África
se está dividiendo en dos en vivo y en directo: cada vez parece más claro que
el gran valle del RIFT acabará convertido en un nuevo océano.
Encuentran al lado de Stonehenge un anillo de dos km de
diámetro compuesto por enormes pozos subterráneos
Hace
dos años y sin previo aviso, en el condado keniata de Narok, apareció una
grieta de 15 metros de profundidad y hasta 20 de ancho que destrozó carreteras,
tendidos eléctricos y viviendas. No era magia, ni el aparatoso trailer
de una nueva película de catástrofes: era el continente africano rompiéndose por las costuras.
Para entenderlo en profundidad debemos retroceder mucho
tiempo atrás. Al momento exacto en que, hace más de 30.000 años, algo hizo
crack en África Occidental. Comenzaba
una fractura de casi 5.000 kilómetros que, según llevan explicando décadas los
geólogos, acabará por dividir el continente en dos y podría crear un mar
completamente nuevo.
Una enorme grieta se ha abierto en el Valle del Rift de
Kenia y parece que es solo el principio
El Gran Valle del Rift crece inexorablemente a razón de 7 milímetros al año
impulsado por la tectónica de placas y la actividad volcánica que recorren
África de Yibuti a Mozambique.
Pero esto ya lo sabíamos.
Lo que se ha descubierto ahora es que la microplaca de
Victoria (el trozo de tierra que se encuentra entre las dos grandes ramas de la
'y griega' del Rift) lleva,
al menos dos años, girando en sentido antihorario con respecto a la placa
africana. Es decir, va en sentido contrario al resto de placas de la
región y eso (además de un enigma geológico) es un indicio muy fuerte de que la fractura se está
convirtiendo en cresta; que se está poniendo en marcha la formación de un nuevo mar.
Los
territorios de las actuales Eritrea, Etiopía, Somalia, Yibuti y Kenia se verían
afectados por este movimiento que acabaría por desligarlos del resto del
continente. "Se verían afectados", claro. Porque, en realidad,
hablamos de un proceso que
culminaría en unos 50.000 años. Algo 'rápido' en términos geológicos, pero larguísimo desde el punto
de vista de las sociedades humanas.
No
obstante, por muy lento que nos pueda parecer el proceso, es un fenómeno
fascinante. Casi
con toda seguridad, el Gran Valle del Rift es el único lugar de la Tierra donde se puede estudiar cómo una
grieta continental se transforma en una grieta oceánica. Un infierno
para muchos de sus habitantes, sí; pero el paraíso de todo geólogo de placas.
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