Alemania
le pide a sus ciudadanos contar abejas
Una
ONG pide ayudar a contar insectos para frenar la muerte de la fauna. Sin flores
no hay insectos; sin insectos no hay miel, ni muchas otras cosas.
La
catástrofe ecológica está cerca: en solo 3 décadas, la población de insectos en
Alemania se habrá disminuido drásticamente. La Alianza alemana para la
Protección de la Naturaleza (NABU) pide a los ciudadanos que cuenten los
pequeños insectos sin los cuales la humanidad tendrá dificultades para
sobrevivir. Sin flores no hay insectos. Sin insectos no hay miel.
En la pradera del huerto de NABU, en el norte de Colonia,
Jörg Siemers detecta
rápidamente diferentes especies de mariposas a simple vista. Las
especies raras pueden encontrarse lejos de los campos agrícolas, en los
arbustos, flores y pastizales de bajo valor nutritivo. Siemers es un encantado
de las mariposas que muestra
cómo ayudar a hacer un censo de los insectos, como al que ha convocado la ONG
NABU: él marca un campo imaginario de diez metros por diez metros y presiona el
cronómetro. A partir de ese momento, las especies de insectos
especificadas por NABU se cuentan allí. Esta vez, cuenta ocho especies, pero se puede
informar de otros insectos, en caso de encontrarlos.
Los
participantes pueden informar de sus resultados a través de la aplicación que
se encuentra en las páginas de "Insektenwelt" o
"Naturgucker.de”, "El mundo de los insectos" y "Observador de la
naturaleza". "Con
relativamente pocas especies, es tan fácil seguir los resultados que incluso
los principiantes experimentan rápidamente el éxito", explica Daniela
Franzisi, de NABU, responsable del proyecto "Insektensommer" o
"Verano de los Insectos".
Ulla Blumenkamp se agacha concentrada en la hierba alta y recoge cuidadosamente los
especímenes individuales durante un corto período de tiempo en una caja de
plástico transparente con tapa, para poder determinarlos mejor: "No
conozco tan bien las especies individuales. Lo más importante para ella
es: "Mira bien, echa un vistazo a los animalitos y pide consejo, si es
necesario".
Mariquitas de siete puntos, a punto de desaparecer
La hora pasa rápidamente. Jörg Siemers también ha fotografiado especímenes que quiere identificar. Ulla Blumenkamp ha identificado diez especies. Está satisfecha: "Si te concentras en especies fáciles de identificar, miras y desarrollas un sentimiento por la naturaleza".
Peter Meyer y Evelyn Steppacher se reunieron para la
observación en la reserva natural de Dünstekoven. Se describen a sí mismos como "conservacionistas
empedernidos", han estado comprometidos con la protección de la naturaleza
y las especies desde la infancia. La pasión de Steppacher es por las
plantas, las libélulas y las 70 especies de mariquitas autóctonas. Por eso
observa con preocupación que los miniescarabajos de siete puntos están siendo
desplazados cada vez más por sus congéneres de Asia.
Ciencia ciudadana
Alemania carece de un programa de vigilancia científica que recoja datos de observación en gran escala, sistemáticos, continuos y representativos sobre la diversidad biológica. Entomólogos voluntarios participan en la conservación de mariposas en el Instituto Helmholtz de Investigación Ambiental. Uno de ellos es Karl-Heinz Jelinek, miembro de NABU: "En Alemania hay casi 3.700 especies de mariposas, de las cuales hay 195 en nuestra región. Por lo que el censo de NABU no se puede ver como un ejercicio científico”.
Jörg Liesendahl aborda otro problema: "Las dos últimas
generaciones han crecido lejos de la naturaleza. Hay una gran necesidad de capacitación
adicional", dice Liesendahl. El biólogo dirige la Escuela de la
Naturaleza para la Educación Ambiental en Remscheid. "La ignorancia y el conocimiento a medias
hacen que los niños y más tarde los adultos tengan reservas personales, a veces incluso pánico ante las
orugas, libélulas, abejas, avispas y mosquitos", dice Liesendahl.
Él les explica a los visitantes la importancia de estas
pequeñas criaturas como ayudantes de los ecosistemas y los muchos problemas de
la disminución de los insectos. "Muchos harían algo por los insectos, pero no saben nada
de su importancia y relación con la naturaleza y nuestra vida misma”.
Sin flores no hay insectos
Las organizaciones de conservación de la naturaleza tratan de contrarrestar la ignorancia: se trata de una cuestión de transferencia lúdica de conocimientos, de sensibilizar a la gente sobre la naturaleza y los seres vivos, de reconocer sus valores y la necesidad de protección, y de preservar la biodiversidad amenazada.
"La
economía suele interesarse solo en la lucha biológica contra las plagas",
acota Daniela Franzisi. Y el biólogo Esser critica: "Se gastan miles de
millones en física de partículas e investigación espacial, en comparación con prácticamente
nada para la investigación de la biodiversidad. A pesar de la muerte de
los insectos, los datos son en su mayoría generados por voluntarios".
Daniela Franzisi recuerda que en Alemania habría 34.280 especies de
insectos, que constituyen el 70 por ciento de todas las especies animales.
Y concluye que "todos son vitales para la supervivencia humana y los
ecosistemas". Muchos insectos son
irremplazables para polinizar las plantas, otros descomponen los excrementos,
la carroña, la madera muerta. Se encargan del control biológico de plagas, la purificación del agua y
ayudan a mantener la fertilidad del suelo. Se alimentan y se comen. Si
los insectos están ausentes, esto también cambia la producción de nuestra comida,
por ejemplo. Ya la falta
de abejas obliga a los chinos a polinizar a mano, flor a flor.
La hora pasa rápidamente. Jörg Siemers también ha fotografiado especímenes que quiere identificar. Ulla Blumenkamp ha identificado diez especies. Está satisfecha: "Si te concentras en especies fáciles de identificar, miras y desarrollas un sentimiento por la naturaleza".
Alemania carece de un programa de vigilancia científica que recoja datos de observación en gran escala, sistemáticos, continuos y representativos sobre la diversidad biológica. Entomólogos voluntarios participan en la conservación de mariposas en el Instituto Helmholtz de Investigación Ambiental. Uno de ellos es Karl-Heinz Jelinek, miembro de NABU: "En Alemania hay casi 3.700 especies de mariposas, de las cuales hay 195 en nuestra región. Por lo que el censo de NABU no se puede ver como un ejercicio científico”.
Las organizaciones de conservación de la naturaleza tratan de contrarrestar la ignorancia: se trata de una cuestión de transferencia lúdica de conocimientos, de sensibilizar a la gente sobre la naturaleza y los seres vivos, de reconocer sus valores y la necesidad de protección, y de preservar la biodiversidad amenazada.
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