El
74% de los adultos mayores (más de 4 millones) no tiene pensión, el 40% sufre
de depresión y por lo menos 400 son abandonados cada año en Colombia, lo
cual demuestra que no hay garantías para esa población y en consecuencia
envejecer se convierte en “un desafío”.
Así lo concluyó un informe de la universidad bogotana de
La Sabana en el cual se explica
que la pirámide poblacional del país se ha invertido a tal punto de que hay más gente mayor de 60 años
que niños menores de cinco.
Es decir, se calcula que para el 2020 “por cada dos adultos mayores habrá un
adolescente”, explica la investigación realizada por la Facultad de
Medicina de esa universidad y la Asociación Colombiana de Gerontología y
Geriatría.
De esta manera Colombia avanza hacia el envejecimiento,
pues además el nivel de fecundidad –capacidad reproductiva de la población–ha disminuido en más del 50% en
el último medio siglo.
Muestra de ello es que la Encuesta Nacional de Demografía
y Salud de 2015 reflejó que en 1.967 “el nivel de fecundidad por mujer era de
6.7 hijos e hijas”, mientras que hace 7 años este nivel llegó a “2.1”.
El informe de La Sabana advierte que ese panorama es
preocupante, dado que esta
gran masa de la población adulta crecerá sin haberse garantizado sus
condiciones básicas como salud o pensión.
De hecho, en la actualidad existe un déficit de personal
médico dedicado a atender esta población. Y es que si bien desde 1.982 hasta la
actualidad se han formado
2.000 gerontólogos en Colombia, de estos apenas hay 4% en actividad.
“Lo
anterior significa que actualmente hay 80 geriatras en el país y 30 en
formación; la mayoría de estos especialistas se encuentran en Bogotá”, añade el
documento.
Además, y como si fuera poco, a este panorama se suma el
hecho de que nueve de cada 10 médicos que se formaron como profesionales de la
salud no tuvieron una
instrucción específica sobre el cuidado o manejo del adulto mayor.
Otro de los aspectos críticos que muestra el informe es
que el 74% de los adultos
mayores no tiene pensión, por lo cual podría definírseles en una
situación de vulnerabilidad y prácticamente de abandono.
Si bien el 90% de la población colombiana tiene acceso y
cobertura al sistema de salud, apenas el 26% de las personas mayores de 65 años en el país goza de una
pensión.
Como consecuencia de esta situación, 40% de los adultos mayores sufre
de depresión, con
lo cual se convierte en la segunda patología más frecuente en esa población
después de la hipertensión arterial.
La investigación concluye que esta compleja realidad responde a la inequidad social y
económica que afronta el país, ya que los adultos mayores no tienen “una
pensión social universal no contributiva”.
“Esto los deja aún
más desprotegidos, pues muchos viven en pobreza extrema, con violencia,
maltrato, abuso y con un acceso al sistema de salud muy deficiente”, añade el
documento.
Los investigadores también pusieron en evidencia la exclusión que
afronta la población adulta del país, a pesar de que “tener 60 o más
años no es sinónimo de ser una persona vieja”.
Como
resultado de no conseguir un contrato y estar excluidos del mercado laboral,
esta población suele sentirse inútil, inservible y como una carga para sus
familias y para la sociedad en general, de acuerdo a los investigadores.
En este sentido, una de las principales hipótesis a la
que le apuntan los analistas es que el modelo de trabajo colombiano no es idóneo para esta
población, pues suele caer muy rápido en la obsolescencia.
“A
los adultos mayores se le deben dar más oportunidades de trabajo y estas
deben adaptarse a las condiciones físicas y mentales de ellos. Lo anterior
significa mayor apertura –por parte de los empleadores– a la flexibilidad laboral y al incremento de
oportunidades de desarrollo y crecimiento humano de estas personas”,
añade el informe.
Finalmente, los investigadores realizaron siete propuestas para avanzar en
materia de protección del adulto mayor en Colombia. Estas son:
1.
Aumentar la cobertura y el acceso a pensión
2.
Robustecer las redes familiares y sociales
3. Mejorar
la cobertura y la educación de los cuidadores
4. Aprender
de la experiencia internacional.
5.
Impulsar políticas estatales y privadas
6.
Generar más formación sobre la problemática
Ratificar
los DD.HH. de la población mayor
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