Según Enrique Alcat (autor de “Y ahora,
¿qué?”, un libro sobre comunicación de crisis), las empresas que cuentan con una buena estrategia de
comunicación logran combatir las crisis, e incluso salir fortalecidas de ellas.
En
tiempos difíciles como los que corren, los ejecutivos de las empresas deben
centrar sus actividades en la planificación estratégica y la comunicación. Si bien al primer
asunto se le presta mayor atención, lo cierto es que la mayoría de los
empresarios desconocen que, para gestionar sus negocios y, sobre todo, una
situación conflictiva, se
necesita de un equipo de profesionales especializados en comunicación
empresarial y corporativa.
Puesto que las crisis llegan sin previo aviso, las empresas deben analizar con
antelación todos los escenarios posibles, planificar las actuaciones,
designar un equipo gestor de crisis y establecer un manual de procedimientos. De querer afrontar con
éxito alguna dificultad seria, los directivos deben estudiar, de antemano, un
conjunto de medidas preventivas como la selección apropiada de los portavoces, la estructuración de los
mensajes y sus argumentaciones, la gestión de las emociones, etc.
Aunque sea poca la información que se maneje
al principio de un problema, la
comunicación veraz y oportuna (interna y externa) siempre es vital para
transmitir confianza a los afectados. Esta estrategia permite minimizar los efectos
negativos que tiene la crisis sobre la imagen pública, la credibilidad y la
reputación de las empresas; sin embargo, sólo un 10% de las compañías está al tanto de esto.
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