La misión lunar china Chang E 4, que el programa espacial
nacional tiene previsto lanzar a finales del año 2018, intentará cultivar en el satélite terrestre
plantas, entre ellas patatas, como parte de los experimentos para futuras colon
ias
espaciales, ha informado la agencia oficial Xinhua.
La Chang E 4, segunda sonda china que aterrizará en la superficie lunar,
transportará un pequeño recipiente con semillas de patata y de arabidopsis,
una planta herbácea, con el objetivo de que crezcan y florezcan en la Luna,
señaló la información. "Tenemos
que mantener la temperatura en la minibiósfera en un rango entre 1 y 30 grados,
y controlar de forma apropiada la humedad y la nutrición". "Usaremos
un tubo para dirigir la luz natural de la superficie de la Luna hacia dentro
del contenedor para hacer que las plantas crezcan".
El cohete Long March-3B, que transporta la sonda –la cual
incluye un módulo y un
vehículo explorador–, despegó del Centro de Lanzamiento de Satélites de
Xichang, en la provincia de Sichuan (suroeste).
Según la Administración Nacional del Espacio de China, la misión realizará tareas de
observación astronómica de radio de baja frecuencia, análisis de terreno y
relieve, detección de composición mineral y estructura de la superficie lunar
poco profunda y medición de la radiación de neutrones y átomos neutrales
para estudiar el medio ambiente en la cara oculta de la Luna.
El
vehículo transporta una cámara panorámica; un radar para explorar por debajo de
la superficie lunar; un espectrómetro de imágenes para identificar minerales;
y un experimento para
examinar la interacción entre el viento solar (una corriente de
partículas liberadas desde el sol) con la superficie lunar.
También
se llevarán huevos de gusanos de seda y la evolución de este material
biológico se grabará en
vídeo para ser controlado desde la Tierra.
El
experimento, denominado "minibiosfera lunar", es uno de los
seleccionados de entre más de 200 enviados al programa especial chino y fue diseñado por 28
universidades chinas, lideradas por el campus de Chongqing (centro del
país).
El programa Chang E (bautizado así en honor a una diosa
que según las leyendas chinas vive en la Luna) comenzó con el lanzamiento de una primera sonda orbital en
2007, y desde
entonces se han llevado al satélite terrestre cuatro aparatos.
El
objetivo final del programa es una misión tripulada a la Luna a largo plazo, aunque la fecha
para ello no ha sido fijada y algunos expertos la sitúan en torno al año 2036.
Programas espaciales pioneros como el soviético o el
estadounidense ya lograron hace más de medio siglo fotografiar la cara oculta pero nunca han
alunizado allí, pese a que en 1962 una misión no tripulada estadounidense lo
intentó sin éxito.
El
año próximo China tiene previsto enviar una nueva sonda a la Luna, Chang’e 5,
que tendrá como misión recoger muestras del suelo y traerlas de regreso a la
Tierra.
El programa espacial chino ha logrado enormes progresos
en la última década. Aún está
muy por detrás en cuanto a tecnología y presupuesto respecto a Estados Unidos:
se calcula que está dotado con 6.000 millones de dólares, frente a los 40.000
de la agencia espacial estadounidense. Pero cuenta con la ventaja de recibir el respaldo
inequívoco del Gobierno chino. Encaja perfectamente en la estrategia de
crecimiento económico que se ha fijado Pekín, que quiere primar la innovación y
el desarrollo tecnológico; contribuye
a su seguridad nacional y, por añadidura, sirve como herramienta diplomática y
de soft power.
China ya ha dado los primeros pasos para construir una estación
espacial, la Tiangong-3, que se espera que pueda estar lista para 2022,
para 2030 China se plantea enviar una misión tripulada a la Luna, un objetivo
al que EE UU renunció con el fin del programa Apolo.
Una
de las plantas de algodón que porta la sonda china Chang’e 4 germinó el pasado
mes de enero de 2019, pero durante la noche lunar murió por efectos del intenso
frio y por la radiación. Es parte de un experimento para crear una biosfera en
miniatura.
Tras aterrizar en la cara oculta de la luna el pasado
tres de enero, la sonda se convirtió en pionera no solo en el alunizaje, sino
en llevar un mini experimento de biosfera a bordo.
"Esta
es la primera vez que los humanos realizan experimentos de crecimiento
biológico en la superficie lunar", dijo Xie Gengxin, quien dirigió
el diseño del experimento, en un comunicado.
La sonda lleva a bordo semillas de algodón, colza, papas y arabidopsis,
una planta que ha sido usada como modelos para investigación. Tanto así que fue
la primera planta que llevaron a germinar en el espacio. La NASA planeaba
hacerlo en 2015 pero no le fue posible, y ahora China se adelantó. La sonda también lleva huevos de
mosca de fruta y levadura.
El
objetivo de la minibiosfera es recrear un ecosistema para estudiar el
desarrollo de los organismos en las condiciones de la superficie lunar
que no se parecen en nada a los de la Tierra: alta radiación, gravedad mucho
menor y temperaturas que tienden a bajar súbitamente.
Aunque es la primera vez que una semilla germina en la
superficie lunar, no es la primera vez que un experimento como este se lleva a
cabo.
En
2013, la Estación Espacial Internacional llevó a cabo el experimento Seedling
Growth, que pretendía estudiar las condiciones que habría que simular para que
las plantas crecieran, produjeran oxígeno, capturaran carbono, y
sirvieran de alimento para una posible colonia humana. ¿Cómo florecería una
planta sin luz permanente, o gravedad que guíe su crecimiento?
Lo
que descubrieron fue que, gracias a la falta de gravedad, las plantas podían
expresar otros comportamientos que en la Tierra no se dan.
Según le dijo el doctor John Z. Kiss, profesor de
biología de la Universidad de Mississippi y líder investigador del proyecto en
el equipo de la NASA, "Esta
respuesta en las plantas de semilla puede ser parte de su historia evolutiva,
ya que algunas plantas no vasculares, como los musgos y los helechos, sí
responden a la luz roja en la Tierra. Pero con las plantas de semilla,
que florecen, hay que retirar la gravedad -algo que conseguimos en el espacio-,
para poder observar este tipo de respuesta a la luz roja".
El camino abierto por los experimentos de Seedling Growth
abrieron el paso para el
crecimiento de la primera semilla de algodón en la luna. Por ejemplo, la
recolección de alimentos en el espacio, idealmente utilizando agua extraída
localmente, significaría
que los astronautas podrían sobrevivir por mucho más tiempo sin regresar a la
Tierra en busca de suministros.
Lo de "el lado oscuro" se refiere al hecho de que es una cara que no
puede verse desde la Tierra.
Chang'e-4
es parte de un programa mayor de exploración lunar por parte de China.
La primera y la segunda misión Chang'e fueron diseñadas para recolectar información de la órbita, mientras que la tercera y la
cuarta fueron construidas para realizar operaciones sobre la superficie del
satélite terrestre.
Las próximas misiones Chang'e-5 y Chang'e-6 tendrán el objetivo de traer a
la Tierra muestras de rocas y de suelo lunar.
Los objetivos del programa Chino son: llegar a la Luna,
alunizar de forma segura, traer a la Tierra muestras recogidas en la Luna y, al
final, enviar misiones tripuladas hasta allí. La explotación de la Luna puede
ser invaluable para la humanidad.
La Luna también es tan rica en helio-3, un posible
combustible para la fusión nuclear, que "podría resolver la demanda energética humana por
alrededor de al menos 10.000 años".
"Está llena de recursos, principalmente minerales raros, titanio, uranio,
que son muy escasos en la Tierra, y estos recursos podrían ser usados
sin limitaciones".
"Hay muchos desarrollos posibles, es hermoso, así
que esperamos poder
utilizar la Luna para apoyar el desarrollo sostenible de los humanos y la
sociedad", dijo el experto chino.
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