Según
dónde vivas, la contaminación del aire te quita meses —y en algunos casos más
de un año— de tu expectativa de vida, de acuerdo con un estudio publicado el 22
de agosto.
En todo el mundo, la contaminación ambiental reduce la expectativa de vida
un año en promedio desde el nacimiento. El efecto es mucho más
pronunciado en algunos países: en el caso de los egipcios la reduce en 1,9 años y de los indios en 1,5
años. En Rusia es de alrededor de nueve meses.
En
Estados Unidos es menor: para un estadounidense nacido hoy, la
contaminación reduce su expectativa de vida en alrededor de cuatro meses.
Esos descubrimientos llegan en un momento en que el
gobierno del presidente Trump propone reducir los controles de contaminación de plantas eléctricas
operadas con carbón.
La propuesta del gobierno, emitida por la Agencia de
Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), remplazaría el Plan de Energía
Limpia de la era de Obama, el cual tenía como objetivo orientar el rumbo del
sector energético lejos del carbón y hacia fuentes de energía más limpia. Según
los cálculos de la propia EPA, el plan del gobierno de Trump podría causar
hasta 1400 muertes prematuras cada año.
El estudio, publicado en la revista Environmental Science
& Technology Letters, tomó en cuenta medidas de contaminación del aire de
exteriores (o ambiental). Recolectó
datos de estudios previos que usaron satélites y medidores de contaminación a
nivel del suelo para calcular los niveles de partículas en suspensión en el
aire, conocidas como PM 2,5.
Este tipo de contaminante puede provenir de distintas
fuentes, incluidas las plantas eléctricas operadas con carbón, los escapes de los camiones,
incendios forestales y tormentas de polvo. Los investigadores calcularon
entonces el impacto de esa contaminación en la expectativa de vida de una
persona nacida hoy.
Joshua Apte, un profesor de Ingeniería en la Universidad
de Texas en Austin y el autor principal del estudio, llamó a ese tipo de
partícula “el contaminante ambiental más importante” para el deterioro de la
salud y la muerte.
Las
fuentes de la contaminación PM 2,5 y las emisiones de gases de efecto
invernadero a menudo están “estrechamente relacionadas”, agregó Apte, lo que significa que cambiar a
fuentes más limpias de energía también puede dar rápidos dividendos para
la salud pública.
“Por ejemplo, autos más eficientes o electricidad más
limpia directamente beneficia al ambiente y a la salud”, dijo Apte a través de
un correo electrónico. “En efecto, los beneficios a la salud a corto y largo
plazo del uso de energía más limpia y más eficiente son de los mejores
beneficios asociados con
la lucha contra el cambio climático, pues llevaremos vidas más sanas y más
largas”.
El equipo de Apte descubrió que exponerse a la
contaminación del aire de interiores —por ejemplo, cocinar con leña, carbón o
estiércol— también puede ser devastador. En el sur de Asia, esta exposición reduce la expectativa
de vida en 1,2 años adicionales.
Los niveles de la contaminación ambiental de interiores
fueron calculados al tomar un conjunto limitado de datos reales de esta
contaminación y extrapolarla tomando como base qué combustibles usa la gente en
sus cocinas en diferentes países.
El
impacto negativo de la contaminación ambiental socava el progreso total que el
mundo ha hecho para elevar la expectativa de vida en las décadas pasadas.
El promedio global actual es de 72 años, alrededor de 20 años mas que en 1960.
Un mejor acceso a la atención médica ha sido determinante en este cambio.
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