¿QUE ES LA ESTACION ESPACIAL INTERNACIONAL ISS?
La
Estación Espacial Internacional es un gigantesco satélite artificial situado en
órbita alrededor de la Tierra, a 400 km de altura.
Sus
dimensiones son de aproximadamente 109 m de longitud total y 88 m de ancho,
con una masa cercana a las
420 toneladas.
El
volumen habitable alcanza unos 916 m3, con lo que sobrepasa en amplitud y
complejidad todo lo que existe hasta la fecha.
Puede
acoger hasta seis astronautas permanentemente, quienes se suceden según
las exigencias de las misiones.
Su energía es proporcionada por los paneles solares
fotovoltaicos más grandes
que jamás se hayan construido en el espacio, con una potencia de 84 kW.
¿CUAL ES SU PROPOSITO?
La
Estación Espacial Internacional esta destinada a ser un laboratorio,
observatorio y fábrica en la órbita terrestre baja. Además, estaba previsto
para proporcionar el transporte, mantenimiento, y actuar como una base de
ensayo para posibles futuras misiones a la Luna, Marte y los asteroides.
La USARMY de Estados Unidos en 2010, la ISS se le dio papeles adicionales de
servicio de propósito
comercial, diplomáticas y educativas.
HISTORIA DE LA ISS
La
actual "Estación Espacial Internacional" (ISS de sus siglas en
inglés) nació del programa espacial "Freedom" desarrollado por EEUU.
En 1984, en su mensaje sobre el estado de la nación, el presidente Ronald
Reagan estableció, oficialmente, la intención de desarrollar una estación
orbital permanente, que después se conocería como Estación Espacial Freedom.
Se invitó a países como Canadá, Europa y Japón a unirse a
este proyecto y los acuerdos llegaron con la Agencia Espacial Canadiense (CSA)
y la Agencia Espacial Europea (ESA) en septiembre de 1988, y con el gobierno de
Japón (GOJ) en marzo de 1989. Sin embargo, en respuesta a sucesivas
restricciones presupuestarias y protestas sobre una estructura administrativa inmanejable,
la administración de la presidencia y el administrador de la NASA Dan Goldin, pidieron un rediseño de la
estación en un plazo comprendido entre primavera y verano de 1993.
El 20 de noviembre de 1998 se lanza el modulo ruso Zarya
En
septiembre de 1993, se construyó un plan de desarrollo del programa (PIP)
pensado para la nueva ISS. El PIP fue coordinado con el acuerdo de todas
las partes comprometidas en aquel momento. Sobre este plan, la NASA alcanzó una
resolución con el gobierno y el congreso de los EEUU, por el cual, la ISS sería
desarrollada con un presupuesto de $2.1 billones por año, hasta un total de
$17.4 billones. Por su parte, la NASA se comprometió a que el proyecto se
desarrollaría con los $2.1 billones anuales, sin necesidad de presupuestos
adicionales que pudieran surgir. A cambio, el programa no sufriría otros
posibles rediseños. La administración y el congreso aceptaron.
Mientras tanto las negociaciones entre los gobiernos de
EE.UU. y Rusia continuaron sobre el tema de la cooperación, una vez superado el
final de la guerra fría. En el proceso de esta negociación se sugirió la
participación por parte de Rusia en el programa de la estación espacial. El 6
de diciembre de 1993 se formuló una invitación oficial a Rusia para participar
como un miembro más en el proyecto espacial y, poco más tarde, Rusia aceptó la
invitación conjunta de Japón, Europa y Canadá.
Con
el propósito de supervisar estos acuerdos, la agencia norteamericana formó una
nueva oficina para este nuevo programa, situada en el Centro Espacial Johnson.
Actualmente en el proyecto de la ISS trabajan 16 países: EEUU, Canadá, Rusia,
Japón, Italia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Francia, España, Alemania,
Gran Bretaña, Suecia, Suiza y Brasil.
El 20 de noviembre de 1998, un cohete ruso Protón colocó
en órbita el primer módulo de la futura ISS, el módulo ruso Zarya, diseñado
para dotar a la Estación de la energía y propulsión iniciales. Poco después se
le unió el Nodo 1 (Unity). Otros módulos vinieron después y la primera
tripulación permanente llegó en el año 2000.
¿COMO SE PUEDE VER A SIMPLE VISTA EL PASO DE LA ESTACION
ESPACIAL?
La
ISS se desplaza cada día sobre nuestros cielos a una altura de unos 400
kilometros. Su capacidad para reflejar la luz del sol hace posible que la
podamos contemplar fácilmente. Su superficie mayormente acerada la
convierte en el segundo objeto más brillante en la noche, después de la Luna y
por delante de Venus. Para observarla de la mejor manera posible hay que seguir
estos sencillos consejos:
La
ISS debe estar iluminada por el sol, es decir, fuera del cono de sombra de la
Tierra.
El
sol debe estar a no menos de 10 grados bajo el horizonte o, en otras palabras,
debe haberse puesto por lo menos 40 minutos antes o deben faltar más de 40
minutos para que salga el sol.
En
su paso, la ISS debe elevarse más de 5 grados sobre el horizonte. A menos de 5
grados no es visible por la distorsión que genera la atmósfera.
Un
laboratorio en órbita
La
ISS supone una gran plataforma de investigación para diversos estudios
científicos y tecnológicos: productos de fabricación espacial, astronomía,
detección terrestre a distancia, mecánica de materiales y fluidos, desarrollo
de plantas y animales, biotecnología (crecimiento de cristales de proteínas y
cultivos celulares), epitaxia de haz molecular (EHM), etc.
La mayoría de estos experimentos se cimientan en las
condiciones de microgravedad del medio espacial real. La microgravedad del
espacio se ha convertido en una herramienta importante para que los científicos
puedan desarrollar materiales altamente sofisticados y procesos para el uso en
estructuras y maquinaria electrónica avanzada, y otros productos que serán
fundamentales en el siglo XXI.
Bajo
la microgravedad, también llamada (inapropiadamente) gravedad cero, los
materiales cristalizan de una forma distinta a como lo hacen en la Tierra bajo
la fuerza de la gravedad. Este hecho hace que estos materiales,
sintetizados en el espacio, puedan tener propiedades y comportamientos
distintos a los conocidos hasta ahora. En estas condiciones, los científicos
pueden abarcar un gran número de actividades, desde determinar las propiedades
fundamentales que controlan cómo los materiales se forman y comportan, hasta
sintetizar productos de alto valor para su uso posterior en la Tierra, en
campos como la medicina, la biología o la química.
Algunos
ejemplos de los tipos de experimentos que se llevan a cabo abordo de la ISS
son:
Estudios
sobre la cristalización de proteínas: en el espacio los cristales de
proteínas pueden crecer de forma más pura a como lo hacen en Tierra. Su
análisis mejorará la comprensión de la naturaleza de las proteínas, enzimas y
virus, ayudando al desarrollo de nuevas drogas. A bordo del Space Shuttle ya se
han realizado experimentos similares pero siempre han estado limitados por la
corta duración de sus vuelos.
Cristales
de zeolitas crecidos en condiciones de microgravedad
Estos cristales son usados en muchos procesos de
fabricación, incluyendo el refinado de petróleo.
Los científicos estudian si los cristales crecidos en el
Espacio, bajo condiciones de microgravedad, mejoran las cualidades de los
cristales crecidos en la Tierra.
Unas zeolitas con nuevas propiedades podrían mejorar y
hacer más eficiente la producción de gasolina.
La
vida en baja gravedad: se estudiarán los efectos que puede provocar,
sobre los humanos, un largo periodo de exposición a la baja gravedad del
espacio (atrofia muscular, cambios en el funcionamiento del corazón, arterias y
venas, y la perdida de masa ósea, entre otras). Para estas labores biomédicas
se utilizará el Módulo Centrífugo. Este módulo utilizará una fuerza centrífuga
que generará gravedad artificial en un rango desde cero hasta el doble que en
Tierra. De esta manera se podrá simular la gravedad de la Tierra, para
experimentos de comparación, o la de la Luna o Marte, para experimentos que
proporcionen información útil para futuros viajes espaciales
La
naturaleza del espacio: algunos experimentos se realizarán en el
exterior de los módulos de la ISS. Se estudiará el medio espacial, el vacío y
los efectos que sobre los materiales producen las partículas espaciales.
Los efectos de la polución del aire y del agua, el smog
sobre ciudades, la deforestación y los incendios forestales, así como los
vertidos de aceite son visibles desde el espacio y pueden capturarse imágenes
que proporcionarán una perspectiva global imposible de conseguir desde tierra.
Observación
de la Tierra: las observaciones desde órbita ayudarán al estudio de los
cambios en nuestro medio ambiente a largo plazo. Se estudiarán los efectos de
la irrupción de volcanes, antiguos impactos de meteoritos, huracanes y tifones;
además de los cambios en la Tierra producidos por la raza humana.
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