LOS CANCILLERES DE LA UNIÓN EUROPEA APROBARON UN EMBARGO DE ARMAS CONTRA VENEZUELA

Los cancilleres de la Unión Europea aprobaron un embargo de armas contra Venezuela como parte de lo que calificaron como “medidas restrictivas” para presionar al gobierno del presidente Nicolás Maduro a que fortalezca el Estado de derecho y la democracia.

Los ministros también establecieron el marco legal para posiblemente imponer sanciones, incluidas las prohibiciones de viaje y la congelación de activos contra los funcionarios del régimen, una medida que el gobierno de Donald Trump ya ha tomado contra docenas de funcionarios del gobierno venezolano, incluido el mismo Maduro.

Pero los cancilleres no nombraron a ningún funcionario en específico que pudiera estar sujeto a tales sanciones, diciendo que aún esperaban que Venezuela pudiera encontrar una “vía pacífica negociada” para salir de su crisis económica y política.

“La principal responsabilidad de poner fin a la crisis en Venezuela reside en el país”, dijeron los ministros en un comunicado. “La Unión Europea insta al gobierno a que restablezca urgentemente la legitimidad democrática, entre otras cosas, mediante la celebración de elecciones libres y justas, y, a la oposición, a que continúe implicándose de forma unificada en busca de una solución negociada de las tensiones actuales, en interés del país”.

Los líderes de la oposición en Venezuela anunciaron la semana pasada que planeaban reanudar las negociaciones con el gobierno de Maduro esta semana en República Dominicana. La oposición dijo que tenía la intención de establecer las condiciones para que el próximo año haya unas elecciones presidenciales justas y democráticas.

La nueva presión europea sobre Venezuela se produce cuando el país se recupera de una crisis económica que ha provocado una inflación de casi cuatro dígitos, lo que ha elevado las tasas de pobreza, impactado los servicios públicos y agotado los suministros en farmacias y supermercados, lo que ha causado grandes dificultades y obligado a cientos de miles de venezolanos a emigrar.

Aunque Maduro es muy impopular, ha utilizado el aparato judicial y otras ramas del gobierno para reforzar su control del poder, encarcelado a destacados críticos y desmoralizado a la oposición, que ha sufrido profundas divisiones luego de su pobre actuación en las elecciones regionales, en las que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) pudo reforzar su influencia.

Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea citaron esas elecciones, marcadas por acusaciones de fraude y trampas electorales, como unas de las razones para la decisión tomada el lunes y urgieron al gobierno de Maduro que permita una “auditoría exhaustiva e independiente” de los resultados.

“Estos hechos han acentuado la polarización política en el país”, dijo el grupo.

En un comunicado, el gobierno de Maduro calificó las nuevas restricciones europeas de “ilegales, absurdas e ineficaces”.

También, el gobierno de Maduro, en un intento por aliviar la crisis económica de Venezuela y evitar un impago, inició conversaciones en Caracas para la renegociación de su gran deuda externa que ha disminuido las reservas internacionales que se usarían para importar alimentos y medicinas.

Decenas de tenedores de bonos o sus representantes acudieron al encuentro, aunque muchos inversionistas de todo el mundo rechazaron la invitación, citando preocupaciones de seguridad en medio de la violencia de la capital y la posibilidad de que pudieran entrar en conflicto con las sanciones estadounidenses.

Pero los funcionarios de Caracas no presentaron propuestas firmes a los asistentes, según informó Reuters, y no se programaron reuniones futuras. Eso dejó a los acreedores y analistas en una posición incierta respecto a si el gobierno de Maduro tiene algún tipo de estrategia para resolver su problema de deuda.

“No creo que tengan un plan completamente definido”, dijo Diego Ferro, un ejecutivo de Greylock Capital, una casa de inversiones que posee bonos venezolanos, aunque sus representantes no asistieron a la reunión. “Organizar esa reunión en Caracas en este momento parecía ser más una declaración política de su parte que un diálogo realmente constructivo. Nada debería sorprender eso”.

Maduro ha dicho que espera reestructurar los 63.000 millones de dólares en bonos de Venezuela, la mayoría emitidos por el gobierno y la estatal Petróleos de Venezuela, conocida como Pdvsa. Ha hecho de los pagos de la deuda externa del país una piedra angular de su política económica, incluso a expensas de alimentos, medicinas y otras importaciones críticas para el país.

Durante el fin de semana, Maduro reiteró ese compromiso declarando que Venezuela “nunca” caería en cesación de pagos.

Pero muchos analistas han cuestionado la sinceridad del intento de Maduro de refinanciar la deuda, diciendo que si fuera realmente serio, no habría nombrado a Tareck El Aissami, su vicepresidente, como jefe de las negociaciones. El gobierno estadounidense le impuso sanciones a El Aissami este año, lo que impide que las instituciones financieras estadounidenses hagan negocios con él.

En total, Venezuela debe más de 120.000 mil millones de dólares, incluidas las deudas de bonos, los pagos de petróleo a Rusia y China y las reclamaciones pendientes de las compañías de servicios petroleros.

Para complicar aún más el panorama económico de Venezuela, su producción de crudo cayó por debajo de los dos millones de barriles por día, su punto más bajo en 28 años. El petróleo es la principal fuente de ingresos del gobierno.

Las presiones económicas y políticas sobre Venezuela también se evidenciaron en las Naciones Unidas, donde el Consejo de Seguridad celebró una reunión informal para analizar el deterioro de la situación en la nación y la posible amenaza que eso posa para la estabilidad regional.

El embajador de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez, no asistió al encuentro, pero sostuvo una conferencia de prensa en la que denunció la reunión como “un acto hostil” de Estados Unidos y una violación de la soberanía de Venezuela.

“Nuestros asuntos los resolveremos nosotros mismos y en paz”, declaró en una publicación de Twitter.

China y Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, se negaron a asistir y sugirieron que cualquier acción o condena de Estados Unidos y otros países sobre el caso de Venezuela probablemente se toparía con una fuerte resistencia.

Por otra parte, en Nueva York, la International Swaps and Derivatives Association, una organización de comercio, se reunió para analizar la situación de la deuda de Venezuela y si los pagos atrasados ​​de los bonos de Pdvsa, hechos a principios de este mes, constituyeron una violación a las condiciones de los créditos.


Si el grupo llega a determinar que Venezuela violó las condiciones, eso podría causar que los tenedores de deuda cobraran un tipo de seguro de incumplimiento crediticio conocido como swaps.

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