Hace pocos días me topé en una revista con una reseña del
libro ‘Enlightenment now’, algo así como ‘la Ilustración ahora’, del psicólogo
canadiense Steven Pinker, investigador de la Universidad de Harvard, quien con
base en una muy solida
investigación histórica sobre ciertos fenómenos humanos y sociales, sostiene la
tesis de que la vida humana es mucho mejor hoy en día que en cualquier época
pasada y que tiende a mejorar. Esta idea representa un serio cuestionamiento a nuestra
permanente preocupación sobre el futuro
global, la cual se fundamenta en hechos reales.
Sin duda alguna, la perspectiva de Pinker debe ser tenida
en cuenta al hacer un balance
de la ‘contabilidad global’, si pudiéramos usar esta expresión.
El autor usa quince criterios de bienestar para concluir que hoy todo
está mucho mejor. De entrada argumenta
que los humanos estamos biológicamente predispuestos a sentir nostalgia por el
pasado, lo que influye en nuestras valoraciones, y que sentimos más
atracción por las noticias malas que por las buenas.
Indica
que en dos siglos la riqueza mundial ha crecido cien veces y que está mucho
mejor repartida. Hoy, asuntos como el acceso al agua y la electricidad son la norma y no un
privilegio refinado, tener un teléfono inteligente o un televisor a
color está al alcance de la mayoría y no son un símbolo de estatus y riqueza
como hace unas pocas décadas.
En
cuanto a la salud y la expectativa de vida el progreso es asombroso: la
salud pública, nuevas medicinas y un mundo más seguro son la base de esto. Hoy,
muere muchísima menos gente por la guerra y la violencia que hace un siglo y
existen, por ejemplo, 3.000 probabilidades más de morir en un accidente de
tránsito que en un acto terrorista.
El
coeficiente intelectual-CI, es hoy mucho más alto gracias a los progresos en
nutrición, salud y educación, ha aumentado 30 puntos en cien años,
haciendo que el CI promedio en este momento sea superior al del 98 % de las
personas de hace un siglo. El cerebro recibe ahora mucha más estimulación que
antes y esto permite resolver problemas de forma más fácil y crear conceptos de
manera más generalizada, lo que fortalece la conciencia moral; temas como los
Derechos Humanos y la Democracia están más presentes en la mente de las
personas.
Pinker nos dice que hace dos siglos sólo el 1 % de la población vivía en
democracia, mientras hoy lo hacen dos tercios. Concluye que esta
evolución del bienestar se debe a un desarrollo permanente del legado de la
Ilustración del siglo XVIII con sus ideas de razón, humanismo y ciencia. Y que
preocuparse por los problemas que nos agobian en este siglo XXI es bueno, pues
nos empuja a encontrar soluciones.
Hay
otra cara de la moneda de la historia: la trágica. El 51% de la superficie
terrestre presenta hoy una pérdida de biodiversidad alarmante.
Para
el año 2048 podría prácticamente desaparecer la fuente alimenticia del mar de
pescados y mariscos; hoy, el 29% de las especies marinas que consume el
ser humano han prácticamente colapsado. La agricultura extensiva, la caza, el
crecimiento de las poblaciones y la contaminación amenazan al 25 % de especies de mamíferos del mundo,
13 % de las especies de aves y 21.000 tipos diferentes de plantas.
El
sistema de generación mundial de alimentos tiene una producción excesiva, pero
que paradójicamente no resuelve el problema del hambre y la desnutrición,
genera obesidad, pandemia del siglo XXI, arrasa con la tierra y los
recursos naturales y el 30 % de lo producido se bota infamemente.
El
75 % del planeta tiene seria degradación ambiental con riesgo para 3.200
millones de personas. Según la FAO en el último siglo se ha perdido el
75 % de la diversidad agrícola.
En
lo cultural desaparecieron 400 idiomas. Esto sin mencionar la presencia
ya inocultable del cambio climático en nuestra vida cotidiana con sus efectos
arrasadores y trágicos. En resumen, una pérdida monumental de diversidad y
belleza.
Lo que argumenta y describe Pinker es cierto, no se puede
refutar, pero es una mirada parcial que omite dimensiones muy valiosas para el
ser humano. La tragedia
también es cierta. ¿Cómo explicar la contradicción? Creería que el
avance en la razón no ha venido de la mando del desarrollo de la
conciencia.
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