La
firma alemana anunció un plan global de recortes. Se teme que las instalaciones
en Brasil y Argentina se vean afectadas, en un nuevo golpe a un sector ya
debilitado por la crisis brasileña.
El coletazo del llamado "dieselgate" llegó a
América Latina y con potencialmente malas noticias para miles de empleados de
Volkswagen en Argentina y Brasil.
La firma automotriz alemana ha venido experimentando un doloroso proceso de VBajuste
luego del escándalo en que se vio envuelta en Estados Unidos el año pasado.
En un fuerte golpe para la reputación de la firma, se
comprobó que había
alterado los resultados de las pruebas de emisiones contaminantes en sus
vehículos con motores diésel.
La empresa aceptó pagar US$15.000 millones en un acuerdo
con autoridades estadounidenses y los dueños de cerca de 500.000 autos en ese
país. Y en un esfuerzo de
hacer borrón y cuenta nueva, Volkswagen presentó el que ha sido descrito como
el más ambicioso plan de modernización en toda su historia.
Autos
eléctricos
El
proyecto busca rejuvenecer la marca y diseñar nuevos autos eléctricos, entre
otros avances tecnológicos.
El problema es que la restructuración implica también la eliminación
de 30.000 de los 610.000 puestos de trabajo que la empresa genera en 32
países de todo el mundo.
Y se teme que una parte del sacrificio laboral esté localizado en las filiales
sudamericanas de la empresa.
El día en que se anunció el plan de modernización, el 18
de noviembre pasado, la firma indicó que la restructuración afectaría a las operaciones de la
empresa en Argentina y Brasil, sin dar mayores detalles de cómo
ocurriría ese proceso.
Volkswagen ha dicho que 23.000 plazas de trabajadores en Alemania se recortarán
en los próximos años al no nombrarse reemplazo para trabajadores que vayan
retirándose y otros mecanismos que eviten recurrir a salidas forzosas de
empleados.
Ajustes
El medio estatal alemán Deutsche Welle anunció el pasado 18 de noviembre, citando a
Volkswagen Brasil, que en los próximos cinco años la firma suprimiría otros
5.000 puestos de trabajo en Brasil y 2.000 en Argentina.
Pero poco después, algunos medios de prensa argentinos,
citando fuentes del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor,
SMATA, aseguraban que los
puestos de trabajo en el país no se verían afectados.
No está claro si se referían a la posibilidad de planes
de retiro voluntario y otras medidas similares que hiciesen innecesarios
despidos adicionales.
Las filiales de Volkswagen en la región ya llevan tiempo
efectuando ajustes a su producción.
De capa caída
En
cualquier situación, la industria automotriz argentina viene de capa caída hace
varios años y no sorprende que Volkswagen esté replanteando su capacidad
instalada ahí.
Incluso sin el escándalo global del dieselgate, las
ventas generales de autos en esa nación se han resentido mucho.
"El contexto recesivo impulsado por Brasil se traduce en un mercado
(argentino) de 600.000 vehículos cuando fue de un millón en el 2013",
le dice a BBC Mundo Eduardo Fracchia, profesor de economía en el IAE Business
school, una escuela de negocios argentina.
Volkswagen tiene en la actualidad cerca de 6.000
trabajadores en Argentina, en dos plantas ubicadas en General Pacheco, Buenos
Aires, y Santa Isabel, Córdoba.
También en Brasil
El mercado automotriz brasileño también sufre
dificultades en medio del disminuido ímpetu de la economía de ese país. Las ventas de autos nuevos
cayeron el año pasado en 26%.
Volkswagen
tiene desde 1959 una planta en Sao Bernardo do Campo, una localidad
industrial en Sao Paulo, así como otras instalaciones que emplean en total cerca
de 20.000 personas, según el sitio web de la empresa.
La
operación de Volkswagen en Brasil es la tercera mayor de la empresa en el
mundo.
Volkswagen
también tiene importantes instalaciones fabriles en México pero no se conocen
planes de efectuar recortes en ese país.
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