"Su
enorme riqueza y conocimiento contrastan de forma chocante con las condiciones
en las que viven grandes cantidades de sus ciudadanos. Unos 40 millones viven
en pobreza, 18,5 millones en pobreza extrema y 5,3 millones viven en
condiciones de pobreza extrema propias del tercer mundo".
Con estas palabras el relator sobre pobreza extrema y
derechos humanos de la ONU, Philip G. Alston, se refiere a Estados Unidos en un informe en el que da
cuenta de una gira de 15 días de investigación que realizó en ese país a
finales de 2017.
El texto es una crítica descarnada a la primera potencia
del mundo, en la que se
apuntan problemas como la creciente desigualdad, la persistencia del racismo o
la existencia de un sesgo entre los sectores en el poder hacia los más
pobres y desfavorecidos.
"En
un país rico como Estados Unidos, la
persistencia de la pobreza extrema es una decisión política adoptada por
quienes están en el poder. Con voluntad política podría ser fácilmente
eliminada", señala Alston.
Indica que hay una serie de ingredientes indispensables
en una política para eliminar la pobreza, entre los que incluye cuestiones como
las políticas de pleno
empleo, la protección social para los más vulnerables, un sistema de justicia
justo y efectivo; o la igualdad racial y de género.
El informe de Alston fue presentado la semana pasada ante
el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y recibió grandes críticas del
gobierno de Donald Trump.
El Ejecutivo estadounidense sostiene que el texto
contiene cifras "exageradas" pues afirma que el número de personas en pobreza extrema en ese
país no es de 18,5 millones sino de unas 250.000.
La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki
Haley, dijo que el informe es engañoso y está "motivado por razones políticas" y
acusó al relator de "desperdiciar" los recursos de la ONU al
investigar la pobreza "en el país más rico y libre del mundo" en
lugar de centrarse en países donde los gobiernos causan el sufrimiento de su
propia población como Burundi y la República Democrática del Congo.
Estos son algunos de los cuestionamientos más duros que
hace el informe de Alston.
1.-
El sueño es una ilusión
"Los defensores del status quo señalan a Estados
Unidos como una tierra de oportunidades y un lugar donde el sueño americano
puede hacerse realidad porque los más pobres pueden aspirar a llegar al grupo
de los ricos".
"Pero
la realidad actual es muy distinta. Estados
Unidos tiene ahora una de las tasas más bajas de movilidad social
intergeneracional de los países ricos", señala Alston a propósito de uno de
los elementos clave de la sociedad estadounidense.
"Las altas tasas de pobreza infantil y juvenil
perpetúan muy efectivamente la transmisión de la pobreza intergeneracional y
aseguran que el sueño americano rápidamente se convierta en la ilusión
americana. La igualdad de
oportunidades, que es tan valorada en teoría, en la práctica es un mito,
especialmente para las minorías y las mujeres, pero también para muchas familias
de trabajadores blancos de clase media", agrega.
2.-
Pobres malos, ricos buenos
El informe critica el peso que al hablar sobre la pobreza
se le da a la imagen "caricaturizada" sobre las supuestas diferencias
entre ricos y pobres que son difundidas "por algunos políticos y medios
estadounidenses".
"Los ricos son trabajadores, emprendedores,
patriotas e impulsores del éxito económico. Los pobres son vagos, perdedores y
tramposos. Como consecuencia de ello, (se considera que) el dinero que se gaste
en bienestar social es dinero tirado a las cañerías", critica Alston.
"La
realidad, sin embargo, es muy diferente. Muchos de los más ricos no pagan sus impuestos a las mismas tasas que
lo hacen otros, acumulan gran parte de sus fortunas en paraísos
fiscales y obtienen sus ganancias solamente de la especulación, en lugar de
contribuir a la riqueza general de la comunidad estadounidense", apunta.
"En toda sociedad hay quienes abusan del sistema,
tanto en los niveles superiores como en los inferiores. Pero, en realidad, los pobres son mayoritariamente aquellos que nacieron en la pobreza,
o quienes cayeron allí por circunstancias que en gran medida se hayan fuera de
su control, como las enfermedades mentales y físicas".
Cómo es ser pobre en Estados Unidos, el país más rico del
mundo
Estos prejuicios sobre ricos y pobres se reflejan en la
formulación de políticas.
El relator especial señala, por ejemplo, que uno de los
principales argumentos para impulsar los recortes en los beneficios sociales
son las acusaciones sobre la existencia de un fraude generalizado en el uso de
los mismos y que muchos de los funcionarios con los que habló le advirtieron
que había personas que estaban buscando todo el tiempo formas de sacar provecho
del sistema.
"El contraste con la reforma fiscal es
ilustrativo. En el contexto de los
impuestos, se pone una fe inmensa en la buena voluntad y el altruismo de los
beneficiarios corporativos, mientras que en la reforma del estado de
bienestar se aplican los supuestos contrarios", asegura.
3.-
Empleados pobres
Alston destaca que uno de los argumentos utilizados en
Estados Unidos por quienes abogan por recortes en los beneficios sociales es
que los pobres deben dejar de depender de las ayudas y ponerse a trabajar.
"Se
asume, especialmente en una economía que progresa, que hay muchos empleos
esperando a ser ocupados por individuos con poca educación, que con
frecuencia tienen una discapacidad de un tipo u otro, a veces cargados con un
historial criminal (con frecuencia relacionado con la pobreza) sin mucho acceso
al sistema de salud y sin entrenamiento ni ayuda efectiva para conseguir un
trabajo", señala.
"En realidad, el mercado laboral para estas personas
es extraordinariamente limitado y, más aún, para aquellos que carecen de las
formas básicas de apoyo y protección social", añade.
Para ilustrar la insuficiencia de la estrategia de
combatir la pobreza apostando por el trabajo pero sin el apoyo de las políticas
sociales, Alston pone como ejemplo el caso de los trabajadores de Walmart, el
mayor empleador de Estados Unidos.
"Muchos
de sus trabajadores no
pueden sobrevivir, teniendo un trabajo a tiempo completo, si no reciben cupones
de alimentación. Esto encaja en una tendencia más amplia: el
porcentaje de hogares que, mientras tenían ingresos, también recibían
asistencia para alimentación aumentó de 19,6% en 1989 a 31,8% en 2015",
asegura.
4.-
La justicia, una fuente de ingresos
Alston señala que uno de los mecanismos que dificultan el
progreso de los más pobres son la gran cantidad de multas y tasas que se
aplican a quienes cometen pequeñas infracciones y que se acumulan hasta
convertirse en una enorme carga para ellos.
Pone como ejemplo el hecho de que los permisos de
conducir son suspendidos por una gran cantidad de faltas no relacionadas con el
tráfico, como el no pagar una multa.
"Esa es una forma perfecta para asegurarse de que
los pobres, que viven en comunidades que se han negado a invertir seriamente en
sistema de transporte público, sean incapaces de ganarse un dinero que les
habría ayudado a pagar la deuda pendiente", refiere.
En ese sentido, el relator de la ONU critica como una
práctica extendida en todo el país el uso del sistema legal para recaudar
ingresos y no para promover la justicia.
Asegura
que esto se ha convertido en un mecanismo
"para mantener a los pobres en la pobreza mientras
generan ingresos para financiar no solo el sistema de justicia sino muchos
otros programas".
5.-
La criminalización de los pobres
Entre las fallas del sistema legal, el informe también
cuestiona que en muchas ciudades las personas sin hogar son criminalizadas
simplemente por la situación en la que se encuentran.
"Dormir al descampado, sentarse en lugares públicos,
mendigar, orinar en público y una infinidad de otras infracciones han sido
concebidas para atacar 'la plaga' de los sin techo", indica.
Alston
señala que, según cifras oficiales, en 2017
había en Estados Unidos unas 553.742 personas sin techo pero
asegura que hay muchas evidencias de que la cantidad verdadera es mucho mayor.
Afirma que solo en la zona de Skid Row, en el centro de
Los Ángeles, hay unos 1.800 sin techo que disponen de apenas 9 baños públicos,
una cifra que ni siquiera cumple con los estándares de la ONU para los campos
de refugiados sirios y para situaciones de emergencia.
"Que
haya tantas personas sin techo no es
algo ni remotamente inevitable y refleja la decisión política de ver la
solución en la aplicación de la justicia en lugar de en proveer viviendas
adecuadas y accesibles, servicios médicos, asesoría psicológica y formación
laboral", apunta.
"Castigar y apresar a los pobres es la respuesta típicamente
estadounidense a la pobreza en el siglo XXI", indica Alston en
las conclusiones. "El encarcelamiento masivo es usado para hacer
invisibles de forma temporal los problemas sociales y crear la ilusión de que
se ha hecho algo".
6.-
Desigualdad extrema
Según el informe de la ONU, Estados Unidos es el país
rico con mayores niveles de desigualdad de ingreso y de riqueza.
Señala
que el 1% más rico pasó de obtener el 10% de todos los ingresos nacionales
en 1980 a conseguir el 20% en 2017. En el caso de Europa, ese indicador pasó de
10% a 12% en el mismo lapso.
Alston hace
referencia expresa al hecho de que la
fortuna de los miembros iniciales del gabinete de Trump alcanzaba a US$4.300
millones.
"Lo que la desigualdad extrema significa es la
transferencia de poder económico y político a un puñado selecto de personas,
quienes inevitablemente lo usarán para avanzar sus propios intereses",
asegura.
"La alta desigualdad debilita al crecimiento
económico sostenido. Se manifiesta en bajo niveles educativos, un sistema de
salud inadecuado y la ausencia de protección social para la clase media y los
pobres, lo que a su vez limita sus oportunidades económicas e inhibe el
crecimiento general", advierte.
7.-
El legado de la esclavitud
"Al pensar en los pobres, los estereotipos raciales
usualmente no están lejos de la superficie. Se asume que los pobres son
mayoritariamente personas de color, afroestadounidenses o 'inmigrantes'
hispanos".
"La
realidad es que hay
ocho millones más de pobres blancos que de pobres negros. El rostro de la pobreza
en Estados Unidos no solamente es negro o hispano, sino también blanco,
asiático y de muchos otros orígenes", afirma Alston.
El relator de la ONU considera que la estadounidense
sigue siendo una sociedad crónicamente segregada.
Señala
que los negros tienen 2,5 más
probabilidades que los blancos de vivir en la pobreza, una tasa de mortalidad
infantil 2,3 veces superior.
Su nivel de desempleo duplica el de los blancos y
usualmente ganan solo 82,5 centavos para cada dólar que obtienen estos. Además
su tasa de encarcelamiento es 6,4 veces mayor.
"Estas
vergonzosas estadísticas solo pueden ser explicadas por la duradera
discriminación estructural basada en la raza, lo que refleja el legado duradero
de la esclavitud", concluye Alston
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