posibles. Por más de un siglo hemos desaprovechado la mayor virtud del
capitalismo que es la
creación de valor, la libertad para crear un nuevo juego en distintas áreas
interrelacionadas de la productividad.
Con esto ya delineado, pasamos a indicarle a nuestros
lectores los 3 conflictos que pueden magnetizar las mayores oportunidades del
siglo XXI.
El conflicto cultural empieza en una pequeña isla donde el
ciclo de reproducción ha sido mermado por numerosas dinámicas. Sí, el “Milagro del Pacífico” ha
envejecido y este fenómeno no pertenece solo a Japón, ya que las pirámides
demográficas de China, Surcorea y otros tigres asiáticos muestran una alta
concentración de la población entre los 60 a 80 años.
El contraste está en India, el mundo Islámico (que incluye
algunos países asiáticos a tomar en cuenta) y Latinoamérica entera, donde la mayoría de la población
está entre los 15-38 años y como tal consume y propone.
Esto tiene implicaciones enormes porque indica que demográficamente en
el siglo XXI los efectos mercantiles de la globalización se van a trasladar del
Océano Pacífico al Índico.
Lo nuevo y lo viejo se están enfrentando y pueden crear una gran tensión
geopolítica en el Pacífico entre China y Japón. China ya no va a ser la
fábrica del mundo, su
modelo basado en la exportaciones, se va a transformar en un modelo de
crecimiento económico basado en el consumo interno.
La automatización y su efecto en tiempo real: máquina
versus empleo humano
Este problema
demográfico nos lleva a un segundo tema: la población vieja concibe válida la
intervención cada vez mayor de los robots. ¿Cuál es la tendencia?
-Japón:
300 Robots/10.000 trabajadores
-Corea del Sur: 350
Robots/10.000 trabajadores
-Alemania: 270
Robots/10.000 trabajadores
-Estados Unidos de Norteamérica: 150 Robots/10.000 trabajadores
-China:
30 Robots/10.000 trabajadores
Son datos de
máquinas existentes ya al 2017 y activas.
Dichos robots van a
competir con la mano de obra no calificada en la generación de valor agregado.
Se desee o no.
El hecho de que el costo de un bien manufacturado en China tenga el mismo precio
de un bien manufacturado por mano de obra automatizada implica un cambio
estructural en todo el sistema de producción global.
Así, la dinámica donde la producción mundial se realizaba en Asia, México y
demás países con mano de obra barata pierde sentido e insistir en ello pasará
una factura además ecológica que retrasará el flujo de capital en distintos
países.
Los centros de
producción se van a concentrar en los lugares con mayor capacidad instalada de
mano de obra automatizada, que esté alfabetizada en el lenguaje cibernético y sea
capaz de proponer aparte de consumir.
¿Son nuestros gobernantes conscientes de que estamos ad
portas de una cuarta revolución industrial?
¿Estámos listos para entender a la máquina como el
complemento del desarrollo humano y para ofrecer productos y servicios donde la
interacción hombre máquina está en el centro?
Globalistas Vs Proteccionistas y Globalistas del siglo XX
La
hegemonía de EUA después de la Guerra Fría creó una etapa de progreso y cambio
demográfico pero al mismo tiempo una hiperconcentración de riqueza en Wall
Street y Silicon Valley. Al mismo tiempo también creó una gran
divergencia económica entre los países de la Unión Europea y Alemania.
Esta divergencia al no ser tomada en cuenta creó fenómenos populistas
de proteccionismo como el Brexit en UK y Donald Trump en EUA. Desde
nuestra óptica el país más vulnerable a una nueva escala populista en Europa es
Italia.
Los
populistas toman ventaja del miedo al Islam, la necesidad de evadir control
fiscal de parte de alianzas entre algunos empresarios y políticos, junto con la
inequidad que ha generado la globalización.
Mas
no son las únicas influencias de poder.
Con un acercamiento más horizontal -y tomando en cuenta
la apuesta de Macron de
ser el receptor mundial de la nueva ola de científicos interesados en
solucionar en sus propios países los desafíos medioambientales de producción
energética y de contaminación-, los valores más benéficos de la
globalización y la coordinación aún viven tanto en Francia, Alemania, así como
se desarrollan en China.
Visualizamos entonces que una segunda fase de la globalización,
la de la alternatividad de
poder, va a desplegarse. Dejando ya la fase de experimentación pura para
pasar a la implementación.
Desde Macrowise sugerimos estudiar el rápido proceso de transformación de infraestructura tanto en transporte como en salud en la península Índica. La nueva ruta de la seda y el gran gasto fiscal del reino Saudí alrededor del Índico, junto con su demografía vibrante, van a crear las mejores oportunidades de inversión y desarrollo en el universo de los países emergentes.
Desde Macrowise sugerimos estudiar el rápido proceso de transformación de infraestructura tanto en transporte como en salud en la península Índica. La nueva ruta de la seda y el gran gasto fiscal del reino Saudí alrededor del Índico, junto con su demografía vibrante, van a crear las mejores oportunidades de inversión y desarrollo en el universo de los países emergentes.
Es
imperativo revisar las actuales relaciones con el Índico, para mirar qué tipo
de respuestas podemos sincronizar en nuestros desafíos locales y evitar
desperdiciar tanto tiempo como recursos en transformaciones sin contexto global.
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