La
Coalición de Negocios Globales para la Eduación y la firma Deloitte piden ver
la cuarta revolución industrial como una oportunidad y no como una amenaza.
La
denominada cuarta revolución industrial está cambiando el tipo de trabajo que
las personas hacen y cómo lo hacen. Si bien esta etapa ofrece muchas
oportunidades, muchos de los 1.800 millones de jóvenes que hay en el mundo se
quedarán atrás, de acuerdo
con conclusiones de la Coalición de Negocios Globales para la Educación y la
firma Deloitte.
Estas organizaciones presentaron una serie de habilidades
que creen que los jóvenes
necesitarán para el futuro y acciones urgentes para que las empresas
contribuyan en ese proceso.
A estas últimas, les entregaron un marco de acción que
hace que el sector privado adquiera un rol más proactivo en la preparación de
los jóvenes para que estén listos al llegar a ser la fuerza laboral del mañana.
Entre
las prácticas propuestas, piden reimaginar la cuarta revolución industrial como
una oportunidad única, no como un problema para enfrentar. También dicen
que se deben replantear los programas desconectados del sistema, alinear para
lograr tanto la escala como el impacto y tener un enfoque diferencial para los jóvenes marginados,
esos que históricamente han sido difíciles de alcanzar, con especial atención a
mujeres y niñas.
Entre tanto, en la Encuesta Anual de Millennials de
Deloitte, se concluyó que los jóvenes alrededor del mundo se sienten tranquilos sobre el
futuro y demandan un mayor compromiso de las empresas y organizaciones
frente al entorno social y grupos de interés.
Los resultados señalan que este grupo poblacional se ha
vuelto más escéptico en cuanto a la percepción ética que tienen de las
empresas. En contraste con
las últimas dos encuestas realizadas por la firma en las que se evidenciaba que
los milénicos se sentían cada vez más positivos sobre la motivación y la ética
de las empresas, 2018 muestra un retroceso. Hoy, menos de la mitad cree que las empresas se
comportan éticamente (48% vs. 65% en 2017) y que los líderes de las
compañías están
comprometidos con mejorar la sociedad (47% vs. 62% en 2017).
Para llegar a estos hallazgos, fueron encuestados 10.455
mileniales en 36 países y apróximadamente 1.850 encuestados de la Generación Z,
en seis países, que están empezando a entrar a las compañías.
“Los
resultados de la encuesta de este año indican que los rápidos cambios sociales,
tecnológicos y geopolíticos del último año han tenido un impacto en la visión
que tienen los millennials y Generación Z sobre los negocios, y debería
ser un llamado de atención a los líderes de todas partes”, manifestó Alejandra
D’ Agostino, socia líder de consultoría en Capital Humano.
En este contexto global, no solo la confianza en el sector empresarial ha
declinado. El 19% de los mileniales cree que los políticos están generando un impacto positivo,
mientras que la mayoría
(71%) considera que generan un efecto negativo. Líderes de las ONG se
llevan la confianza de los jóvenes (59%).
El caso de Colombia es más dramático, solo 5% de los
mileniales encuestados cree que los líderes políticos generan un impacto
positivo; sin embargo, los líderes de las ONG tienen mayor credibilidad que en
el ámbito mundial (62%).
Entre tanto, los niveles de lealtad han disminuido con respecto a los de hace dos
años. Entre los mileniales, el 43% prevé dejar su trabajo dentro de dos
años y solo 28% espera quedarse más de cinco años. Un importante grupo contempla la posibilidad de
empleos temporales o freelance como una alternativa viable a los empleos de
tiempo completo (62%).
La lealtad es aún menor entre los empleados emergentes de
la Generación Z, pues 61%
aseguró que dejaría su empleo actual dentro de dos años si se presenta
la oportunidad.
En el ámbito local, 56% contempla permanecer menos de dos
años con sus empleadores y 67%
considera que uno de los aspectos más importantes para escoger empleador son
las oportunidades de aprendizaje, seguido de aspectos como la
remuneración económica (57%) y flexibilidad (48%).
Pero los milénicos se sienten incómodos con la cuarta
revolución industrial, pese a que consideran que tienen el potencial de liberar a las personas de las
actividades rutinarias para enfocarse en trabajos más creativos.
El
mayor miedo es la abolición de puestos de trabajo. 17% de los mileniales
encuestados teme que todos o algunos de sus trabajos sean reemplazados.
También, menos de 4 de
cada 10 mileniales y 3 de cada 10 trabajadores de la Generación Z sienten que
tienen las habilidades necesarias para triunfar y esperan que las
compañías los ayuden a prepararse para esta nueva era.
Los profesionales jóvenes están buscando desarrollar
habilidades blandas como confianza, habilidades interpersonales y,
particularmente la Generación Z, aptitudes de ética/integridad. Solamente 36% de los millennials
y 42% de la Generación Z reportaron que sus empleadores los estaban ayudando a
entender y prepararse para los cambios asociados a la industria 4.0.
“Las empresas deberían oír lo que los mileniales nos
están diciendo y reimaginar cómo hacen sus acercamientos a los talentos en la
industria 4.0, poniendo un
enfoque renovador en el aprendizaje y el desarrollo para ayudar a todas las
personas a crecer en sus carreras a lo largo de sus vidas.
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