Los
microbios no estaban presentes durante el lanzamiento del módulo espacial y su
procedencia aún es un misterio.
Los
científicos llevan años convencidos de que la Tierra no debería ser el único
lugar donde la vida puede prosperar, aunque sea en sus formas más primitivas.
Bacterias vivas de origen desconocido han sido descubiertas en la superficie de
la Estación Espacial Internacional (ISS).
Lo que ha desconcertado a los miembros de la misión es
que dichas bacterias estaban ausentes durante el lanzamiento de la misión; es
decir, este hecho sugiere
que su origen podría no ser la Tierra.
Aunque
hay otras explicaciones posibles de su existencia.
¿La primera prueba de vida extraterrestre?
No
nos precipitemos. Esta no es la primera vez que Roscosmos, la agencia
espacial rusa, afirma
haber encontrado evidencia de microbios en el exterior de la ISS, pero
todos los descubrimientos anteriores terminaron teniendo un origen terrestre.
A principios de 2017, los astronautas rusos detallaron los hallazgos de un
extenso experimento que duró entre 2010 y 2016, en el que se tomaron
muestras de varios microorganismos diferentes, incluido un tipo de plancton
marino bacteriano y un tipo de microbio de suelo que se encuentra generalmente
en la isla de Madagascar.
No
es la primera evidencia de microbios en el exterior de la estación, y su origen
acabó siendo terrestre.
Y, en el último caso, es posible que una explicación
similar, aunque pueda no parecer la más sencilla, sea también la más probable.
La
explicación más probable
¿Cómo llegan al espacio estos organismos terrestres y
marinos? Lo más probable
es que la presencia de estas bacterias allí se explique por un fenómeno
denominado elevación ionosférica, mediante la cual corrientes de aire
ascendentes transportan materia de cualquier lugar de la Tierra a niveles
superiores de su atmósfera.
También es probable que el exterior de la estación se contaminara
accidentalmente por un equipo humano, siendo este hecho ignorado por las
medidas de análisis y seguridad. Una hipótesis también muy factible, dada la cantidad de astronautas que
han vivido dentro de la instalación espacial a lo largo de los años.
Por
supuesto que la explicación de que las bacterias procedan de algún lugar del
espacio exterior es también posible. Pero no es lo más probable. Y,
hasta que sean analizadas y se determine su procedencia, conviene ser cautos.
El astronauta ruso Anton Shkaplerov ha manifestado que
estas bacterias, con casi toda probabilidad, no representen ningún tipo de
peligro.
Durante las caminatas espaciales de la Estación Espacial
Internacional en el marco del programa ruso, los astronautas recogieron muestras con bastoncillos de
algodón de la superficie externa de la estación. En particular, tomaron
sondas de lugares donde la acumulación de desechos de combustible se descargó durante la operación
de los motores o en lugares donde la superficie de la estación es más oscura.
Las muestras obtenidas por los astronautas revelaron bacterias que
estuvieron ausentes durante el lanzamiento del módulo.
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